Modalidades de relación entre la autoridad que manda y subordinado que obedece

Modalidades de relación entre la autoridad que manda y subordinado que obedece

Modalidades de relación entre la autoridad que manda y subordinado que obedece[1].

Mikel García García[2]  1 de abril 2020

En el artículo “Milenarismos de y para la catástrofe”

https://ibiltarinekya.com/project/crisis_cvirus_milenarismos/  https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157204950616762 sitúe en la infancia las raíces del conflicto con la autoridad. El estilo que se interiorizó entonces constituye tanto el componente principal de coacción interna para obedecer a los autoritarios, como el que determina la confusión disociativa que incapacita para reconocer la autoridad constructiva.

[1] Publicado en Facebook. 1 abril 2020. https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157212138696762

 

[2] Médico. Psicólogo. Psicoterapeuta analítico integrativo. Terapeuta Familiar Sistémico. Terapeuta transpersonal. Psicoanálisis junguiano. Doctor Internacional en «Estudios Internacionales en Paz, Conflictos y Desarrollo», Universitat Jaume I (UJI Castellón).

Texto del artículo

En el artículo “Milenarismos de y para la catástrofe”

https://ibiltarinekya.com/project/crisis_cvirus_milenarismos/  https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157204950616762 sitúe en la infancia las raíces del conflicto con la autoridad. El estilo que se interiorizó entonces constituye tanto el componente principal de coacción interna para obedecer a los autoritarios, como el que determina la confusión disociativa que incapacita para reconocer la autoridad constructiva.

En los momentos de inseguridad e incertidumbre se regrede a la infancia buscando autoridades protectoras, y se refuerza la confusión. El sujeto se niega a reaccionar a sus propios sentimientos de pánico porque no tiene autoestima y desconfía de sus propios sentimientos. Los estilos de los autoritarios son los que resuenan y se incrementa la sumisión, y la rabia se desplaza a los que tratan de ser autoridades constructivas.

En la catástrofe del coronavirus hay ejemplos para las dos siguientes respuestas polares.

1.- La obediencia ciega es la respuesta más frecuente. Se hace todo lo que se te dice  porque uno se siente incapaz de cuestionar las órdenes por el miedo al poder. Si por ello se causa daño no es culpa de uno sino de quien manda. Stanley Milgram, psicólogo en  Yale, 1963, lo demostró en su diseño experimental para entender la complicidad de la población con los nazis y el holocausto. https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram

2.- La negativa a obedecer porque se desconfía fundamentalmente de la autoridad central, porque sus argumentos no son convincentes, se atribuyen a la corrupción, o se cae en la seducción de otros que pertenecen a grupos de referencia de confianza (familia, grupos religiosos o políticos) que atacan a la autoridad. Estos grupos de referencia son autoridades familiares.

La dinámica entre la autoridad central, lejana, y la autoridad familiar, cercana, tiene relación con lo proyectado en las figuras parentales, el padre y la madre, y las instituciones que interfieren y regulan los mitos del patriarcado.

Citar estos componentes tiene interés para que cada uno/a tome contacto con lo que le pasa, lo que siente y como reacciona en esta crisis del CV. ¿Paranoia? ¿Depresión? ¿Obediencia? ¿Desobediencia? ¿Deseo de autoridades civiles o religiosas? ¿Deseo de líderes autoritarios salvíficos? …

Conocerse más puede transformar lo actual y evolucionar hacia las siguientes posibilidades.

3.- Otra posibilidad de relación con la autoridad es la que algunos llaman “obediencia reflexiva”. Las órdenes se obedecen, pero se cuestionan críticamente. Se considera que el deber de los ciudadanos es evitar que se tomen decisiones equivocadas, tanto los sujetos individuales como las autoridades, y proteger los derechos humanos. Esta posición requiere mucho mayor nivel de madurez psíquica por el sujeto, que, además, se arriesga a no ser entendido e, incluso, eliminado por todo autoritario (ejerza el poder o lo obedezca ciegamente). En ciertos ámbitos jurídicos esta posición está siendo amparada incluso cuando se desobedece, como en el caso de soldados que se niegan a un genocidio desobedeciendo a sus jefes.

4.- La aceptación, no obediencia, de las normas que tras reflexión compleja el sujeto comprende que son adecuadas, acentuando la crítica, no solo ante la deficiencia de las autoridades sino también a las de los conciudadanos que obedecen ciegamente o son reactivos destructivos. El riesgo que corre el sujeto es aun mayor que en la obediencia reflexiva.

 

Mikel García García.  1 de abril

Milenarismos de y para la catástrofe

Milenarismos de y para la catástrofe

Milenarismos de y para la catástrofe

 Mikel García García1. 29 de marzo 2020.

“Even a man who is pure of heart and says her prayers by night may become a wolf when the wolfsbane blooms and the autumn moon is bright”

“Incluso un hombre puro de corazón, que rece sus plegarias por la noche puede convertirse en lobo, cuando la belladona florece y la luna de otoño brilla”. (“The wolf man”, Estudios Universal, 1941)

 ¿Tiempo de lectura? Impredecible, depende del alma que se ponga al relacionarse con el texto y lo que convoca.

Con el coronavirus estamos viviendo una experiencia de crisis global brutal, que destroza el equilibrio anterior, nos fuerza a reaccionar para sobrevivir individual y colectivamente, derrumba el meme construido tras la crisis económica del 2008 -No habrá sino crisis cíclicas fácilmente corregibles-, evidencia tanto la borrosidad de toda frontera como la falsedad de los mitos modernos que trataron de ocupar el espacio vaciado de los clásicos, y muchas más cosas …

Texto del artículo

Con el coronavirus estamos viviendo una experiencia de crisis global brutal, que destroza el equilibrio anterior, nos fuerza a reaccionar para sobrevivir individual y colectivamente, derrumba el meme construido tras la crisis económica del 2008 -No habrá sino crisis cíclicas fácilmente corregibles-, evidencia tanto la borrosidad de toda frontera como la falsedad de los mitos modernos que trataron de ocupar el espacio vaciado de los clásicos, y muchas más cosas …

Hasta el día 19 no tenía ni imaginé cuando tendría miedo, la situación con mi familia era estable, la pérdida económica la había asumido, incluso tenía curiosidad científica por entender y aprender de la crisis. Ese día comprendí que amigos médicos, que incluso habían vuelto a trabajar después de jubilarse, podrían morir. Sentí miedo y cabreo. Después ya enfermaron familiares mios sanitarios por coronavirus. El cabreo ha ido en aumento lo mismo que mi intolerancia a algunos hechos, datos y reacciones institucionales y personales que se van dando.

Escribí un artículo el 11 de marzo Ataque de pánico. En estos enlaces lo puedes leer: WEB, Facebook y descargar en PDF.

En este artículo continúo, en la misma línea de abrir líneas de reflexión, con aspectos no abordados anteriormente o complementando o profundizando en la información anterior.

No lo hago para ser un vocinglero más de los que surgen ahora como setas en el estiércol de la mierda que nos invade. Hay un dilema que a todos nos compete: contribuir o no a autocontemplarnos, reflexionar y compartir. No hacerlo mantiene el statu quo y te convierte en colaboracionista. Hacerlo te puede ensalzar o te puede poner en riesgo según guste o no lo que aportes. Hacerlo con ecuanimidad, además, es un trabajo enorme. Decido compartir mis reflexiones sin exigirme demasiado, en el imaginario de que a algún lector podrá serle útil algo de lo que expongo para activarle la conciencia.

 

Sobre el miedo.

Escribe Aristóteles “las personas definen el miedo como la expectativa del Mal”. Porque “las cosas que tememos son cosas terribles y son … malas” (Ética nicomáquea). Como afirma Spinoza “cualquier cosa puede provocar miedo”, transformación que Sartre considera “mágica”. Escribe Sartre “lo horrible no es solo el estado actual de la cosa (aquel rayo, el perro que avanza, el tráfico frenético), lo horrible (la “expectativa del mal”) está impregnado de futuro; se extiende hacia todo el futuro, y lo oscuro es una revelación del significado del mundo”. La psicología clínica habla de “proyecciones”. La psicopatología usa los términos ilusión, manía, paranoia.

 

Individuo y cultura humana.

Los sujetos humanos siempre han estado en tensión con su comunidad. La cultura requiere haber hecho un pacto, y mantenerlo, para limitar la expresión total de las pulsiones individuales. La cultura funciona si la renuncia a la libertad total es reciproca e igualitaria, entonces la energía no gastada en las pulsiones se sublima y crea la cultura. Para prevenir la ruptura del pacto se interiorizan las normas en el superyó, en códigos morales. Cuando alguno rompe las normas se le castiga. Un nivel de contención de lo individual es necesario para el beneficio colectivo, lo interesante es que eso llegase a estar interiorizado como condición aceptada para cooperar con el otro, y el colectivo. Mientras tanto, la represión y la autorrepresión son necesarias, en el contexto de “paz negativa” de las distopías en que vivimos.

 

Autoridad y cultura.

El devenir histórico muestra que la represión es exagerada, excedente para la cultura como explica Marcuse. La conjunción de religiones monoteístas, de estados que necesitan fronteras delimitadas, del patriarcado, … ha desarrollado sociedades en las que el poder se acumula jerárquicamente y se ejerce contra otros o coercitivamente por la violencia física o por la violencia psicológica o por la violencia simbólica o por la combinación de todas esas modalidades.

Mantener ese orden requiere una permanente vigilancia, para detectar y eliminar lo que ponga en riesgo las jerarquías.

Las diferentes culturas tienen modos distintos de articular la relación de los sujetos con la autoridad. En China la filosofía taoísta (materno – yin) en conjunción con el confucionismo (paterno yang), favorece una cultura en la que la autoridad del emperador se percibía mucho más dependiente de las necesidades del pueblo. Las culturas occidentales percibían el despotismo de sus reyes, zares y emperadores. No en vano al emperador se denominaba el pájaro de la jaula de oro. El partido comunista sustituye al emperador, y se presenta como servidor del pueblo. Occidente denosta esa disposición diciendo que en oriente se es más autoritario y que las democracias avanzadas no pueden aplicar las normas autoritarias de China para afrontar crisis.

Foucault en Vigilar y Castigar (1975) describió la vigilancia basándose en el panóptico de Benham. En ese estado de cosas un sujeto sabía que existían enemigos externos de su libertad. Para Byung-Chul Han, filósofo coreano, eso está anticuado porque en los mitos modernos del enjambre digital, uno ya es su propio enemigo, uno tiene que demostrase a sí mismo que es capaz de ser su propio jefe y autorreprimirse para lograr ser un emprendedor ejemplar. La psicopolítica ha sustituido a la biopolítica. En la biopolítica de Foucault un sujeto podía tener “anticuerpos” contra el poder coercitivo. En la psicopolítica de Han uno hace autoanticuerpos contra sí mismo, situación ideal para el neoliberalismo, que ya no necesita fronteras externas, ni vigilancias, … Digamos que la salud inmunológica es peor en la época de la psicopolítica. Este es otro factor que explica vulnerabilidad colectiva.

 

Interiorizar una adecuada relación con la autoridad es una capacidad que se adquiere desde la temprana infancia. Lo esencial, para logarlo, es que el infante sienta que puede confiar

en unos adultos que, aunque limiten sus deseos y eso frustre, se entienda que lo hacen con una intención constructiva, no despótica, ni arbitraria, ni en función de sus intereses. Corolario: la mayoría de los sujetos hemos tenido adultos que han ejercido una autoridad autoritaria, teniendo que someternos a sus arbitrariedades para tener algo de amor, y hemos sentido que somos propiedad de nuestros mayores, y tenemos que complacerlos y sacrificarnos por ellos. Existen ideologías y tradiciones religiosas que justifican la propiedad de los hijos. La declaración de los derechos de la infancia, no ha cambiado esa lacra. La psicoterapia puede transformar esto, por eso es una actividad revolucionaria, con corolarios en la política.

 

¿Era previsible lo que está ocurriendo?

Ahora aparecen comunicaciones de los sabiondos que ya la profetizaban. Aparte de los profetas hay suficiente conocimiento epidemiológico, sociológico y psicológico como para esperarlo.

¿Entonces que puede explicar la catástrofe? Dejando de lado hipótesis especulativas sobre el origen, que pueden ser reales o no, pero no lo sabemos o no lo podremos saber o verificar y que muchas veces responden a dinámicas narcisistas, psicopáticas, ludopáticas o económicas, de agentes de la cultura imperante de violencia estructural y manifiesta, me centro en aspectos que pueden aportar algo.

 

Fase de negación.

La ausencia de información era total para la masa, pero parcial y relativa en el conjunto. Los científicos y los gobiernos tenían datos, modelos predictivos, por el conocimiento de lo ocurrido en otras epidemias. El inicio en China ya no se podía obviar, ni la evolución ni sus medidas. Pero todo se quedaba en el “espacio de borrosidad” imaginario de las probabilidades e incertidumbres, y las resistencias.

Las catástrofes naturales siempre han estado presentes en la humanidad, como las derivadas de las guerras, las epidemias genocidas y de los actos terroristas. Cada vez son más frecuentes los desastres relacionados con el cambio climático que está teniendo impactos directos: DANAs, inundaciones, olas de calor, heladas, sequía, …

Se han hecho estudios post catástrofes. Pero hay muchas dudas sobre las respuestas colectivas a informaciones anticipadas alarmantes.

Una posición prevé escenarios de pánico masivo, impotencia pública y desorden delictivo, otra posición critica la anterior considerando que es derivada de una “mitología del desastre” que no tiene en cuenta cómo se comportan realmente los sobrevivientes y la capacidad de la masa para comportamientos resilientes. Históricamente, las teorías de psicología de masas han estado centradas en el estudio de multitudes violentas. Decidir “no informar, pues solo entrarán en pánico” no considera que informar aumente la eficacia de la respuesta de la gente y que la falta percibida de información aumente la ansiedad y la angustia.

En los estudios sobre los desastres se encuentran categorías de respuestas secuenciadas en fases. En la primera los sujetos y las multitudes son propensas al «pánico», con respuestas impulsivas, egoístas y descoordinadas. En la segunda de impotencia o «síndrome de desastre», los sobrevivientes están aturdidos y pasivos para cuidarse a sí mismos. En la tercera surge desorden civil y la criminalidad deliberada e incontrolada «lo peor de las personas”.

Pero también se encuentra que la mayoría de las vidas las salva, más qué los profesionales, el ciudadano “promedio”, ya sea “espectador” o compañero sobreviviente. Los supervivientes están dispuestos a ayudar, aunque no tengan preparación especializada. Se les ha llamado “civiles de primera respuesta”, “cero” respondedores. Este hecho requiere explicación. Se han propuesto hipótesis: «comunidades emergentes de desastres» por la percepción de destino común, y la activación de la identidad social compartida, basada en códigos normativos preexistentes y los vínculos relaciones existentes.

El modelo de identidad social sugiere que en las multitudes los sujetos no pierden identidad como sugirió la psicología clásica de masas; sino que puede cambiar de una identidad social personal a una compartida. Algunas identidades grupales otorgan un valor particular a la solidaridad o la armonía. Algunos grupos tienen identidades más individualistas, según las cuales la independencia personal podría ser normativa. Las sociedades son complejas, conviven grupos étnicos y culturales distintos. Algunas comunidades de desastres se reorientan, en etapas tardías de la catástrofe, alrededor de una necesidad de justicia pues un desastre a menudo saca a la luz las insuficiencias estructurales, los autoengaños y las necesidades de cambio. La resiliencia colectiva significaría independencia y empoderamiento en la ciudadanía, algo peligroso para quienes quieren seguir manteniendo privilegios …

Lo conocido tras las catástrofes no sirve ad-hoc para prever la respuesta de la masa ante noticias que solo la anticipen. Un escenario es lo real y el otro es el imaginario.

La respuesta de “resiliencia” ha sido también excusa para abandonar la responsabilidad de los gobiernos: “ya que son resilientes, no necesitamos apoyar y darles recursos, ya se organizarán, y aguantarán”. Ya ha servido en la era de la austeridad, para justificar los recortes a los servicios apelando a la supuesta «gran sociedad» de voluntarios públicos, lo que ha dejado a muchas personas vulnerables y ha desarticulado servicios básicos, como hospitales, … Y se sabe que esta precariedad puede ser una bomba de relojería. Chandler insiste en hablar de la «ética de la resiliencia”.

Los gobernantes son sujetos, con reacciones psicológicas comunes, como cualquier paciente al que se le informa de una enfermedad grave que pone en riesgo su esquema vital. La negación es la primera fase de los mecanismos psicológicos adaptativos.

Para los políticos su esquema vital incluye mantener su vida política. Habrá algunos que prioricen su persistencia, otros que consideren prioritario lo que entienden por el bien común. Es improbable que los gobernantes estén asesorados por psicólogos, sociales y clínicos, y por sociólogos. El manejo de la complejidad de lo real es delicado, más cuando impera el reduccionismo y los intereses.

¡A negar la realidad estamos muy habituados, es lo común y cotidiano!

La realidad es un espacio en el que no estamos presentes. La realidad ha sido explicada por las tradiciones religiosas, como un sucedáneo de la verdadera realidad, un período transitorio en el proyecto del espíritu, aunque importante para determinar el futuro en el más allá. Lo mismo ocurre en las religiones laicas, aunque con otros mitos.

El mito de la caverna de Platón trata sobre la realidad del conocimiento humano. Una alegoría para señalar que nos encontramos encadenados dentro de una caverna, desde que nacemos, y que las sombras que vemos reflejadas en la pared son lo que consideramos real. Según Platón la gente llega a sentirse cómoda en su ignorancia y puede oponerse violentamente a quienes intentan ayudarles a cambiar.

En nuestra época, además, la digitalización ha contribuido a borrar aún más la realidad, y el conjunto de variables convergentes hace difícil distinguir la realidad de la ficción. ¿Estamos dormidos en Matrix o cuando despertemos nos daremos cuenta de Matrix? En la ficción está muy reforzado el narcisismo individual y colectivo y todo es posible. La realidad, sin embargo, nos frena con su facticidad, se resiste a nuestro deseo como señala el filósofo Byung-Chul Han, nos evidencia las dificultades para gestionarnos y nos activa los mecanismos de fuga, los cuales, además están reforzados por el neoliberalismo que nos ofrece un suculento menú de escapes para lucrarse económicamente de la ignorancia de la gente en la aldea global.

El cuerpo tampoco es un mediador útil para relacionarse con la realidad, no está habitado, se huye de él o porque se lo vive como una carcasa transitoria o fuente de pecado por los instintos y deseos erótico sexuales, y, precisamente por ello objeto de castigo, sea conscientemente con cilicios o inconscientemente sufriendo por distintas enfermedades psicosomáticas, entre ellas, las autoinmunes.

La realidad virtual es aditiva, suma datos, mete mucho ruido, y atrofia el pensamiento. Se ha convertido Google en un dios omniscente, que contesta tus plegarias con sabiduría. Todo se reduce al “me gusta” o no me gusta, eliminando “la negatividad” resistente de lo real. Cuando se propone algo más hay proliferación de respuestas señalando que se pide demasiado o se usa a la gente para investigaciones pedorras, o, incluso se denosta con las fake news y los deepfakes, incrementando la apatía hacia la realidad.

Sin silencio no es posible asociar, ni recordar, ni imaginar. El silencio es amenazante. Para la mayoría de la gente el vacío angustia, y es lo que activa más demanda de huida en la virtualidad.

La ficción hace simulacros sobre diversas distopías sociales, derivadas de transformaciones más o menos catastróficas (virus que transforman a la población en zombies, o porque son creados artificialmente, o activados por radiaciones, o salen del interior de las células humanas para hacernos conscientes de algo: “El virus como Hermes”) o descubrimientos científicos (se puede condensar la conciencia en un dispositivo e irla pasando a diversas fundas corporales, a modo de inmortalidad, como en la serie de Netflix Altered Carbon), o de regulaciones morales (una noche se pueden actuar con permiso las pulsiones criminales: The Purge, la noche de la bestia). Las distopías atraen, las utopías aburren. Las distopías podrían hacer evidente o consciente lo que es probable y mover las conciencias a evitarlo, pero no lo hacen, funcionan como catarsis en las que se interioriza la banalidad del mal (en el sentido de Arendt). Además, refuerzan la confusión entre realidad y virtualidad. Cuando llega el coronavirus no se distingue hasta qué punto es ficción o si de ser real será bueno realizar las distopías vistas en la ficción. Algunos piensan que con el coronavirus alguien está haciendo simulacros. Otros que el baño de realidad podrá activar la empatía al vivir realmente una distopía y que esto provocará cambios de fondo.

Ante acontecimientos percibidos como catástrofes es común reaccionar reforzando aún más esa forma en que habitamos la materia real, la res extensa: Negamos lo real, sus circunstancias, y las consecuencias de nuestros actos en lo real.

La fase de negación tiene su función adaptativa para prepararse al futuro siguiente. Quedarse en ella demasiado tiempo destruye. La parálisis retrasa la toma de medidas inteligentes para prevenir tanto las consecuencias del impacto inicial “repentino” como las de la fase de “marea creciente”.

La negación “relativa” de los gobernantes está intricada en sus tácticas de administración interesada de la mentira y el arte de la persuasión inherente a la publicidad del meme que se vende.

Las estrategias negacionistas incluyen diversos aspectos.

1.- Recursos a datos científicos válidos en algún contexto, pero aplicados sin validez al coronavirus. Afirmar que cuanto más se contagie la población más inmunidad se va a tener no es científico. Todavía no se sabe que inmunidad va a generar la infección por coronavirus

2.- Elegir entre priorizar que la economía no colapse o priorizar que muera la menor población posible. Sobre todo, van a morir ancianos, que son los que más recursos sanitarios consumen y generan más costos económicos (pensiones…). Muchos de ellos fueron los que sostuvieron a sus descendientes en la crisis económica del 2008. En Madrid parece que han muerto 790 ancianos en las residencias, una proporción menor lo ha hecho en hospitales. Una situación similar en otros muchos lugares. Se sabía su riesgo y ha explotado la infradotación de esos espacios. ¿Qué expectativa real tiene la sociedad respecto al cuidado de los ancianos?

3.- Elegir una definición de caso de muerte por coronavirus que excluya la mayor cantidad de muertos y refleje una mejor salud de la población o del sistema sanitario….

4.- Elegir una situación de caso “0” epidemiológica que beneficie.

5.- Usar términos no científicos que incrementen la xenofobia. “Virus Chino”. 6.- Uso asimétrico de los ritmos de implementar medidas contenedoras.

7.- Autoritarismo anticientífico.

8.- Amenazas al tejido industrial para que no decaiga su productividad

Ahora es evidente que la negación ha durado demasiado y ha expuesto al colapso. Incluso los más negacionistas inicialmente cambian de estrategia, algunos de modo inflexible y otros se mantienen en la volatilidad de la ambivalencia.

Por poner ejemplos

Boris Johnson. Ha combinado estrategias tipo 1,2. Trump. Ha combinado estrategias tipo 1,2,5,7,8

Países nórdicos europeos adoptan estrategias tipo 3 y 4, mientras que Italia y España tienen definiciones de caso más inclusivas.

 

Fase de pánico.

Resulta que ahora el coronavirus es un virus real, y no un troyano de ordenador, aunque ambos son igual de invisibles. La realidad vuelve a hacerse notar en forma de un virus enemigo, la realidad desmonta la ficción, y, cuesta aceptar ese hecho que causa tan gran conmoción. En términos junguianos diríamos que la realidad se ha vuelto numinosa, igual que cuando emergen materiales de lo inconciente colectivo. Esto explica en parte la violenta y exagerada reacción paranoica de pánico al virus. Aunque su potencia letal sea relativamente baja, derrumba el imaginario de la fantasía alienante.

Para rebajar la tensión interna hay mecanismos típicos. Siempre ha funcionado el proyectar la tensión interna y la culpa, a algo o alguien que lo recoge colectivamente: el chivo expiatorio, al que hay que mantener vivo. Vivo sirve para que el resto se autoengañe sintiendo que tienen una superioridad moral: el chivo es inmoral, sucio, perverso … Cuando el chivo ha acumulado suficientes proyecciones y recoge la culpa colectiva, es el momento del sacrificio ritual que redime la culpa colectiva. ¡Reseteo y a por otro chivo!

Hay mucha culpa individual y colectiva acumulada. Newman afirma «Está ligado al mal todo aquel que ha visto y no ha actuado; todo aquel que ha desviado la mirada porque no quiso ver; todo aquel que no ha visto, aunque hubiese podido ver; pero también aquel cuyos ojos no han podido ver» (Neumann, Psicología profunda y nueva ética).

¡Pronto olvidamos lo que era inolvidable! Se anula la memoria histórica. ¡Se han reparado pocas cosas! Sin embargo, lo reprimido está latente y retorna, con síntomas más intrincados, y dinamismos complejos. La sombra aparece cuando menos la esperamos rompiendo la autocomplacencia narcisista, y, como respuesta defensiva, se activan los complejos culturales.

Los planteamientos anteriores sobre la negación de lo real, las metáforas inmunológicas de lo social, y la proyección de la culpa tienen interés, para entender la crisis detonada por el coronavirus.

El virus se convierte en el enemigo mortal, en el chivo expiatorio, el culpable de nuestras muertes, lo que nos permite dejar de ser enemigos de nosotros mismos, liberarnos de la carga de las culpas, y poder sentir una “solidaridad de participación mística” con el resto de los humanos, … Se crean nuevos chivos expiatorios en una contaminación mágica del virus. El virus no se ve, pero si se ven los cuerpos infectados, y entonces el enemigo se hace carne. La incertidumbre es difícil de soportar, corporeizar el monstruo ayuda a concretar la fantasía de que atacándolo se ataca al enemigo, y se puede acabar con él. Una parte de la ciudadanía se muestra más reaccionaria que las propias leyes represivas del Estado, y matar simbólicamente no les resulta suficiente. Está dispuesta a matar realmente. Aquellos que están por la calle, saltándose el confinamiento, son criminales pues nos pueden matar. Se los puede matar preventivamente. Surgen los policías de los balcones, que se ceban con cualquiera antes de saber si tiene derecho a salir. Cuidadoras de autistas están proponiendo que salgan a la calle con un lazo azul y que se informe a la población de ello para evitar lo que ya están sufriendo. Los vigilantes de los balcones son los “ojos” del resucitado panóptico de Benham que cita Foucault. Vigilar para castigar.

Castigar produce placer, sobre todo a los psicópatas y sociópatas. Pero a casi todos, pues tiene un efecto de catarsis retaliativa masoquista ya que a todos nos han castigado injustamente al menos una vez. Es comportamientos de multitudes se observa que es fácilmente contagioso sumarse al castigo que inicia otro humano. Lo mismo que lo es la epidemia de suicidios. Investigaciones en neurociencia aportan datos convergentes.

Un equipo de investigación (Universidad de Zurich) bajo dirección de Ernst Fehr estudió cerebros de sujetos mediante Tomografía de Emisión de Positrones (PET) mientras que estos decidían si castigar a una persona que había abusado previamente de su confianza violando una norma justa. El núcleo caudado (crucial en el circuito de la recompensa o gratificación) se activa mientras que los sujetos están decidiendo si castigar o no. En un artículo del 2004 publicado en Science (de Quervain DJ et al.) The neural basis of altruistic punishment (La base neural del castigo altruista), se encuentra que el estriado dorsal (relacionado con el placer) se activa en los que castigan altruistamente.

El castigo altruista significa que los individuos castigan el comportamiento injusto y no cooperativo, aunque el castigo sea costoso para ellos y no rinda ningún beneficio material. ¿Por qué los individuos están dispuestos a incurrir en ese coste?  ¿Es altruismo o es venganza, aunque tenga un costo? ¡Llamar altruista a esa modalidad de castigo es significativo!

De ahí el lenguaje militar, los redobles de tambor para llamar al heroísmo del sacrificio, el sentimentalismo extrovertido, la necesidad de poner en marcha medidas limitadoras de la libertad porque los sujetos entienden las medidas como una ficción más, la paranoia defensiva y a la desesperada que confina, cierra fronteras, … el endiosamiento de la ciencia que nos vaya a salvar (el “retorno del conocimiento”), se solventan unos problemas sobre la marcha, tratando de contener las diversas modalidades en que se manifiesta la miseria humana, procastinando, dejando para más adelante la solución de los nuevos problemas que generan las medidas adoptadas. ¡Siempre detrás de la marea!

Se han observado ya las reacciones de las “mitologías del desastre”. Las llamadas a la responsabilidad de la población han sido infructuosas, los supermercados se han saqueado, … el papel higiénico en especial. Los bots automáticos de las bolsas las hunden, … Aparecen formas clásicas de criminalidad, mezcladas con las modernas (12000 páginas WEB con estafas, fake news que denigran a sujetos, falacias ad hominem …). La población colabora con la criminalidad difundiendo las fakes, disfrutando de la denigración de chivos expiatorios que se les hace responsables de todos los males. Hay El pan y circo de los ignorantes que ya inventaron los emperadores romanos, lo único que podemos elegir es poner el dedo hacia arriba (que viva, “me gusta” en la red), o hacia abajo (que muera, “me disgusta en la red), y ser fanáticos de conseguir más sujetos.

Los sanitarios que, sin protección, se encuentran enfrentados a la muerte, en contacto con los enfermos que tosen, expectoran, se asfixian, se enfrentan, además, al dilema de decidir cuando suben o bajan el dedo, eligiendo con que pacientes se trabaja y a cuáles se les abandona. Porque no hay recursos para todos. Ya les han dado protocolos éticos. Es el polo opuesto del empecinamiento terapéutico de mantener vidas artificialmente, cuando hay recursos, que responde a otra criminalidad, la de imponer la técnica frente a los derechos del muriente. Viví algo parecido, de mucha menor intensidad cuando trabajaba en Nicaragua con médicos del mundo. Diagnosticaba pacientes, pero no había suficientes tratamientos, o no había nada. Había que priorizar, poner en espera a los pacientes. Cuando había tratamientos y buscabas a los pacientes, algunos ya habían muerto. Un amigo médico me contaba que mientras esperaba a que llegara una ambulancia a recoger a una mujer mayor demenciada y con coronavirus, esta se le agarraba con miedo, sabía que se infectaría, pero no podía tirarla al suelo. Me venía la imagen de la Pietá de Miguel Angel sosteniendo el cadáver, en este caso futuro. Mi amigo tiene Pietá, como muchos sanitarios, que, encarnan la compasión, realmente no de boquilla como muchos que hablan de ella. El 15% de los contagiados por coronavirus en España son sanitarios. Su situación es consecuencia de los criminales que bajaron el pulgar, esos son los verdaderos asesinos, criminales que matan en silencio, y, con el beneplácito de muchos ciudadanos. Los hospitales ahora son espacios kafkianos (que me perdona Kafka), siempre han sido espacios para morir, más en la actualidad que morir en casa es perseguido, y que se interpreta como una lacra imperdonable que los ancianos hayan muerto en las residencias, pero ahora son, además, focos de muerte.

Las sociedades acaban resignándose a la restricción de las libertades de circulación. En parte porque entienden la necesidad, en parte porque aplauden cualquier cosa que no les haga sentir el profundo “miedo a la libertad” que les posee, y porque se esté donde se esté se puede seguir en la fábula, en el circo y en la criminalidad, con nuevas modalidades. Resignarse no es aceptar. La venganza está a la espera del momento preciso. Saltará con quien se convive o más adelante.

 

Fase de convulsión dinámica.

Resulta que ahora es importante escuchar a los científicos (basado en el conocimiento científico, la episteme), no a los tertulianos (basados en opiniones, la doxa), para, encumbrados a capitanes generales, entender sus recomendaciones como una orden a realizar y hacer lo que mandan. Se ha volteado la situación anterior, en la que la ciencia no era escuchada y, además, era objeto de hostilidad colectiva, por seria, pesada, y no apta para el espectáculo lúdico. Los medios alentaban la doxa y el circo. Es un cambio interesante pero demagógico ¿Acaso los científicos son neutros? ¿No van a ser usados como arma arrojadiza para defenderse de errores y como chivos expiatorios cuando no acierten? ¿Hasta qué nivel de ciencia se quiere llegar?

¿Se considerarán los conocimientos de las investigaciones de la psicología social y de la psicología clínica? ¿Y los aportes de la psicología profunda sobre lo inconsciente?

Los políticos científicos que recogen todos los galones militares, como Trump, que además cita a C.G. Jung como inspirador para entender el inconsciente colectivo americano, son nefastos. Trump ha citado la cloroquina como tratamiento para el coronavirus, por rumores que le llegaban de ensayos clínicos que se están probando, su precio se ha disparado, ya no hay cloroquina en las farmacias para enfermos que lo necesitan (reumáticos, …), y se han registrado casos de muertes por intoxicación en sujetos automedicados.

La ciencia se usa irracionalmente, nada nuevo. Sería racional hacer evaluaciones de la salud mental de los políticos y existen suficientes instrumentos científicos para ello. Los griegos no concebían como democracia un régimen en el que los dirigentes no fueran sabios y profundamente éticos y el pueblo fuera ignorante.

Resulta que la psicología ha sido reclamada también en esta crisis en parte porque la psicología se ocupa del alma-psique, en parte porque el pensamiento positivo del síndrome de Pollyanna (tiene su origen en las novelas de Eleanor H. Porter), ha sido instrumento del neoliberalismo en los últimos años, y en ello también ha participado la psicología positiva (liderado por Martin Seligman), tratando de psicologizar los rincones de nuestra existencia como autoayuda: ¡Distrae tu mente, piensa en positivo, créate tus rutinas, desarrolla tu creatividad, evita el aburrimiento! Los medios televisivos están haciendo más presentes que nunca a profesionales de la psicología. Algunos psicólogos venden sus recetas, con experticia, incluso para prevenir el “estrés postraumático” que anticipan va a ocurrir. Claro, faltaba más, el lenguaje de guerra. ¿Tienen razón? Este confinamiento podrá desencadenar la actualización de traumas antiguos y, en ese caso, dependerá de la capacidad de resiliencia previa de los sujetos. Alguna persona me ha dicho que sueña con levantar el brazo poniendo barrera para evitar que se le acerquen otras personas, la próxima vez indagaré si es un flash mnémico postraumático del saludo franquista.

La casa es un espacio especial. Se conocen fobias concretas y actitudes contrafóbicas relacionadas. Oikophobia es una fobia a ciertos objetos de la casa, domofobia a la propia casa en sí misma. En 1808 el poeta Robert Southey usó oikofobia para describir un deseo, contrafóbico, de salir de casa y viajar como sinónimo de pasión por los viajes. ¿Remeda el síndrome de Ulises? Derrida tiene una posición filosófica oikofobica al repudiar el anhelo por el hogar que propugnan las tradiciones teológicas, legales y literarias occidentales. Por el contrario, el derechista Roger Scruton usa oikofobia como la antítesis de la xenofobia, y acusa a los izquierdistas de xenófilos. Todo esto ejemplifica lo complejo que puede resultar el confinamiento en la casa, porque moviliza registros psicológicos y simbólicos, que pueden despertar traumas antiguos. El contacto con la casa puede servir para conectar con el alma de la casa y ser conciente de la propia alma del sujeto.

En el 2014 la Universidad de Cornell, Nueva York, realizó un estudio lingüístico. Peter Dodds y su equipo analizaron más de 100.000 palabras en 10 idiomas diferentes, realizando incluso profundos análisis en las interacciones de nuestras redes sociales. Concluyeron que los mensajes que enviamos tienen un peso emocional claramente positivo. Estas conclusiones coinciden con las que establecieron los psicólogos Matlin y Stang en los años 70, a saber: las personas tendemos hacia el “pollianismo”. El síndrome de Pollyanna o sesgo de positividad, es una respuesta defensiva. Una defensa proximal en la Teoría de Gestión del Terror, para que la muerte o sufrimiento no llegue a la conciencia. Requiere una vigilancia inconsciente sobre lo desagradable, peligroso o negativo circundante, y consume recursos energéticos necesarios para otras tareas (investigación de Matlin y Stang). En sujetos depresivos o masoquistas, enfatizar el pensamiento positivo como modelo ideal, no solo no les sirve, sino que puede aumentar más su sentimiento de fracaso, ya que no pueden hacerlo. Es lo mismo que cuando se dice a un canceroso, ¡lucha, si luchas saldrás!

Resulta que la dimensión espiritual se convoca, en las crisis, para compensar la unilateralidad de la conciencia. Es también un recurso al que recurrir en una regresión mágica buscando protección infantil, y más cuando fracasa el pensamiento positivo. Muchas religiones demonizan el yo, el ego, la mente, la conciencia, y centran en el abandono al espíritu, al “verdadero yo” la solución, valiéndose de la realidad de las catástrofes para culpar aún más la mente. Lo positivo es el yo profundo, lo negativo la mente. Algunos ¿con las mejores de las intenciones?, proponen soluciones espirituales a problemas de otro origen. Una corriente conocida, nada nueva, pero agudizada ante la crisis. Si ya era difícil hacer preguntas profundas ahora lo es más aún.

Es conocida la posición de Wilber sobre las falacias pre-trans, y los estragos que produce. Para Robert A. Masters, “…los aspectos de la evasión espiritual incluyen el desapego exagerado, la insensibilidad emocional y la represión de sensaciones, el énfasis excesivo en lo positivo, la ira-fobia, la compasión tanto ciega como demasiado tolerante…” (La Evasión Espiritual, 2012). “¿Alguna vez recurriste a tu espiritualidad para evitar enfrentar un aspecto doloroso de tu vida? ¿Dejaste pasar abusos en nombre de la compasión? ¿Te escudaste en tus aspiraciones más elevadas para evitar sentir celos o enojo, por considerarlas emociones “poco espirituales”?” (John Welwood “Bypass Espiritual” 1984). Se puede decir que el único contacto real del humano con la sacralidad cósmica se hace por medio de lo inconciente y sus manifestaciones: sueños, vida imaginativa, poesía, juegos, … “Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad” (C.G. Jung).

Confirmar en casa impide paseos de mantenimiento físico y filosófico. “Los que pasean”, peripatéticos, así eran conocidos los filósofos desde Aristóteles. Para Kant su caminata diaria era indispensable para filosofar.

Resulta que ahora hay proliferación de vocingleros que ofrecen todo tipo de recetas, de protocolos de actuación, para mantener ocupada a la población y sin silencio para escuchar el alma, con la argumentación de prevenir deterioros. De nuevo ruido, para que no se viva el vacío de significantes, la tristeza -el polo opuesto a lo maníaco-, evitándose así, la posibilidad de que pudieran hacerse conscientes de algo.

La demanda de huidas activa la oferta de sujetos de diversas ramas convertidos en mesías que tienen recetas mágicas. Algunos, más bienintencionados, ofrecen cursos, gratis, otros se van a lucrar tanto o más que las industrias farmacéuticas, o las chinas que ya venden todo tipo de materiales sanitarios.

El desarrollo del autoconocimiento o autognosis, es una capacidad que nos faculta para ser conscientes de nosotros y de nuestras necesidades, para marcarnos objetivos, y para elaborar proyectos. Siegel (2007) la denomina conciencia auto-noética. Requiere memoria del propio self en el pasado, contacto con el self en el presente y contacto con la proyección del self en un futuro imaginado. Lo que constituye una conciencia de presente continuo, que es el verdadero mindfulness, a diferencia del se pregona y vende habitualmente. Hacia la mitad del tercer año niñas y niños, empiezan a construir un relato sobre sí mismos, a partir de hechos reales o imaginarios. Con el tiempo termina en un “autorrelato mítico”. La realidad que importa al humano es la del hecho objetivo contado en un relato que integre la historia. El lenguaje de lo inconciente es mitológico, y refleja los procesos y los destinos de la vida y de la materia viva.

Bloquear la regresión depresiva, que activa el recuerdo, y hacerlo con propuestas opuestas como la hiperactividad compulsiva, con el objetivo de salir reforzado en el futuro, es perder la oportunidad que el confinamiento ofrece. A toque de corneta hay que seguir en “el rendimiento”, afanados en la efectividad y optimización del tiempo, en el infierno del ideal de una igualdad, uniformidad, para toda la masa de sujetos que anula la diversidad e impide procesos creativos. “No hay luz sin sombra ni totalidad psíquica exenta de imperfecciones … La vida no exige que seamos perfectos sino completos; y para ello, se necesita la «espina en la carne», el sufrimiento de defectos sin los cuales no hay progreso ni ascenso” (Carl G. Jung).

Resulta que la aldea global se ha convertido en un mercado salvaje de especulación de los productos sanitarios preventivos, mascarillas, … Se roban aviones fletados con materiales incluso a gobiernos o ejércitos, se envían productos deteriorados o ineficaces …

La respuesta social al virus nos aísla e individualiza aún más. Cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad de guardar distancias higiénicas no es solidaridad que parte de una resolución cooperativa del conflicto, es una resolución autoimpuesta por las razones objetivas, o impuesta por las autoridades, y no es la de una cooperación que permita atisbar una sociedad distinta, más pacífica, más justa. A diferencia de la masa clásica, el enjambre digital consta de individuos aislados, carece de un nosotros capaz de una acción común, de andar en una dirección o de manifestarse en una voz, de empoderarse, para restringir radicalmente el neoliberalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad turística, para parar el cambio climático y salvar nuestro bello planeta y a nosotros. No es probable que se vaya a generar ningún sentimiento colectivo transformador.

 

Autodefensa de contención de la criminalidad.

Se cierran páginas WEB. Surgen páginas anti fake, anti bulos, por parte de la policía o de organizaciones sociales. Espacios de consulta que merecen la pena.

https://maldita.es/malditobulo/ https://www.newtral.es/

 

Intentos de cambios en el lenguaje belicista.

Un grupo de lingüistas ha puesto en marcha la iniciativa #ReframeCovid para recoger e impulsar otras imágenes que sean eficaces para motivar a la ciudadanía, sin derivadas belicistas. Parece que han surgido metáforas diversas. Pero ninguna ha triunfado y se llega a hacer meme. Es difícil sustituir la cultura de guerra latente y “paz negativa”, pues está muy enraizada en la psique colectiva, y se nutre de innumerables relatos míticos. Hillman describe fuentes arquetípicas en el libro Un terrible amor por la guerra (2010). Para la psicoanalista Betty. A. Reardon (1996) el origen de la violencia, que justifica el sexismo y la guerra, es el miedo a la diversidad por el temor a perder el poder. Cambiar el relato es el objetivo, la metáfora un buen intento en el camino, pero necesita articularse en un discurso más complejo para ser más efectivo.

¿Comunidades emergentes del desastre?

Se están dando movimientos de solidaridad. Es pronto para saber si se autoorganizarán alrededor de la justicia y de la búsqueda de las casusas que han detonado la catástrofe.

Lo que si hay son movimientos que tratan de evitar más catástrofes y que pueden estar motivados también por procesos de reparación de culpas.

Se trata de parar la crisis económica que va a venir y ahora, parece que ya no hay reparos en saltarse la austeridad y los déficits presupuestarios. Los gobiernos inyectan cantidades ingentes de dinero, se hacen cargo de los salarios, retrasan pago de alquileres. Pareciera que ha fenecido el neoliberalismo, el capitalismo salvaje, … Se controlan bancos y empresas y se les “obliga” a participar en la ola de solidaridad sociodemocrática. Tump está dispuesto a dar miles de dólares directamente a las familias. Incluso Slavoj Žižek parece convencido de que el neoliberalismo ha fenecido o está terminal. Steven Pinker, psicólogo neo-optimista, cercano a la psicología positiva afirma que los nacionalismos populistas saldrán dañados de la crisis del coronavirus.

¿Reparar la culpa de lo no hecho en el 2008? Las grandes empresas y bancos, donan dinero, … No nos engañemos, es solo redimir, lavar culpas, resetearse a cero, para preparar los siguientes zarpazos. Movimientos gatopardianos, cambiar algo para que nada cambie, y, sobre todo, para evitar la sublevación del pueblo, ahora que podría recordar con nostalgia las guillotinas de la revolución francesa. Está claro la Europa del Maastricht ha desestimado emitir conjuntamente corona-bonos.

Cada tarde a las 20h, las televisiones muestran cómo la gente, desde las ventanas de sus casas, aplauden a los sanitarios. El movimiento empezó siendo de baja intensidad y es ya una marea creciente que ya llega a otros colectivos que ahora están trabajando. Se ha llegado a hacer payasadas, cantos, gritos, himnos patrióticos, y después a las 21h continuar con caceroladas. El clamor está en la consideración de homenajear a quienes se juegan la vida con su trabajo. Me debato entre salir a berrear con las ovejas o no hacerlo. Mi sentimiento de homenaje es profundo, mi miedo a que mueran mis amigos es importante, mi cabreo por la criminalidad que los ha llevado a esto es tremando, pero hacerlos héroes todavía los fuerza más a resignarse al matadero. Si hay que ser héroes pelear por el autocuidado ya no tiene sentido. Se ha moralizado el heroísmo. Se cuenta, además, con un cuerpo social, al que se le ha entrenado para salvar a los pacientes de la muerte, y se le ha inoculado esa tarea como una motivación específica de su trabajo, tanto que muchos atrapados en un complejo de Asclepio, actúan fácilmente registros salvíficos. Varios amigos se han ofrecido para volver a trabajar después de estar jubilados.

No es baladí convocar el heroísmo. Está continuamente en los mensajes sociales se apela a él para ser emprendedor triunfante que se autosacrifica para conseguir sus logros. Por ello recibe un reconocimiento social que aumenta la autoestima. El héroe constela una fuerza directriz profunda en la psique para afrontar el sufrimiento y ser creativo en la resolución de los conflictos. Es un trabajo humano necesario del que se aprende a resolver cooperativamente los conflictos. Matar el dragón es un símbolo cuyo significado es “matar la relación de sometimiento al poder inconmensurable”, matar la esclavitud, permite llegar a ser amigo del dragón y cooperar. Sin embargo, el complejo cultural del heroísmo sirve a los intereses dominantes y nos hace esclavos del dragón.

Se les hace héroes para que nos salven y no se resistan a sacrificarse. Y muchos de los que aplauden, además, redimen la culpa de haber sido cómplices con los criminales que han generado la indefensión y vulnerabilidad de los sanitarios. Los sanitarios saben que van desnudos a la trinchera, y que se van a contagiar, o trabajan incluso ya enfermos en un nivel leve de la enfermedad, y sobreviven con la esperanza de que no se agrave su situación y no sean uno de los muertos. Por todo eso debemos apoyarlos, y por eso mismo es una irresponsabilidad criminal incumplir las medidas de confinamiento y las normas generales de higiene para contener los contagios, los sanitarios y todos los trabajadores que están en primera línea son los más expuestos. Hay aplaudidores que tienen muchas excusas para ser insolidarios.

Por mucho que se haya retomado el lenguaje miliar estos trabajadores son un “anti- ejército desarmado”, que trabaja para la paz. Para muchos ciudadanos que no han vivido una guerra esta catástrofe puede parecerse a un conflicto bélico. Insisto esto no es una guerra, es una catástrofe. Recurrir al término guerra en tiempos de crisis activa la paranoia, la búsqueda de salvadores y generales eficientes, y la resignación a aceptar sus normas. Definir un estado como de guerra salva a los líderes políticos de ser eliminados, o criticados por la mala gestión, y, además, les permite acumular un poder inimaginable anteriormente.

Mi agradecimiento a los sanitarios es profundo, mi temor a la muerte de mis amigos es constante, pero los aplausos me generan mucha vergüenza, y ganas de llorar. Reforzar el heroísmo es interesado y criminal por más que parezca una reacción muy humana y loable. De nuevo subyace el pensamiento positivo del “pollianismo”, que lo inyectan en dosis tóxicas, induciendo a que cualquier conducta no heroica sea censurable.

Lo interesante de habitar los balcones es que ven cuerpos humanos, que, aunque no están realmente habitados y sean solo sombras, al menos se sienten fuera de los disfraces cotidianos. Una resurrección de los semicuerpos, importante, aunque sólo bailen en la coreografía ambivalentemente que pugna entre ser o linchadores o solidarios. Algo épico. Tan épico como encontrar al antaño odioso vecino en el balcón de enfrente, para descubrir que tiene una existencia tan afín y miserable a la tuya, que casi lo abrazarías, aunque sabes que no corres riesgos ya que no puedes hacerlo, y puedes mostrar tu interés en si necesitan alimentos o apoyo

Se recitan los mantras de “Todos juntos venceremos”, “Remar en la misma dirección”, tratando de convocar lo mejor de cada uno. ¿Podrá servir realmente para una verdadera cooperación? ¿O es un pacto de parar las guerras innecesarias hasta más adelante? No se logra la cooperación por desearla sino por liberarla de la sombra, sin ese trabajo eso no es luz sino tiranía de la uniformidad del UNO, lo que reforzará que se use para reprimir aún más la diversidad.

 

 

¿El coronavirus ha venido a enseñarnos algo?

Los hechos fenoménicos no bastan para la conciencia humana, se necesita el relato. El problema es cual se construye, por quien y para qué. Algunos relatos son alienantes. Otros pueden propiciar cambios. Es distinto el relato de que lo envía Gaia para equilibrar el planeta o el que articule la complejidad de su origen, impacto y respuesta social. El primero es rápido, y narcotizante. El segundo requiere paciencia y trabajo de investigación, un tiempo de incertidumbre, de tensión y desconfianza.

Cualquier relato alienante tiene más posibilidades de éxito en la sociedad actual. Muchos practicantes de religiones institucionales y de espiritualidades se preguntan. ¿Qué inteligencia activa una catástrofe epidemiológica? ¿Con qué propósito aquí y ahora?

El rabino Manis Friedman explicado enredes su perspectiva judía. Todo lo que pasa sucede con un propósito divino. Cada generación debe de salir de su propio “Mitzraim” (la esclavitud de los judíos en Egipto). Siendo estrictos salir de Egipto fue una decisión interesada de Yahvé, a la que inicialmente incluso los judíos se resistían. El logro de Yahvé fue instaurar el monoteísmo excluyente de la diversidad.

En el medievo, se creía que los cometas eran una señal inequívoca de que una guerra, una plaga o la muerte de un rey se acercaba. ¿Qué habrían dicho, ante la actual pandemia de coronavirus en el mundo? El 31 de mayo el cometa Atlas se acercará a la tierra y será tan brillante como la luna. Los cometas son bolas de nieve sucias que quedan del material que formó el sistema solar y está claro que Atlas nos ofrecerá un espectáculo digno de ver con nuestros ojos.

https://astroaventura.net/el-cometa-atlas-nos-visitara-en-mayo-y-sera-tan-brillante-como-la-luna/

Fase de negociación.

He expuesto bastantes elementos que considero interesantes para la observación y reflexión necesaria para ir tomando partido hacia la una u otra alternativa: Entre mantener los esquemas anteriores (morfostasis) o cambiarlos (morfogénesis) atendiendo a lo que la catástrofe nos ha obligado a investigar.

Un aspecto fundamental a profundizar es el de la muerte. La muerte negada en nuestra sociedad, irrumpe de un modo no visto en este momento histórico sin memoria colectiva de las pestes. Los enfermos contagiosos se mueren solos, aislados en UCIs, sin que puedan despedirse de los familiares, con una de las muertes más difíciles (asfixia), sin que se puedan realizar sepelios, ceremonias, los cadáveres se están recogiendo como se puede, a veces pasa bastante tiempo hasta que puede hacerse, intervienen recursos excepcionales para los traslados como el ejército, se llevan a tanatorios montados sobre la marcha, palacios de hielo, o a lugares donde se creman, en procesiones de peregrinación con los féretros de un lado para otro. Después habrá que atender, cómo se les pasan los restos a los familiares, atender duelos especiales, congelados.

 

Fase de ¿transformación?

Hay una frase que se repite mucho estos días con una certeza apodíctica: el mundo será diferente, después del coronavirus, en general se sobreentiende que mejorado. Esto es ilusorio.

Va a depender de lo que resulte más ajustado en el balance de la negociación.

De la reflexión anterior sobre la muerte puedo anticipar lo que sería morfostático, que considero lo más probable. Para atender los duelos se hará un uso de los psicofármacos más intensivo que el actual, el duelo ya perdió ser considerado una función necesaria de la psique, para considerarse un problema patológico a tratar con hipnóticos, ansiolíticos o antidepresivos.

Este “virus” invisible, que necesita nuestras células para replicarse, aparecerá una y otra vez, mutante ¿y volverá a desencadenar catástrofes?

Un virus no es un enemigo consciente y malvado. Como parte de la naturaleza es un ser con el que podemos relacionarnos y cooperar para conocer mejor los misterios de la vida, además, es un ser vivo muy cercano a lo no vivo. Esa condición lo sitúa en el umbral de lo espiritual.

En la novela “La guerra de los mundos” (Herbert George Wells, 1898), la humanidad no puede evitar ser aniquilada. El ataque cesa por derrumbe de los atacantes. Ogilvy, descubre que los atacantes han sucumbido abruptamente al interactuar con bacterias terrestres, frente a las que no tienen inmunidad natural. Hay hipótesis científicas que apuntan a un origen alienígena de la vida en el planeta, originada a partir de precursores orgánicos sembrados por meteoritos que los transportaban. Del final de la novela se infiere a que el planeta se defiende de lo extraño-alienígena. En la película avatar, ya es la humanidad la especie alienígena en Pandora y, termina derrotada por la unión espiritual de sus especies. Un paso más allá de la novela de Wells. En los dos ejemplos, siempre es derrotado el alienígena. La espiritualidad es una dimensión que relaciona las distintas partes de un sistema en la que cada una está con otras en una red de reciprocidad interdependiente multicausal, generando un salto cualitativo de ser parte de un todo al que se pertenece y con el que se puede interactuar sin jerarquías. Por si no quedaba claro la polaridad opuesta de extraño alienígena es otra de las variables integradas.

El sacrificio es necesario para crecer en conciencia. ¿Cuál? El sacrificio necesario es el derivado del esfuerzo que requiere el conocimiento con sus tareas concretas, que requiere atención, disciplina, coraje y el abandono de las complacencias y reduccionismos, con el trabajo de duelo que requiere ese abandono. Las herramientas, no armas, son el logos que separa, disecciona las partes componentes, hace procesos de digestión y el eros que vuelve a vincular las partes en un orden más evolucionado de significados. Un trabajo alquímico.

El primer sacrificio existencial en el humano es abandonar la vida uterina en el trabajo del parto. Trabajo tan duro que puede llegar a ser traumatógeno, como describió Otto Rank. En el canal del parto el feto no está ni vivo ni muerto, como está el “gato” de Schrödinger. Es la primera muerte que experimenta un humano. Si nace, el feto lo hace en una nueva vida, es un neonato con un cuerpo resucitado transformado (se cierran ventanas cardíacas, el cordón umbilical no se necesita, se respira, …). El feto ha muerto.

El nacimiento es duro, algo que el neonato no puede elaborar solo, incluso traumático, pero afortunadamente lo llegará a ser en función de las respuestas de los adultos que lo esperan. Podrá digerir su angustia, calmarse y sentir que nacer le ha merecido la pena, o quedaré traumatizado. La experiencia del nacimiento queda registrada en el cuerpo, en células musculares, neuronales, que incluyen lo emocional y construyen los rudimentos de la memoria implícita.

La existencia es un continuo ciclo de muertes-renacimientos. El nacimiento es una muerte cuasi real, una metamorfosis, de un cuerpo a otro. Los siguientes ciclos son más simbólicos. Esta ciclicidad es arquetípica, enraizada en la profundidad de la psique colectiva, probablemente desde un origen en nuestros antecesores unicelulares que dejaron de clonarse y adoptaron la manera sexuada para continuar la estirpe. Los clones o fundas de Altered Carbon trascienden la ciclicidad, que en la conciencia humana tiene implícito un final: el ciclo del individuo cesa en algún momento, y lo que sigue es una dilución en el cosmos. La terminación de la vida individual es biológica (el cuerpo alimenta la tierra), y psíquica (el alma alimenta lo inconsciente colectivo). No integrar el ciclo en su sentido global, condiciona proyecciones en un futuro imaginario, con contenidos concretos diversos según los individuos y las culturas.

La experiencia del nacimiento de muerte y resurrección en otra vida, acompañado y calmado por otros seres después de la angustia, alimenta creencias de certezas en otra vida tras la muerte. Psicológicamente no muere quien no acepta la muerte negándola. Y si no se muere no hay vida. El inconsciente nos prepara para la muerte en sueños, visiones, … sin embargo, la interpretación que se hace de los materiales muchas veces ser errónea en función de las creencias previas.

El confinamiento en casa también va a dificultar la conexión humana real y simbólica con la ciclicidad de la naturaleza en esta época, caracterizada por la explosión de la primavera terminando con la muerte del invierno. Lo habitual en primavera es que haya menos muertes humanas, en esta del 2020 es al contrario hay más muertes de lo habitual. Hades no va a dejar a Perséfone salir a la superficie, le dará más granadinas (o belladona) para que se quede en su casa del inframundo, así colabora también con el confinamiento y protege a Perséfone de que se infecte, muera, y, así evita quedarse solo.

Donald Kalsched explica ciertos dinamismos del sistema de cuidado de defensas arquetípicas o arcaicas. Ya sea Hades, la bruja, el hada, … pueden cuidar que el alma se mantenga viva sin sucumbir al trauma, pero, tiene un costo, sobre todo cuando existe un exceso de cuidado, el riesgo es que se congela el desarrollo de la psique, pues queda aislada confinada, disociada. Lo vemos en psicoterapia, especialmente cuando hay traumas en la temprana infancia, pero en los colectivos humanos sucede lo mismo. El yo queda hipnotizado desde dentro, siendo, en ocasiones, solo un médium que habla lo que le dictan, creyendo que es especial por decir lo que dice, y por la persuasión que tiene su discurso en otros que le escuchan. La traumatización consecuencia de la violencia genera milenarismos.

¿Qué hará Perséfone? ¿Sucumbirá? ¿Se escapará?

 

¿Se consolidarán comunidades emergentes de justicia?

 

¿Se reflexionará sobre el modelo de salud?

La desmantelación de los hospitales ha sido una lacra en las condiciones en que se ha hecho. Se podrían rebajar mucho los servicios sanitarios si la población recuperara la autogestión de su salud. Pero eso no interesa a priori. La salud es un gran negocio.

La ciencia médica definió como superstición o pseudociencia, las praxis que se salen de lo que la ciencia imperante acepta. Convirtiéndose en una religión laica que ocupa el espacio de las religiones decadentes y desprestigiadas por su mal hacer. El espíritu científico es humilde, acepta como válido lo que puede validar hasta que se encuentran otras soluciones, pero no hace dogmas. Cuidado con las neo-inquisiciones. El misterio de lo desconocido inspira seguir investigando. Es ético frenar a los farsantes que se lucran ofreciendo mesianismos. Pero personajes de esos no solo están en las “pseudociencias” también en la medicina alopática, en los hospitales, … que son, en ocasiones verdaderas autocracias liberales, o dictaduras.

La relación comunicativa entre sanitarios y pacientes está tan deteriorada como la comunicación en la sociedad, los tiempos de atención son ínfimos, los profesionales aun cuando quieran no pueden hacer mucho, tampoco los pacientes quieren educación, demandan recetas, tratamientos y exploraciones tecnológicas, no se capacita a los sanitarios para detectar la psicología que subyace a los síntomas y síndromes biológicos, para los curriculums no puntúa demasiado hablar en la lengua materna de los pacientes, pero sí importa tener doctorados o saber inglés.

 

¿Se incluirán los conocimientos antropológicos, sociológicos, psicológicos en la complejidad de análisis de la realidad?

 

¿Se cambiará el pronóstico, que ahora es “reservado”, del planeta y de la especie humana?

 

Es un misterio el devenir, y mejor es que lo siga siendo. Que no lo llenen la incertidumbre los profetas, impidiendo la curiosidad y la disposición a los cambios, y activando la alienación y la búsqueda desesperada de salvadores.

 

 

 

 

¡Si hay trasformaciones no serán porque nos las hagan otros!

 

 

 

¡Desde el punto donde te encuentras solo hay un camino adecuado que cambiará, a medida que camines, para ti y para el resto de los caminantes!

 

 

¡Suerte y coraje!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mikel García García

 

29 de marzo 2020

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía (Solo psicosocial)

 

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Primeros respondedores después de los desastres: una revisión de las reacciones al estrés, en riesgo, vulnerabilidad y factores de resiliencia. 

Archer D, Boonyabancha S. Seeing a disaster as an opportunity–harnessing the energy of disaster survivors for change. Environ Urban. (2011) 23:351–64.

Ver un desastre como una oportunidad: aprovechar la energía de los sobrevivientes del desastre para el cambio. 

Chandler D. Resilience ethics: responsibility and the globally embedded subject. Ethics Glob Politics. (2013) 6:175–94.

Ética de la resiliencia: responsabilidad y el objeto globalmente integrado

Jetten J, Postmes T, McAuliffe BJ. “We’re all individuals”: group norms of individualism and collectivism, levels of identification and identity threat. Eur J Soc Psychol. (2012) 32:189–207.

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Ripley A. The Unthinkable: Who Survives When Disaster Strikes – and Why. London: Arrow (2009).

Lo impensable: quién sobrevive cuando ocurre un desastre y por qué.

Solnit R. A Paradise Built in Hell: The Extraordinary Communities that Arise in Disaster. New York, NY: Viking (2009).

   Un paraíso construido en el infierno: las comunidades extraordinarias que surgen en el desastre

Stott C, Drury J. Contemporary understanding of riots: classical crowd psychology, ideology and the social identity approach. Pub Underst Sci. (2017) 26:2–14.

Comprensión contemporánea de los disturbios: psicología clásica de masas, ideología y el enfoque de identidad social.

Ataque de pánico

Ataque de pánico

No hay mejor negocio que la sociedad enferma de miedo paranoico[1]: la nuestra.

[1] Luigi Zoja, en “Paranoia. La locura que hace la historia” (Zoja, 2014) escribe. «…El genocidio es el último paso de la paranoia colectiva, que empieza con la agresión al grupo definido como enemigo, sigue con su expulsión y desemboca en la destrucción. [ …] El terrorismo, sea de Estado o marginal, usa el miedo como vehículo fundamental para instaurar sus designios, que no son otros que la extorsión, la dominación pura y simple a través del terror…»

Mikel Garcia Garcia 11 marzo 2019

Texto del artículo

La anunciada crisis del 20 se ha iniciado con el coronavirus. Las crisis son oportunidades de revisar las condiciones previas que la propician, a fin de implementar correcciones que transformen y prevengan de nuevas crisis. La experiencia, repetida en la humanidad, es que las crisis afloran lo mejor y lo peor, trabajando con intensidad para atemperar sus efectos, prendiendo el deseo de que no se repitan, pero casi nunca se aprovechan para transformaciones de fondo, y no se les dedica el tiempo necesario para reflexionar. Las siguientes líneas tratan de aportar argumentos para la reflexión.

La emoción natural ante una posible alteración de nuestra integridad es el miedo, que nos lleva a evaluar instintiva y racionalmente la situación y tomar decisiones coherentes. El miedo actual de la población no es el de la emoción natural, se ha transformado en un sentimiento neurótico o paranoico. Las respuestas son derivadas de la irracionalidad, sea por magnificación catastrófica, mágica, de la amenaza o, por lo contrario, que es menos frecuente, de negación de la misma.

El coronavirus, el SARS, la fiebre aviar, la fiebre de las vacas locas, el ébola, y otras enfermedades son hechos objetivos, reales, que activan ese miedo latente, determinan decisiones que limitan la capacidad de movimiento por el mundo e inducen que aceptemos la seguridad que nos imponen “por nuestro bien” los estados. Los mecanismos de contención actúan como justificación para incrementar el miedo y, toda la dinámica en espiral, sobre todo, hace aflorar y hacer manifiesta la miseria en la que se encuentra la población: fragilidad, susceptibilidad paranoide, infantilización, …

En anteriores epidemias las vacunas contra los virus se consiguieron desarrollar en cuestión de semanas. Las vacunas de la gripe aviar, la enfermedad de Marek y de la encefalopatía espongiforme bovina, se pusieron a la venta a un muy alto precio, aprovechando el miedo de la gente, se gastaron cientos de euros en el Tamiflu, ya que cada caja costaba más de cien euros, y se agotaron las existencias.

La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, defendió la gestión de la gripe A en España y aseguró que finalmente España invirtió 90 millones en la compra de vacunas para prevenir contagios por el virus A/H1N1. No sirvieron para nada.

Científicos del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID) creen que una vacuna contra el nuevo coronavirus (2019-nCoV) podría estar lista para la etapa inicial de pruebas en humanos en tan solo tres meses. Las vacunas en contra del coronavirus se van a desarrollar y poner a disposición. Es probable que muchos sistemas de sanidad públicos, compren en masa estas vacunas. La venta de mascarillas se ha disparado en muchos países, con ingresos millonarios para las fabricantes y los mercaderes del miedo: se roban mascarillas, se confiscan, se estigmatizan a comunidades y sujetos …

¿La alarma actual está objetivamente justificada?

Las experiencias previas de infecciones que se expandieron sin control inducen a pensar que una reacción drástica de contención tiene sentido hasta conocer la virulencia y patogenicidad del nuevo virus, sus modos de expansión y de tratamiento. También es cierto que al gobierno chino le ha venido bien crear la alarma sanitaria por la existencia del coronavirus. Su respuesta radical tiene sentido epidemiológico: contener la difusión del virus, ¿pero que más se ha contenido-congelado? Las manifestaciones en Hong Kong estaban comprometiendo la seguridad nacional de China. Declarar la alerta sanitaria frena las manifestaciones. Las medidas chinas son apreciadas por los gobiernos occidentales al tiempo que, demagógicamente, se hace énfasis en que en las democracias el modo de actuar no puede ser el mismo. La OMS ha alabado al Partido Comunista por su gestión de la crisis sanitaria. Ahora, en China se ve con estupor que el resto del mundo no aprenda de su experiencia. China impone ahora la cuarentena a quienes llegan de países incapaces de controlar sus brotes, entre los que se encuentran países en vías de desarrollo como Irán, pero también otros desarrollados y democráticos como Corea del Sur o Italia. China ya ha detectado varios contagios importados desde allí. Ni es sencillo ni barato levantar hospitales de campaña o instalaciones para realizar cuarentenas, pero China está convencida de que son un elemento de gran ayuda, y levantó dos en 10 días. Los resultados parecen darle la razón. “También pueden servir para proteger mejor al personal sanitario”, dice el médico chino Ruijin. China ha activado las nuevas tecnologías 5G para recopilar información atender a distancia transmitir información, … Algunos estados, o gobiernos locales, aprovechan para reforzar sus paternalismos y sacan músculo de la salud de sus sistemas sanitarios y esperan salir bien de este test de estrés.

La ciencia saca músculo, el complejo de Asclepio se activa: de los primeros casos del SIDA, en junio del 81, hasta conocer el virus pasaron dos años. Los primeros casos de neumonía severa se notificaron en China el 31 diciembre del 19. Para el 7 de enero ya se había identificado el virus y el 10 de enero se tenía su genoma. El 13 de enero ya se dispuso de un RT-PCR diagnóstico para detectarlo. Se afirma que es el momento de la ciencia y la cooperación. Las revistas científicas se colapsan de artículos científicos, se habla de más de 200 en PubMed en un mes.

En los momentos de catástrofes aparece la ciencia deificada como salvadora, sustituyendo a las deidades clásicas que están siendo ridiculizadas pues no protegen con sus creencias y sus ritos. En torno al 60% de las infecciones en todo el territorio nacional Corea del Sur están ligadas a la secta cristiana Shincheonji, cuya sede en Daegu, donde se celebraron varias misas multitudinarias a principios de febrero, es considerada un importante foco de propagación. Lo mismo sucede en otros países asociados a sectas religiosas. El papa católico Francisco está resfriado, pero da negativo al coronavirus. Las misas se cierran al público y se retransmiten por internet. La Meca cierra las peregrinaciones anuales, …. La mezquita de París cierra el culto. Aparecen voces de los partidarios de teorías místicas que atribuyen a Gaia el nuevo virus, como una venganza por la hibris de la especie humana que va a terminar con el planeta.

La concepción militarista imperante se nutre de una susceptibilidad paranoica, y en muchas ocasiones es una formación reactiva de defensa cuya finalidad es negar el sentimiento interno de culpa individual y colectiva. Los actos forjados desde la paranoia terminan nutriendo el sentimiento de culpa, que puede provocar respuestas de castigo para ser redimida. Así se entiende la proliferación de productos culturales sobre catástrofes, un tipo de meme (Dawkins, 2014) cuya función es la catarsis colectiva de la culpa al ser castigados “por cataclismos imaginarios”, como el fantasma de la amenaza zombie tan trillada en películas y series televisivas, pero finalmente redimidos por dioses olímpicos, la naturaleza como espíritu cuidador o la propia ciencia endiosada.

Las vacunas funcionan como talismán mágico que protege del miedo colectivo que está en la memoria histórica. La humanidad ha sufrido mucho por las epidemias históricas, pestes medievales, y en 1918 la pandemia de gripe “española” causó más de 25 millones de muertos en menos de 25 semanas. La eficacia de las vacunas es menor que el de las medidas higiénicas conocidas gracias al desarrollo científico, pero las vacunas se invisten de la magia y se sobrevaloran. El pensamiento mágico religioso medieval frenó el desarrollo científico pero la ciencia actual se sirve de la magia. Pasará el momento de la ciencia y resurgirán los ritos religiosos pues se retroalimentan recíprocamente.

La experiencia en China y los datos que se van conociendo confirman el inicio de contención de la pandemia del nCnV, y que el covid-19 no es tan letal como se temía. Este último dato hay que relativizarlo. Los últimos datos en España, 1600 afectados, 35 muertos: 2,5% de mortalidad entre los afectados. En Italia el % de muertos es mayor. Sin embargo, se sabe que habrá bastantes afectados con síntomas tan leves o sin síntomas que no han sido detectados. En número mágico “r” de tasa de infectividad se calcula matemáticamente, en España los epidemiólogos calculan que es de 2,6, lo que significa que se está en una fase exponencial, si ahora hay 1600 casos, probablemente habrá cerca de 4000 afectados de ellos muchos no lo saben, pero en una semana podrá llegar a 4500 detectados y el doble afectados pero sin síntomas importantes, lo cual no evita que sean contagiosos.

Pero la epidemia de la paranoia no va a parar por ello. Nunca como ahora se había radiado y televisado en directo el morbo de la miseria, ya estábamos acostumbrados al morbo de la guerra, de las emigraciones masivas de exiliados, del cementerio de las muertes en el mediterráneo, …. El coronavirus no parece ser un virus demasiado letal, lo es menos que la gripe. Pero es desconocido y ese hecho es determinante, lo desconocido genera incertidumbre, activa defensas profundas ante en terror a la muerte. Cuando se enfrentan a la incertidumbre, los individuos apoyan a grupos que son percibidos como más capaces de actuar con poder (Hogg et al. , 2007) es decir, capaces de tomar acciones radicales contra otros (Hogg, Meehan, & Farquharson, 2010), y respaldan a los líderes que son percibidos como “no prototípicos” o convencionales y orientados a la acción (Rast, Gaffney, Hogg, & Crisp, 2012) con la esperanza de que tales acciones conduzcan a la reducción de la incertidumbre. Del mismo modo, Jost et al. (2003, p. 341) argumentó que el apoyo al autoritarismo de la extrema derecha, al dominio social y al conservadurismo político se basan en un «proceso de emparejamiento» mediante el cual las personas apoyan ideologías «que tienen más probabilidades de satisfacer sus necesidades y motivos psicológicos (como las necesidades de orden, estructura cerrada, finalización de procesos y evitar la incertidumbre o amenaza)».

Algunos datos que se van conociendo.

El coronavirus es un virus RNA, esto favorece la mutación rápida y su pasaje de reservorios naturales en animales salvajes a humanos. En China y otras culturas asiáticas se aprecia comer esas carnes, lo que aumenta el tráfico ilegal de especies como alimento, sin ningún tipo de control sanitario. Los animales suelen ser cazados mediante prácticas que les generan un alto nivel de estrés, lo que baja sus defensas y facilita que afloren sus patologías. Si son capturados se les hacina en jaulas o cajas en condiciones completamente insalubres y en las que se mezclan distintas especies. Conjunto de variables que confluyen en el tradicional mercado húmedo de la ciudad de Wuhan. Se sigue considerando al murciélago como el animal en el que se encuentra el origen del coronavirus por ser reservorios naturales, pero se sigue buscando la especie que ha actuado como huésped y transmitido el virus desde los murciélagos a las personas. El “pangolín”, se incluyó como posible transmisor del coronavirus. Los científicos apuntaban a este animal, por el comercio ilegal por su carne y sus escamas. Se ha comprobado que hubo un fallo “un embarazoso error de comunicación entre el grupo de bioinformática y el grupo de laboratorio”, según Xiao Linhua, coautor del estudio, en declaraciones recogidas en la web de Nature, y se ha descartado al pangolín.

El perfil del contagiado que presenta síntomas es hombre de 45 años, sólo el 3% de los casos afecta a menores de 20 años, no niños y pocas mujeres. La letalidad del coronavirus es baja en esas edades (0,2%). La población de riesgo son personas mayores de 65 con patologías previas cardiovasculares (no respiratorias, no neurológicas, …). es decir, infartos, cardiopatías, y diabéticos. El virus se inactiva fácilmente con líquidos apropiados y el 80% de los afectados se cura con facilidad.

Comparando con la gripe según el último informe del Sistema de Vigilancia de Gripe del Instituto de Salud Carlos III, relativo a la semana del 17 al 23 de febrero, la tasa de letalidad entre los casos graves hospitalizados por gripe en lo que va de temporada se sitúa en el 13 por ciento, de los cuales el 79 por ciento eran mayores de 65 años, el 56 por ciento hombres y el 95 por ciento tenían factores de riesgo. La tasa acumulada de hospitalización de estos enfermos es 34,3 casos por cada 100.000 habitantes. El 40 por ciento de los casos son mayores de 64 años y el 35 por ciento de entre 15 a 64 años.

La transmisión del coronavirus es desde los portadores contagiados. El coronavirus se transmite por las gotas de tamaño medio que salen del emisor al toser, estornudar… Esto supone que no llegan más allá de los 1,5 metros del emisor. Uno de los 4 virus de la gripe estacional, el N1H1, infecta 1,3 sujetos desde un infectado. Parece que el coronavirus, infecta 2 ó 3 por infectado, es decir los infectados son más. Por comparar la micobacteria de la tuberculosis y el sarampión, al estar en las gotas finas, llegan a contagiar a los sujetos situados mucho más lejos del emisor. Pero los virus quedan en las superficies donde caen un tiempo: mesas, sillas, utensilios, … Al tocar esas superficies con las manos uno puede contagiarse. Por eso es clave lavarse las manos.

El método más eficaz para protegerse es lavarse las manos. La mascarilla es sólo para los que sospechen pueden estar contagiados, los enfermos, para no trasmitir gotas y para los sanitarios pues pueden tener contacto muy cercano a los enfermos. La mascarilla puede ser contraproducente porque al ponerla o quitar si no se lava las manos y han tocado algo contaminado se acerca la contaminación a la nariz, boca u ojos. Las gafas también pueden ser una barrera protectora para frenar gotas contaminadas.

Los síntomas de la enfermedad por coronavirus son como un catarro con pocos mocos, tos seca, todo algo de congestión, dolores musculares, fatiga respiratoria, y febrícula.  Si se tiene algo de eso y además hay algún antecedente de algún viaje a zonas de riesgo o de contacto con personas que hayan viajado, es conveniente informar a los servicios sanitarios sin ir a urgencias. Que vayan a casa y toman unas muestras en la nariz.

La evolución es muy rápida una vez que empiezan los síntomas, si en las primeras 48 horas no hay agravación importante el cuadro evolucionará de modo leve. El tratamiento es sintomático igual que una gripe, y sobre todo las medidas higiénicas. Se han ensayado fármacos antiguos frente a otros virus como el del SIDA. Hay multitud de ensayos clínicos en curso con antivirales y antipalúdicos (remdesivir, cloroquina, lopinavir, ritonavir, oseltamivir, …). La inteligencia artificial al servicio de laboratorios farmacéuticos en la carrera de ser los primeros en el negocio.

Puntualizaciones.

Como ocurre siempre en las enfermedades infecciosas quien se pone en contacto con el virus tendrá una evolución que dependerá de la salud de su sistema inmunitario. La exposición al virus no determina el desarrollo de la enfermedad: las condiciones del huésped son determinantes. Un sujeto con un sistema inmunitario sano se defiende mejor. Y eso depende de diversos factores biológicos y psicológicos del huésped. Los biológicos incluyen lo genético, la alimentación…. Hay otros factores del terreno biológico aún desconocidos. Los niños tienen un terreno ligeramente ácido reductor del medio interno, mientras que a medida que se envejece el terreno va siendo más alcalino oxidativo. Eso puede orientar a tomar medidas dietéticas.

En Europa es probable que no se llegue hasta dentro de tres o cuatro semanas al pico máximo de contagiados, después podrá experimentarse un descenso gradual de infectados y muertos. Pero va a depender la las medidas de contención y la reacción de la gente. Un hecho que se repite es que los chinos han obedecido a las recomendaciones de sus gobernantes y se han autoaislado. Ahora se apela a la responsabilidad y buen hacer de la población europea, dando por hecho que eso es un hecho científico que está sucediendo, que la gente es honesta, que sabe reaccionar …  que los funcionarios dan la información adecuada, que los sanitarios están trabajando con serenidad y pulcritud…. que la gente sigue apostando por lo importante aún a riesgo de contagiarse: las manifestaciones del 8M apenas se han vista afectadas, etc. La gente robando o especulando con mascarillas, las riadas de gentes saliendo de las zonas rojas de Italia escapando al cierre, la guardia civil que patrulla por Haro para que la gente se quede en casa, se lanzan bulos y fake news, se van a los supermercados para comprar compulsivamente alimentos, ¿todo esto son anécdotas nada significativas? Parece un guion de la factoría Disney. ¿Qué pasará cuando se cierren los estadios de fútbol, o se suspendan las fiestas-circo? ¿La gente se pondrá a leer La peste de Camus u otros libros similares?

El miedo paranoico genera estrés. Hay mucha literatura científica que demuestra que el estrés debilita el sistema inmunológico. Hay planteamientos tardíos timoratos y debilidad en la protección a los sanitarios, desconcierto, poco apoyo, ¿qué le pasará en sus sistemas inmunitarios? Fue tremendo la paranoia que afectó a los sanitarios en el comienzo del SIDA. Entonces infectarse era riesgo de muerte al 100%, y aunque las prácticas de riesgo eran muy controlables, los portadores eran estigmatizados por el temor que generaban. Ahora el riesgo vital es bajo, pero el contagio bastante probable si se está atendiendo a enfermos, y, además, el sanitario afectado puede contagiar a otros lo que convierte el hospital en un espacio ambivalente que puede saturarse y colapsar: el lugar de curación y de riesgo de expansión.

Se va por detrás de los acontecimientos sin anticiparse con firmeza. Se va por detrás de la curva a pesar de lo que se conoce de China. Lo fenoménico centra la atención, y aunque hay que atenderlo, con lo concreto se pierde la posibilidad de ver la complejidad, y el ataque de pánico es más probable.

La contención forzosa ya se ha decretado en España, porque ya se sabe que hay contagiados de los que no se sabe la cadena epidemiológica de contagios. La comunidad de Madrid ha cerrado los centros educativos, y la vasca lo mismo en regiones de Alaba. Sin embargo los niños en casa ¿por quien van a ser cuidados? ¿Se va a recurrir a los abuelos, quienes precisamente son la población más claramente de riesgo? Se suspenden los plenos del congreso, pues todos los diputados de VOX se han autoaislado por haber habido un diputado de VOX que ha dado positivo y ha compartido un espacio político con sus compañeros. España ha suspendido todos los vuelos desde Italia a España, país cerrado por su gobierno.

España ya es un lugar de riesgo, así nos empiezan a considerar las naciones, y algunas ponen problemas para admitir en su territorio a españoles.

No se muestra interés en abordar el fondo de la cuestión: la contaminación, la mala alimentación, la miseria social, la ignorancia, la dependencia, …

Economía.

El coronavirus ha reducido las perspectivas a corto plazo para la economía global y esto significa que el crecimiento global en la primera mitad de 2020 será menor de lo esperado. Sin embargo, las respuestas del sistema financiero y bolsas, en su irracionalidad habitual, van mucho más allá de los datos objetivos, además del miedo influyen los intereses de los ludópatas financieros. «No todos los psicópatas están en las cárceles. Hay muchos en los consejos de administración y en los comités ejecutivos de las empresas» (Robert Hare, doctor en psicología). Desde el indicio de la Gran Recesión de 2008, han sido muchos los ensayos dedicados a la descripción de este tipo de figuras psicopáticas que han sido calificadas como “corporativas o de cuello blanco”. Algunos de estos trabajos cifran la incidencia de esta clase de psicopatías en un 3%, cuando la media de la sociedad se sitúa entre el 1-1,5%. El catedrático de Psiquiatría por la Universitat Autònoma de Barcelona Adolf Tobeña habla de ello su libro Neurología de la maldad (2017) “Combinan algunos elementos del psicópata peligroso, pero tienen cualidades y virtudes que les hacen particularmente buenos para la lucha competitiva de alta exigencia en el ambiente de los negocios”. Los empresarios partidarios del neoliberalismo se cambian puntualmente de ideología y piden a los gobiernos les rescate del desastre. La austeridad, los frenos a la inversión y al déficit, se abandonan, … ahora que interesa salvar la economía de la paranoia, las razones humanitarias anteriores no eran motivo pues la pobreza afectaba a la parte denigrada de la población. Seguramente los chinos se recuperarán económicamente

Adaptaciones y respuestas sociales.

China tiene la mayor industria de transmisiones en vivo del mundo y, Wuhan -el epicentro del brote de covid-19 – es un centro neurálgico. Antes del brote de coronavirus, la ciudad estaba ganando reputación de ser el lugar más idóneo para las transmisiones en vivo en China. En diciembre de 2017, Wuhan construyó un centro de transmisiones en vivo con habitaciones para cerca de cien personas, ambientado al estilo europeo. Wuhan alberga a algunos de los servicios de transmisión en vivo más grandes de China, incluyendo al líder de la industria, Douyu. El público ha estado siguiendo transmisiones en vivo de celebridades y personas comunes y corrientes cantando, cocinando y haciendo ejercicio en sus propias casas. Los programas que generalmente cuentan con audiencias en vivo ahora parecen más videoconferencias, pero aun así han demostrado ser un éxito inusual. El periódico Guangzhou Daily resaltó el surgimiento de un nuevo género de reality shows en la nube, en el que los artistas solo necesitan un teléfono móvil o una computadora y una buena red de Internet para ser parte de un espectáculo.

Cerca de 780 millones de personas en China -más de la mitad de la población- ha experimentado alguna forma de aislamiento desde finales de enero. A fines de enero, el principal regulador de medios del país modificó los horarios de televisión a fin de «reducir la programación de entretenimiento» y aumentar los informes especiales sobre el coronavirus. A medida que las audiencias se fueron volcando cada vez más a Internet, muchos programas de TV tradicionales comenzaron a adaptar rápidamente sus formatos para continuar funcionando, aunque sus estrellas no han podido acudir a los estudios. El aislamiento aflora las tensiones de la convivencia, más tensiones, más divorcios, más maltrato.

¿Oportunidad de aprender algo y cambiar costumbres?

Se va impulsando el teletrabajo. La disminución de la movilidad bajará contaminación y rebajará estrés, pero el aumento de la convivencia podrá aflorar otras tensiones. La contaminación ha descendido en muchas ciudades chinas. La lacra de legiones de turistas consumistas contaminando los lugares puede ir en descenso. Quizá se active la idea del decrecimiento y de las comunidades autosuficientes. ¿El militarismo puede rebajarse? Hay giros epistemológicos en los estudios sobre la paz, perspectiva pazológica que propone la paz, y no la violencia, como constitutiva de la naturaleza humana (García, 2020; Tobeña, 2017). ¿Se concretará en algo de transformación real?

Sin duda lo que ocurre es un suceso sorpresivo de gran impacto, pero una vez pasado el hecho, ¿se racionalizará retrospectivamente haciendo que parezca predecible, explicable, o que se esperaba que ocurriera? Vamos la metáfora del cisne negro. ¿Será el cisne el puente entre murciélagos y humanos?

Medidas para organizadores de futuros eventos serios presenciales.

Podemos imaginar dos comunicados emitidos por dos organizaciones que tenían anunciado un evento.

1.- “Debido al coronavirus, la asociación XXX mantiene el congreso y se compromete a no permitir la presencia de ningún afectado o contagioso del covid-19. Se pedirá un certificado médico de salud y otro de antecedentes penales, se tomarán temperaturas en cualquier momento, se hará una encuesta epidemiológica de hábitos alimentarios (abstenerse de venir quienes coman carnes de animales salvajes recién sacrificados o en conserva: murciélagos, pangolines, … a los que sean caníbales y a los veganos que no tomen aporte de B12), se cacheará a fondo (con personal distinto según géneros), se venderán antisépticos, pañuelos y mascarillas a quienes no los traigan y será obligatorio su uso, cada participante se sentará a 1,5 metros de otro, no se permitirán besos ni que las parejas fijas u ocasionales follen en los días del encuentro, solo se permitirán saludos con el pie (metido en su zapato) o por WhatsApp, y encomendaremos a los santos sabios de nuestro modelo científico para que nos protejan. Si nos quedamos en cuarentena la pagarán quienes incumplan las normas y aprovecharemos esos días para hacer un intensivo de los cursos nuestros, con exámenes in situ y expedición de títulos a quienes los superen. ¡En adelante se sustituirán los encuentros presenciales por formación online!”.

2.- “Debido al coronavirus, la asociación YYY mantiene el congreso y anuncia que lo iniciaremos con un «Taller previo de toses y estornudos» con el fin de contagiarnos y despreocuparnos de otras medidas. En los 3 días que dura el congreso no van a aparecer síntomas y nos dará tiempo de ir a nuestras casas sin pasar retenciones ni cuarentenas. En caso de contagiarnos disfrutaremos en nuestras casas de una cuarentena para la que tendremos la posibilidad de solicitar una baja laboral remunerada”.

¿Cuál es más atractiva o nociva? ¡La paranoia estimula la producción artística-creativa! El humor y el juego es un antídoto frente a la paranoia.

¿Qué actitudes serían interesantes?

Retomar la subjetivación. En la Modernidad, el sujeto, a partir de las concepciones cartesianas y kantianas, se entiende que es consciente y autónomo, que puede conocer y tomar las riendas del proceso de manera voluntaria como actor de su propia historia y creador de su propio mundo. Los “maestros de la sospecha”, introducen una perspectiva diferente de sujeto, que aparece fragmentado y escindido incluso en donde se pensaba que poseía mayor control: su propia interioridad. Freud demuestra cómo las pulsiones y deseos inconsciente son capaces de influir mucho más en las acciones que la consciencia. Marx devela que la conciencia está condicionada por la ideología que va imponiendo la clase dominante. Nietzsche cuestiona este sujeto socavando las bases morales modernas…  En la Dialéctica de la Ilustración, Adorno y Horkheimer desarrollan la tesis de que la historia resulta de una racionalidad instrumental que somete violentamente a la naturaleza y a los mismos hombres al servicio de la productividad y el éxito económico, a la aniquilación del sujeto mismo en función del “progreso” de un mundo administrado (Adorno y Horkheimer 1998). En realidad, el sujeto ha sido desubjetivado, elevado a una idealización alienante, y se mueve, en la ignorancia de ello, en el pantano “del arte de no haber sido” como expone Marquard en su obra Dificultades con la Filosofía de la Historia. Marquard ofrece una perspectiva crítica señalando que el ser humano hace su mundo incluso allí donde cree no haber intervenido, es decir, que el sujeto es actor, aunque no lo asuma de manera consciente; y más aún, si siente que no ha creado ciertas condiciones, en realidad, es porque ha olvidado su condición de forjador de su propia historia (Marquard 2007).

¿Podrá recuperarse la subjetividad?

Frente a la paranoia, miedo y autoprotección racional.

Detectar y trabajar los propios miedos a la muerte. ¡Casi nada!

“El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría es una meditación no sobre la muerte, sino sobre la vida” (Spinoza, 1987, Proposición LXVII).

Humor y juego.

Medidas higiénicas.

Medidas que fortalezcan el sistema inmunitario, alimentación, … antioxidantes.

Propiciar las actitudes de responsabilidad cooperación y coopetencia. Es interesante la investigación Dañar a otros actúa como un reforzador negativo en ratas de Hernandez el al. (2020), que concluye que independientemente del sexo y la familiaridad, las ratas evitan acciones que perjudiquen a un individuo específico, sobre todo cuando han tenido experiencia previa de ser dañadas, y que cuando se inhibe el funcionamiento de la corteza cingulada anterior se elimina la aversión al daño. La aversión al daño puede no ser principalmente un motivo altruista para evitar el dolor a otra rata, sino para evitar un estado propio desagradable provocado por las señales emitidas por la otra rata, un motivo vinculado a la empatía y efectivo. La literatura humana ha introducido una distinción entre dos motivaciones para ayudar. Algunos participantes ayudan a otros porque verlos sufrir crea un estado aversivo llamado angustia personal que los participantes luego tratan de reducir egoístamente ayudando. Otros participantes son más altruistas y ayudan incluso si no tienen que presenciar el sufrimiento de la víctima. Es interesante el estudio pues indica que la empatía es clave para evitar el daño, y parece ser un mecanismo relacionado con la cooperación. Cuando los traumas destruyen la capacidad de empatía puede no solo no evitarse el daño sino buscarlo y disfrutar con el mismo, como en los psicópatas. También tiene interés encontrar que la rata, que evoca en muchos humanos miedos ancestrales, puede mostrarnos caminos de salir de la paranoia.

 

 

Bibliografía

 

Adorno, T. y Horkheimer, M. (1998): Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos Filosóficos. Introducción y Traducción de J.J. Sánchez. Valladolid: Ed. Trotta (3ª edición).

Dawkins, Richard. El gen egoísta: las bases biológicas de nuestra conducta. Salvat Editores, 2014.

García, M. (2020). Aproximación Junguiana a la Traumatización Temprana. En Tres ensayos junguianos para psicoanalistas y psicoterapeutas de hoy. Madrid. Sirena de los vientos.

Hernandez-Lallement, J., Attah, A. T., Soyman, E., Pinhal, C. M., Gazzola, V., & Keysers, C. (2020). Harm to Others Acts as a Negative Reinforcer in Rats. Current Biology.

Hogg, M. A. (2007). Uncertainty–identity theory. Advances in Experimental Social Psychology (Academic, San Diego), 69-126.

Hogg, M. A., & Hains, S. C. (1996). Intergroup relations and group solidarity: Effects of group identification and social beliefs on depersonalized attraction. Journal of Personality and Social Psychology, 70(2), 295-309.

Hogg, M. A., Meehan, C., & Farquharson, J. (2010). The solace of radicalism: Self- uncertainty and group identification in the face of threat. Journal Exp Soc Psychol, 46, 1061– 1066.

Hogg, M. A., Sherman, D. K., Dierselhuis, J., Maitner, A. T., & Moffitt, G. (2007). Uncertainty, entitativity, and group identification. Journal Exp Soc Psychol, 43, 135-142.

Jiménez Arenas, J. M. (2012). La Paz, partera de la historia (F. A. Muñoz Muñoz, Ed.). Editorial de la Universidad de Granada. Granada.

Marquard, O. (1973). Las dificultades con la filosofía de la historia (E. Ocaña, Trad.). Pre-textos (2007).

Jost, J. T., Glaser, J., Kruglanski, A. W., & Sulloway, F. J. (2003). Political conservatism as motivated social cognition. Psychol Bull, 129, 339-375.

Rast, D. E., Gaffney, A. M., Hogg, M. A., & Crisp, R. J. (2012). Leadership under uncertainty: When leaders who are non-prototypical group members can gain support. Journal Exp Soc Psychol, 48, 646–653.

Tobeña, A. (2017). Neurología de la maldad. Mentes predadoras y perversas. Barcelona. Plataforma.

Zoja, L. (2014). Paranoia. la locura que hace historia. Madrid: Fondo Cultura Económica.

 

Investigación: Creatividad

Investigación: Creatividad

Investigación: Creatividad

En un estudio previo «Confrontar la muerte, impacto en la dimensión transpersonal y actitudes para la paz positiva» (publicado en © Journal of Transpersonal Research 9 (2) (2017): 13-25), se encontró que la creatividad es una variable que aumenta significativamente en los sujetos que han realizado un taller clínico para trabajar la muerte, y que, a su vez, la creatividad es un componente importante en el aumento de la actitud hacia la paz. La muestra en ese estudio fue de 103 personas, con una dedicación de muchas horas tanto en la participación del taller, como en entrevistas y cumplimentación de los materiales.

He diseñado una nueva investigación centrada en la creatividad con el objetivo de abordar otros aspectos y con la idea de poder llegar a más muestra que no tenga que dedicar demasiado tiempo.

Flyer investigación: descarga     Flyer Individuación Creatividad: descarga

Participar supone realizar dos cuestionarios, están ambos diseñados en «Formularios Google» y «Formularios PDF». El primer formato se contesta online y se envía recibiendo copia de las respuestas. En el formato PDF el archivo, se necesita trabajar con el programa Adobe Acrobat (el AA reader es gratis) se rellena sin necesitar de conexión online y se envía adjunto al correo que se indica.

El primer cuestionario es el principal. Enlace al formulario google: Análisis latente, semántico, imagen – simbólico, moral, social, cuestionario y Descarga del formato PDF: enlace

El segundo cuestionario complementa y enriquece el primero. Enlace al formulario google: Distancia latente. Impacto traumatógeno y Descarga del formato PDF: enlace

Puede leer unas líneas sobre la investigación citada y descargarla en el enlace que se ofrece.

Mikel García García 27 agosto 2019

Selección del artículo y creatividad
Sobre el taller
El taller “Integración de la muerte, pulsación de la vida” está diseñado de acuerdo con las fases significativas del proceso creativo: preparación, incubación (exploración signada por la estrategia de la transformación del objeto), comprehensión (recapitulación y compresión) y verificación (síntesis creativa).
El taller es una intervención clínica evaluable científicamente con medidas repetidas pre y postaller. El diseño experimental requirió un grupo de control con sujetos que rellenaron el protocolo de evaluación en tres ocasiones en las mismas condiciones que el grupo experimental. De estos se hizo una selección para que el conjunto fuese homogéneo y parecido al del grupo de participantes. Un solo terapeuta: el investigador, Mikel García. Este trabajo del taller es difícilmente repetible pues requiere conocimientos, apertura, flexibilidad, e innovación en la propia ejecución respondiendo al material que emerge en los sujetos y a la necesidad de elaboración del mismo, con contención, amplificaciones e interpretaciones del terapeuta.
Selección previa de participantes: entrevista y cuestionarios clínicos (Personalidad MCMI de Millon (Craig, 2002); Inventario de Mitos Heroicos de Carol S. Pearson (Pearson, 1992; Ramírez González, Sanabria Castaño, & Palacio Cortés, 2014).,,,, y otros), todos validados con un alpha Cronbach mayor de 0,8.
Hipótesis principal H1: el trabajo clínico confrontando la propia muerte, en el marco conceptual del psicoanálisis junguiano y de la teoría Gestión del Terror (TMT), transforma a los sujetos y esa transformación se va a expresar en incorporar la muerte a la cotidianidad, más autonomía, más empatía, mayor creatividad, mayor desarrollo espiritual, más disposición a la cooperación en la resolución pacífica de los conflictos. Los cambios serán consecuencia del insight personal y de la activación de arquetipos del inconsciente colectivo.
Sobre creatividad
La creatividad requiere actitud activa de relacionarse con la vida y sus diversas fuentes de información con el propósito de desarrollar un proyecto de individuación. No se puede ser creativo si se está dañado por las vicisitudes del desarrollo evolutivo. La relación con el sí-mismo, con el arquetipo del self y otros es fundamental para la creatividad. 
Engendrar. Este es uno de los significados literales que tiene el término creatividad y que se obtiene al establecer el origen etimológico que se encuentra en el latín y en concreto en el verbo creare.
Por creatividad se entiende tanto la facultad que alguien tiene para crear tanto como la capacidad creativa de un individuo. Consiste en encontrar procedimientos o elementos para desarrollar labores de manera distinta a la tradicional, con la intención de satisfacer un determinado propósito. La creatividad requiere integración de dimensiones: conocimiento, afectos, el coraje para avanzar y adentrarse en lo nuevo, lo ignorado y desconocido, un pensamiento aventurero, curiosidad, imaginación, experimentación y exploración.
El individuo es impulsado por fuerzas del inconsciente, trabaja con la información que posee, aplica sus experiencias anteriores, las combina con nuevas estructuras, que, le llevan a poder solucionar un problema y evolucionar, el resultado es un estado subjetivo nuevo, e incluso, algo que no se había visto con anterioridad….
                   
Doctorado «Paz, Conflictos y desarrollo»

Doctorado «Paz, Conflictos y desarrollo»

Experiencias tempranas de violencia: impacto en la cognición moral y actitudes hacia la paz.

Entregué el trabajo para la evaluación por revisores internacionales. El siguiente paso será el depósito de la tesis y su defensa antes de terminar el año.

Iré publicando partes del trabajo en este espacio. De momento puedes descargar este texto de presentación e índice

Los datos de la investigación aún se pueden consultar en Experiencias tempranas de violencia: impacto en la cognición moral y actitudes hacia la paz.

En este enlace puedes consultar artículos que puedan ser de tu interés

En este enlace puedes ver las ultimas actualizaciones de la página

Mikel García García 21 agosto 2019

Texto del artículo

AGRADECIMIENTOS

                   

Agradezco a todas y todos mis pacientes por el privilegio de compartir el largo viaje iniciático de la relación terapéutica, en el que hemos crecido juntos, y de quienes más he aprendido sobre la realidad de los cambios y mutación de violencia en agresividad y paz, reforzando la convicción de que otro mundo es posible.

Con ellas y ellos, siento una profunda deuda por haber depositado en mí su confianza. Esta deuda ha sido una motivación para realizar esta investigación.

Agradezco a mis maestras y maestros y mis colegas, que me han enseñado y de las que he aprendido los fundamentos teóricos y la praxis de la clínica y la investigación.

Agradezco a los participantes en la investigación su generosidad dedicando un tiempo elevado, compartiendo información delicada, sin recibir recompensas y contribuyendo a la ciencia con su experiencia vital. También agradezco sus comentarios en las fases de la investigación, su detección de errores y sus propuestas para mejorar los instrumentos de medida.

Un agradecimiento especial a Vicente Martínez Guzmán que me recibió para escuchar mi proyecto de investigación y me animó a realizarlo. También me facilitó el contacto con Paula Andrea Valencia Londoño, quien aceptó ser mi tutora en una estadía internacional en Medellín para realizar parte de mi investigación.

A Paula tengo que agradecerle muchas cosas. Su dedicación para proporcionarme contactos con ONGs colombianas, con universidades y agencias de salud, sin los cuales no hubiera podido conectar con las víctimas. Su interés en asegurarse que me atendían. El haberme facilitado participar como profesor en la Maestría de la Paz en la Universidad de Medellín.

Agradezco al equipo de la Maestría de la Paz de la universidad de Medellín, por facilitarse la inclusión en el equipo de investigación del departamento, conectarme con otras universidades, e invitarme a participar en conferencias y jornadas de debate.

Especialmente agradezco a mi director Daniel Pinazo su delicadeza para hacerme ver los excesos de información irrelevante, y mostrarme el modo de ajustar el diseño a lo que se corresponde a una investigación de tesis.