Condicionantes morales de la sexualidad

Condicionantes morales de la sexualidad

Mikel García Garcia 18 abril 2016

Fotografía de Jan Saudek fotógrafo y artista plástico nacido en Praga, entonces Checoslovaquia, el 13 de mayo de 1935

Introducción

En un post anterior de mi facebook se presenta una discusión sobre el impacto, dificultades y resultados, de una propuesta experimental de incrementar la frecuencia del sexo en la pareja, a diario, en un período prolongado de un año. Se evidencian varios aspectos, diferencias de género, impacto de la modulación religiosa y edad, confusión entre sexo y amor, ambivalencia en la presencia del cuerpo en la intimidad de la pareja, incremento comunicacional en la pareja tras el experimento,.. El post tuvo varios comentarios. El texto podéis verlo en “El País” (donde se publicó) y/o descargarlo en mi blog

Me ha parecido oportuno presentar algunos resultados de una investigación que realicé sobre “Dilemas morales”. Entre los cuales hay cuatro que aportan información que puede enriquecer estas reflexiones. El objetivo es, además, que el lector pueda reflexionar contrastando  los resultados del estudio con sus propias tendencias. Para ello sugiero que se contesten a los dilemas que presento más adelante, antes de pasar a la lectura de los resultados.

La investigación terminó en el 2009, con una muestra de 499 sujetos, entre 15 y 81 años, siendo el 55,7% mujeres y el 44,3% hombres. Junto a los dilemas se les preguntó sobre sus creencias religiosas, y rellenaron un cuestionario de personalidad (MCMI de Millon). Este diseño permite cruzar las respuestas a los dilemas con el género, las creencias, la cohorte de edad y la salud mental, para tratar de validar o rechazar la hipótesis del predominio, en la población, de un estilo prevalente de moral heterónoma en detrimento de la moral autónoma.

En el siguiente enlace puedes leer y descargarte un artículo que he elaborado. También puedes hacer comentarios tanto en el blog o en facebook.

Presentación de los dilemas que voy a referir en este artículo.

Presentación de los dilemas que voy a referir en este artículo.

1 Un día tienes la oportunidad de elegir entre acostarte una noche con una persona que es famosa y que deseas sexualmente con el compromiso de mantener ese hecho en secreto o pasar con dicha persona un día de modo que además de que seáis vistos en compañía puedas hablar de ello con quien quieras. ¿Qué elegirías?   Elige una  Me acostaría;  Pasaría el día

2 Como seguramente sabrás, las personas masoquistas gozan sexualmente sintiendo dolor o humillación. En caso de que convivan con una persona que posea rasgos o tendencias sádicas, sus relaciones son satisfactorias para los dos miembros de la pareja, y las repercusiones de ese dolor placentero son asumibles, en términos generales, para ambos.

El problema sexual aparece cuando uno de los dos miembros de la pareja no goza con tales actos. Por ejemplo, un individuo que conviva con una persona masoquista se ve en el dilema de causar dolor (algo que en sí mismo le repugna moralmente) para que su pareja goce.

Si tú te encontraras en una situación de ese tipo, ¿accederías a causar dolor a la persona a la que quieres o decidirías romper con ella a pesar de tu amor por creer que estás cometiendo acciones inmorales? Elige  una Accedería a causarle dolor;   Decidiría romper con ella

4 La emoción es una reacción psíquica que altera el equilibrio y el comportamiento racional de cualquier persona. Sin embargo, existen individuos capaces de dominarla, y nunca (o casi nunca) pierden el control de sus actos, mientras otros, en cambio, se dejan llevar por ella y realizan, bajo su efecto, acciones de las que posteriormente se arrepienten.

Imagínate que tu pareja, arrastrada por la emoción y el cariño que profesa a un antiguo/a amigo/a, y ante la insistencia de éste/a, apelando al afecto que aún existe entre los dos, comete un acto de infidelidad para contigo.

¿Lo/a perdonarías por el hecho de haber actuado con una gran carga emotiva? ¿O no lo harías por creer que podía haber controlado su emoción antes de realizar un acto que traicionaba vuestra mutua confianza? Elige una  Le/la perdonaría; No le/la perdonaría

7 Suponte que eres juez y en tu juzgado entra una demanda de una mujer que solicita utilizar el semen de su marido muerto para tener un hijo mediante inseminación artificial. Tú ignoras cuál era la voluntad del muerto al congelar su semen (podría ser, por ejemplo, para tener descendencia con otra mujer diferente a la suya), ya que sólo tienes como referencia la palabra de su esposa, sin que puedas contrastarla con ninguna otra.

Se te plantea el dilema de autorizar o denegar la inseminación artificial, basándote únicamente en razones éticas, ya que la ley no contempla específicamente un caso como éste. ¿Qué harías? Elige una Autorizaría la inseminación; No autorizaría la inseminación

Los dilemas requieren la elección de una respuesta del par posible y unos comentarios optativos. La respuesta elegida como “si”  se puntúa con (1), su par antitético como “no” (0),

Aproximación descriptiva de resultados

Aproximación descriptiva de resultados

Muestra válida.

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Solo los sujetos que emitieron todas las respuestas se incluyeron en la muestra (92% de todos los sujetos que contestaron).

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El rango en cada dilema oscila entre 0 y 1,  en el gráfico se observa que todas las puntuaciones están por encima de 0,5, entre 0,55 y 0,73. A mayor puntuación más intensidad en la variable. Se aprecia una diferencia entre géneros, que es significativa estadísticamente(al 95%) en las respuestas: Me acostaría; Decidiría romper con ella y Autorizaría la inseminación artificial. La diferencia no es significativa en la respuesta: Lo/a perdonaría

 Podemos preguntarnos, ¿Qué influye más en los resultados del gráfico? ¿La personalidad?, ¿Las creencias religiosas? ¿La edad?

A medida que se vayan presentando los resultados del análisis se irá respondiendo a estas cuestiones.

 

Resultados, análisis e hipótesis, basados fundamentalmente en el primer dilema

Resultados, análisis e hipótesis, basados fundamentalmente en el primer dilema

La identidad de género, la personalidad, y el estilo funcionamiento moral (heterónomo o autónomo), se construyen a lo largo del desarrollo psicoafectivo desde el nacimiento a la terminación de la adolescencia. La estructura de la identidad de género, y de la personalidad, ya están consolidadas, en su nivel fundamental, hacia los 7 años, el funcionamiento moral autónomo no lo está hasta el final de la adolescencia. Pero la complejización continúa, de modo que solo al final es cuando toda la estructura se consolida, de un modo coherente, en las tres variables. El desarrollo está condicionado por la genética, la epigenética, la información inconsciente colectiva, el apego y la vinculación a los humanos y seres vivos, la educación,…

A partir de la adolescencia el sujeto va experimentando, aprendiendo en la vida, y modulando su estructura, ejerciendo diversas tareas propias a las fases vitales, construyendo una identidad social,… En la última etapa de la vida las tareas atañen a la desidentificación y a la preparación a la muerte. Las etapas vitales requieren actitudes, valores y expectativas distintas. El sexo, las emociones primarias, el impulso epistemofílico (a conocer) y el trabajo, conducen a la vinculación a los sujetos, a los objetos, a la cultura, a lo social… y en toda esa complejidad se van consolidando sentimientos polares, amor-odio, satisfacción-insatisfacción vital, éxito-fracaso…Finalmente son las modalidades de sentimientos consolidados los que regulan la relación del sujeto con su mundo interno y externo.

Grado de patología de la personalidad.

 

Gráfico: La salud o patología en la estructura de personalidad.

A las personas sin experiencia clínica les puede sorprender el reducido porcentaje de “sujetos sanos”. Quiero precisar que aunque no haya síntomas psicopatológicos (ansiedad, depresión, hipocondría,…), la propia forma de ser un sujeto, su carácter, y aunque el sujeto lo valore de un modo positivo, en muchas ocasiones es en sí misma una manifestación patológica, que se mantiene en equilibrio inestable, pudiendo eclosionar síntomas claramente identificables como patológicos cuando el equilibrio se rompe, por algún desencadenante sea interno o externo, como suele ser el caso en crisis vitales.

He clasificado la muestra en cuatro categorías, de menor a mayor patología, un estudio detallado de los factores de personalidad (esquizoide, narcisista,…) se escapa al objeto de este artículo. Aunque voy a presentar unos perfiles.

Los que correlacionan positivamente son tres y el histriónico destaca por la significatividad estadística.

Un estudio factorial de las variables de personalidad de los sujetos que eligen acostarse, detecta cuatro factores.

El factor que he denominado dependiente-histriónico, es el que predomina en el sano, indica que el sujeto tiene un balance equilibrado en libido oral y genital. El segundo factor en el sano es histriónico-narcisista. El sano está alejado de componentes borderline y más aún del factor Compulsivo-paranoide-delusivo.

Los neuróticos tienen una distribución variada y de poco peso en todos los factores. Los fronterizos destacan en el factor borderline y los psicóticos puntúan alto en todos los factores.

Las diferencias entre géneros no son significativas estadísticamente aunque se observa en las mujeres un mayor nivel de patología, al tener estas un mayor porcentaje de fronterizos y un menor porcentaje de neuróticos, que en los hombres.

Grado de creencias religiosas que los sujetos tienen en la actualidad.

Existen diferencias significativas en los géneros en “no creyente” y “religiosidad”. Más hombres no creyentes y de los que creen pocos en “religiosidad”. Las mujeres puntúan más en religión, aunque las diferencias con los hombres no son significativas a nivel estadístico.

Religiosidad recoge a los sujetos que han manifestado tener creencias religiosas pero sin estar ligados a religiones estructuradas, o tener sentimientos de una religiosidad humana. Es interesante señalar que la religiosidad tiene un sentido de “re ligare” de re-unir distintos aspectos de la existencia. Podría tener más conexión con una actitud de “eros” con el que la mujer puede estar más cercana.

Teniendo en cuenta que el más del 95% de la muestra fue aculturada en la religión católica y que la respuesta al grado de creencia se refiere a las creencias actuales, se infiere que  bastantes sujetos se han vuelto no creyentes o creen en una religiosidad no inserta en una religión.

         Edad

Edad Media Desviación estándar
Hombres 41,46 10,443
Mujeres 42,36 9,975

 

Para estudiar el efecto de la edad se ha distribuido la muestra en dos grupos según sean menores o mayores de la edad media de su género.

Grupo de edad menor media Grupo de edad mayor media
Media Desviación estándar Media Desviación estándar
Hombre 31 6 51 6
Mujer 32 6 52 5

La diferencia de edad entre subgrupos es 20 años, que equivale a una generación.

Del estudio de la edad se infiere que ambos géneros tienen una edad media y una distribución, en edad, similar en la muestra, aunque las mujeres son un poco mayores. También se infiere que los más jóvenes son menos creyentes, y que su religiosidad, es bastante menor que la del grupo de más mayores. Sin embargo,  la creencia en religiones,  puntúa prácticamente igual, en ambos grupos de edad.

Las diferencias en los géneros, tanto del nivel de patología en la estructura de la personalidad, como de las creencias religiosas y de la edad, confluyen sinérgicamente generando un incremento en la posición de las mujeres en “no se acostaría”. Esto hace difícil precisar la influencia de cada variable.

Integración de variables

Para discriminar el peso de cada variable en el conjunto, las cruzamos en agrupaciones de categorías.

Cruzando grupos de edad con personalidad tenemos este resultado.

Hombres Mujeres
Se acostaría Edad menor media. Sano 100% 100%
Edad mayor media. Neurótico 51,8% 52%
No se acostaría Edad mayor media. Sano 75,0%
Edad mayor media. Fronterizo 54%

Los hombres y mujeres se comportarían igual, acostándose, cuando son del grupo de menor edad y sanos, y cuando son del grupo de edad mayor y neuróticos. Las mujeres de mayor edad y fronterizas no se acostarían. Llama la atención que tampoco lo harían los hombres de mayor edad y sanos.

Estos datos tienen interés. Se puede hipotetizar, en base a la experiencia clínica aunque de estos datos no se puede concluir nada válido estadísticamente, que los sujetos sanos, presumiblemente con un estilo de moral autónomo, puedan estar libres de una compulsión sexual en su búsqueda de relación y conocimiento. Mientras que los sujetos con mayor nivel de patología o canalizan la sexualidad para salir de la represión buscando placer y relación que regule el malestar (sobre todo en neuróticos), y cuando el nivel de patología es  mayor reprimen la pulsión sexual o la subliman (erotizando la relación), en este caso se sirven de los códigos morales para justificar sea la represión o sea  la sublimación.

Los estudios clínicos, sociológicos y antropológicos ponen de manifiesto un nivel mayor de represión sexual, de inhibición cultural, en la mujer, y que este hecho se ha ido incrementando en el transcurso de la historia desde comunidades matriarcales, en paleolítico, hasta el  predominio actual del patriarcalismo.

Cruzando creencias con personalidad tenemos este resultado.

Hombres Mujeres
Se acostaría No creyente. Sano 100% 100%
Religiosidad. Neurótico 76% 70%
No se acostaría Religión. Neurótico 53% 75,9
Religión. Fronterizo 66% 78%

 

Se infieren, sin significatividad estadística, las siguientes sinergias asociativas:

  1. Se acostaría con  “No creyente y sano”. Un 100% de los casos. Igual en hombres y mujeres.
  2. Se acostaría con  “Religiosidad  y neurótico”.  Entre un 70 y 76 % de los casos. Mayor en hombres que en mujeres.
  3. No se acostaría con  “Religión” tanto en hombres como mujeres. Con la particularidad de que el aumento de patología de la personalidad incrementa, en ambos géneros, la inclinación a “no acostarse”, repercutiendo más en las mujeres quienes tienen un mayor nivel de patología en la personalidad.

Para no acostarse la variable que mayor influencia ejerce es la religión, y a mayor distancia le sigue la patología de la estructura de la personalidad, teniendo la edad poco peso.

Parece que el mayor nivel de asociación de la religión se produce a medida que aumenta la patología de la estructura de la personalidad. Teniendo en cuenta que el más del 95% de la muestra fue aculturada en la religión católica, parece inferirse que hay una asociación entre la continuidad en la creencia en la religión y el nivel de patología en la personalidad que fija esa asociación haciéndola más difícil de modelar por las experiencias de vida.

A diferencia de la religiosidad, de ámbito privado, la religión es un sistema de creencias y un conjunto de deberes; la religión difiere de la creencia privada en que se trata de «algo eminentemente social» (Émile Durkheim), con su estructura  compleja.  En muchas religiones la estructura se va alejando de la religiosidad, a medida que hay más distancia desde su fundación, e incrementando las dinámicas de poder y dominación de las conciencias.

Se pueden conjeturar diversas hipótesis explicativas de estas asociaciones entre religión, patologías de la personalidad y elecciones en los dilemas morales.

1.- La patología de la personalidad se va instaurando por diversas razones previas e independientes de la religión. La patología genera sufrimiento y confusión. El sujeto se encuentra con un marco explicativo del sufrimiento, que la religión dota de significación, con sus relatos míticos y expectativas de futuro frente al dolor y la muerte. El sujeto se aferra a la religión como marco segurizante y contenedor frente a la patología, para calmar angustia, y utiliza las normas morales para reprimir sus impulsos y deseos ocultos.

En esta hipótesis la religión se valora como algo positivo. Gracias a ella los sujetos tienen menos psicopatología, están más adaptados y sufren menos.

La validación de la hipótesis se fundamenta en una creencia: que los contenidos religiosos son reales, existe un dios o dioses, un más allá de la muerte, un sistema de premios y castigos en función del cumplimiento de unas normas morales,…

Sin validación esta hipótesis se reduce a conferir a la religión un valor compensatorio, similar al de otras prácticas, como el soporte social, los psicofármacos…

2.- La religión favorece la patología de la personalidad al atribuir a los impulsos naturales de conocimiento y sexualidad, una connotación negativa y pecaminosa. Esto confunde, limita las posibilidades del desarrollo, frena la exploración, la autonomía, genera dependencia de relatos explicativos. Los relatos fijan el pensamiento en un estadío mágico-concreto, y le impiden evolucionar hacia el pensamiento lógico abstracto y al pensamiento terciario.

En esta hipótesis la religión se valora como algo negativo. Un “el opio del pueblo”. Gracias a ella los sujetos también tienen menos psicopatología, están más adaptados y sufren menos, al carecer de consciencia real de su alienación.

3.- Mediante la represión que ejercen los adultos sobre los infantes aplicando la moral heterónoma de sus creencias religiosas, se inhiben los mecanismos del desarrollo que orientarían este hacia una gestión autónoma de su existencia. Se produce confusión, angustia y necesidad de modelos explicativos del sufrimiento. La religión aporta el relato explicativo y con este se contienen síntomas psicopatológicos.

Conclusiones.

Conclusiones.

Este estudio aporta algunos datos claros y significativos, aunque no suficientes para afirmar con veracidad la validez de ninguna de las hipótesis presentadas. Se requiere una elaboración más compleja integrando información clínica y de estudios antropológicos.

Enumero algunas basadas en datos que están más claros.

Las mujeres son más religiosas, este dato concuerda con multitud de estudios. Sin embargo es interesante la distinción entre religión y religiosidad en este estudio, en esto es novedoso. Mientras que los hombres están más polarizados entre no creyentes o religión, las mujeres se diferencian en puntuar también en religiosidad, aunque su puntuación sea mayor en religión. Creen en algo más que los hombres.

Las generaciones más jóvenes son menos creyentes y tienen menos religiosidad, aunque su puntuación sea similar en religión.

Los dos puntos anteriores apuntarían hacia una merma del eros también en la mujer.

Las mujeres tienen un mayor nivel de psicopatología y parecen funcionar siguiendo más los imperativos de la moral religiosa.

El nivel de psicopatología es similar en los más jóvenes o más mayores. Dato preocupante. Tanto por el lado de los jóvenes, como por el de los mayores. A pesar del mayor nivel de conocimientos actuales sobre las condiciones saludables del desarrollo no se objetiva mayor nivel de salud en la estructura de la personalidad. Más teniendo en cuenta que lo habitual es que los sujetos vayan incrementando su psicopatología a medida que envejecen.

Estos datos abundarían en la hipótesis de un funcionamiento heterónomo de la moral prevalente en la población que necesitaría normas claras a las que atenerse para funcionar. Lo que se traduce en una respuesta a este dilema moral de “no acostarse” (a pesar de la garantía de confidencialidad) pues es lo más coherente con las normas morales sociales y, sin duda, religiosas.

Los sujetos más sanos parece que tienen más capacidad de moral autónoma, tanto por estar más distanciados de la religión, como porque parecen ser más autónomos, con desidentificación, de sus pulsiones internas. Esto último se deduce del dato de que los sujetos sanos del grupo de edad mayor tampoco se acostarían.

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No hay diferencia entre hombres y mujeres sanos salvo en Lo/la perdonaría, la mujer perdona más.

lo perdonaría
Hombre 42,9%
Mujer 57,1%

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Hipótesis sugerentes

Hipótesis sugerentes

Se puede discutir si las diferencias de género detectadas son contingentes a las condiciones sociales o son constitutivas de las particularidades reales de cada género. Me inclino por la contingencia: Las mujeres tienen un mayor nivel de represión sexual y adoctrinamiento moral; la evolución de las comunidades hacia el patriarcalismo, con sus relatos mítico explicativos en los que las religiones tienen mucha influencia. Por ejemplo son muy distintos los mitos de creación del hombre entre los yanomami (que conocí en expedición antropológica a Puerto Ayacucho Venezuela 1992)  y los cristianos.

El impulso sexual se orienta a la relación con un “otro”. Hay diversas posiciones para explicar esto. En algunas el otro es un “objeto” al que se busca para obtener una descarga libidinal y obtener placer, siendo el fin del impulso la descarga de la tensión. En otras la finalidad primordial del impulso sexual es construir los vínculos intersubjetivos. En otras la es la regulación energética del organismo. En otras la finalidad del impulso sexual es el acceso a lo trascendente, la relación con el otro trasciende a ambos sujetos y los conduce a la dimensión espiritual.

Todas estas explicaciones aportan información válida para explicar una parte del proceso y su validez aumenta en cuanto se las contempla en relación a las tareas a desarrollar en las etapas vitales. Aunque con matices propios todas coindicen en afirmar que la represión sexual va a tener consecuencias negativas para el desarrollo saludable del sujeto.

La represión mayor en la mujer, y de lo femenino en el hombre, afecta a las crianzas de los nuevos infantes (experimentarán vínculos poco saludables), envía el “eros”, al inconsciente reprimido, a la sombra,.. (En detrimento del re-ligare),…

Las propuestas patriarcales parecen una broma producto de “formaciones reactivas”. Sacerdotes hombres que se visten de mujer y hacen votos de castidad. Conceptualizaciones de que el chamanismo (masculino) es un modo de buscar el religare, de integrar lo femenino. “Complejo de edipo” como constructor del psiquismo humano, se llega a afirmar que las comunidades donde no se da, no son humanas. Identidades de género simples y excluyentes. Visiones patriarcales que tratan de elevar a universales esas “formaciones reactivas” que solo explican una visión parcial de la realidad, aunque sea muy extensa y predominante.

Existieron y todavía las hay en ciertas regiones del planeta comunidades (últimamente estoy revisando los estudios en la región China de Yunnan en las que el confucionismo no ha aplastado el taoísmo) en las que las funciones de religare las ejercen las mujeres (sacerdotisas, chamanes,…). La organización social, las relaciones entre géneros son muy distintas a las que experimentamos en el patriarcalismo.

Continuación del trabajo

Continuación del trabajo

Para el lector. Lo que le haya sugerido la lectura le puede llevar a amplificar la información tanto en la búsqueda externa como interna, que en definitiva es la más importante. ¿Qué sueños ha tenido que puedan estar asociados? Si quiere mandarme sugerencias, críticas, comentarios, serán bien aceptadas.

Por mi parte iré completando el estudio de otros dilemas, y la integración de estos con otras investigaciones de campo que he realizado como “percepción social de la muerte”, con la clínica y con la antropología.

En este enlace puedes leer parte de un texto “Sexualidad y transpersonalidad”  que escribí de 1992. Es antiguo y parcial para lo que hoy considero, pero sigue teniendo cierto interés y es lo único que tengo redactado.

19 abril 2016. Mikel Garcia Garcia

Post en el facebook de Mikel Garcia

Titulos de los post que he publicado en mi facebook. Están recogidos los que yo he redactado (en azul) y los que he compartido de otros amigos de la red y que han tenido bastante movimiento en mi página. Aunque el  lector no esté registrado o tenga cuenta en facebook.puede abrir los enlaces y acceder a su contenido.

Ver las publicaciones en el facebook de Mikel Garcia

Que lástima! Yo no puedo contestarles.  30 junio 2016

Comentario tras masacre

Islandia hace oficial generación (bastantes comentarios y participación)

Prelado Opus Dei

Título: Condicionantes morales de la sexualidad

Giordano Bruno, quemado el 17 febrero 1600

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Los diez mandamientos liberales                                                                                     
Los tres errores del Rototom en el ‘caso Matisyahu’                                                                                
Por qué el ministro del Interior no se reúne también con Pilar Manjón                                                                                      
Un mundo más desigual, ni crece ni mejora                                                                                       
Del «complejo» al encuentro con el «self»    
Poder personal poder político

Poder personal poder político

Poder personal, poder político: Ego y sombra.

Imagen Cuadro «Sisyphus» de Tiziano1549

Mikel García Garcia  2017

Texto

El poder personal, es un sentimiento, no una emoción. Como tal tiene una historia de desarrollo que se inicia en el nacimiento hasta “construirse”. Un poder personal real resulta de la capacidad de hacer concordar emociones, representaciones y actos en una conducta bien articulada, integrada internamente y adecuada a la situación exterior. Se obtiene mediante la experiencia de resolución de los conflictos internos y externos, la educación y la capacidad de enfrentamiento agresivo (no violento), en un contexto de haber sido amados y pudiendo llegar a amar la vida y desear vivir en ella. Implica creación y conocimiento de nuestros límites y posibilidades. Es el fundamento para ejercer nuestra libertad asumiendo la responsabilidad que conlleva.

El poder político, tiene una acepción más pragmática. Es una extensión del poder personal aplicado a la relación con otros, aunque sean dos sujetos. Ejercer el poder implica siempre un acto de cierto dominio. Aceptamos el poder político cuando el dominio propicia bienestar y no se hace contra el individuo, aunque le fuerce a ser activo y a abandonar la comodidad.
La dominación es prepotencia, terror, injusticia, mentira, genera victimización y resentimiento, es causa del sufrimiento. La tiranía, basada en el miedo, es el ejemplo más eficaz del ejercicio de dominación.
Sabemos distinguir si en nuestras familias, escuelas e instituciones, nos han impulsado hacia el poder personal o hemos vivido la dominación y la tiranía. Hoy es difícil encontrar una comunidad libre de tiranía.
Los poderes políticos, religiosos y económicos, se fortalecen a partir de renuncias individuales que hacemos cotidianamente para adaptarnos a un ambiente opresor tratando de evitar el sufrimiento: el «pesimismo» por fijarse solo en las carencias y desconfiar de las capacidades propias; el «relativismo» por el miedo a la decisión y sus riesgos; la “resignación”, aceptada por parecer «realismo» que justifica cualquier abuso; la «patología mental» cada vez más extensa que conduce a pedir pastillas que resuelvan mágicamente los problemas; la “identificación con el agresor” para negar el conflicto; ..
Y acabamos aceptando los argumentos del poder, sin percibir su grado de crueldad extrema, en una escalada en la que cada vez tenemos menos poder personal, hasta llegar a ser muertos vivientes, fríos, adictos a cualquier cosa que caliente un poco.

En situaciones de incertidumbre, confusión, alienación, se toman decisiones no racionales apoyadas en valorar las probabilidades en base a los ejemplos más sencillos que acuden a la mente. La función principal es evitar situaciones de riesgo: El razonamiento es sustituido por un automatismo defensivo.

Expresiones como: ¡Tiene tanto ego! ¡Menudo ego tiene!, se proyectan, con gran eficacia, sobre alguna diana-sujeto con la intención de “matarlo socialmente”. Se intenta desacreditar a la persona que defiende, con argumentos, una postura señalando su ego, de esa forma se induce al convencimiento de que lo que sostiene es falso. Es la falacia lógica denominada ad hominem, que es muy poderosa para convencer a quienes se mueven más por sentimientos y por costumbres acomodaticias que por razones. Se atacan no los argumentos sino a quien los produce y, más concretamente, se ataca su origen, raza, educación, estatus social, pasado, moral, familia, posición política, religión, nación, etcétera.

Este uso del Ego como arma, sirve, también de señal diagnóstica sobre el funcionamiento moral de los sujetos, y es más evidente en sujetos que carecen de una conciencia moral madura (postconvencional o cósmica según Kholberg). En los estudios resulta ser mayoritario el funcionamiento de la moral heterónoma, dependiente de las normas que dicta la autoridad. La amoralidad de la falacia, su insolidaridad, su destructividad, no es frenada por actitudes deontológicas, ni por actitudes consecuencialistas, pues ambas buscan un “bien”.  La solidaridad necesaria para que exista una sociedad no proviene de la bondad espontánea de los sujetos sino de un pacto entre múltiples agentes individuales que muestran también su sombra. De un modo u otros estarían en ello Maquiavelo, Hobbes, Mandeville, Montesquieu, Kant, Adam Smith, Hegel, Marx, Deleuze, Jung, …

¡Quien muere antes de morir no muere cuando muere!
¿Hasta cuándo vamos a vivir así?
¿Cuándo te encuentres a ti mismo, será la más feliz o la más amarga de tus horas? ¿Y cuánto te quedará de vida?

Encuesta de opinión

Se trata de puntuar, desde 1 hasta 5, cada concepto según entiendas que influye limitando o facilitando el poder personal – político de los sujetos.

Los conceptos se te presentan aleatorios e incluye unas preguntas sobre género y edad. Para poder enviar hay que contestas a todas. Al finalizar y tras enviar, podrás ver unas estadísticas descriptivas de las respuestas que se van dando incluidas las tuyas. Si hay un conjunto suficiente de gente que conteste haré un estudio analítico que colocaré a finales de junio en esta página.

Gracias por tu colaboración. Mikel Garcia


 

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Estos son los conceptos:

Género; Edad; Justicia; Mito; Ignorancia; Conciencia; Anarquismo; Espiritualidad; Instinto; Ciencia; Amor; Sufrimiento; Neoliberalismo; Comunismo; Represión sexual; Patriarcalismo; Religión; Agresividad

 

Un ejemplo de cómo los vas a ver

ciencia

Resultados Encuesta

Hasta 1 de junio 2017     Ver informe y descargarlo en archivo pdf

Género Porcentaje
femenino 66,7
masculino 26,7
transgénero femenino 6,7

 

Integración de la muerte. Pulsación de vida

Integración de la muerte. Pulsación de vida

Integración de la muerte. Pulsación de vida

Es importante ir compartiendo informaciones que vayan abriendo la percepción a la complejidad de la conciencia humana. En este escrito pretendo ser más experiencial que técnico, y no voy a desarrollar demasiado la exposición, aunque tenga que introducir términos que utilizo actualmente del psicoanálisis, especialmente en la acepción de Carl Gustav Jung. Se trata de reflexionar sobre el sentido de la muerte como compañera de la vida y situar las respuestas a la pregunta sobre si hay vida tras la muerte.

 

Mikel Garcia Garcia 18 octubre 2015

Extracto      Texto Completo en tienda

Introducción

El cese de la existencia conocida genera zozobra, incertidumbre, sufrimiento, emociones que nuestra sociedad española trata de anestesiar o anular con ideologías, con psicofármacos u otros recursos.

“Ciertamente la muerte es una terrible brutalidad – no hay que dejarse engañar acerca de eso- no sólo como acontecimiento físico, sino mucho más aún como psíquico: un ser humano es alejado de nosotros y lo que permanece es el glacial silencio de la muerte. Ya no existe más esperanza de relación alguna, pues todos los accesos se han roto. Hombres a los que se desearía una larga vida desaparecen a mitad de su vida y hombres inútiles alcanzan una avanzada edad. Esto es una cruel realidad que no debe paliarse. La brutalidad y arbitrariedad de la muerte puede amargar a los hombres hasta el punto de que concluyan que no existe dios misericordioso alguno ni justicia ni bondad”  Jung “Recuerdos, sueños, pensamientos” Página 368.

El tabú a la muerte es cada vez más intenso. La religión es un factor clave en las expectativas sociales sobre la muerte. Toda sociedad tiene sus explicaciones religiosas sobre el sentido de la vida que incluyen proposiciones sobre a quién pertenece esta. En las monoteístas la vida pertenece a dios y el modo de acceso al más allá depende del cumplimiento o no de las normas morales. En las religiones ateas la conciencia es responsabilidad del sujeto. Parece evidente que al ser humano le cuesta aceptar su desaparición total.

Los estudios de neurociencia apuntan a que el cerebro tiene mecanismos automáticos para la preservación de la existencia y que el más allá podría ser una ilusión de continuidad.

Jung “Recuerdos, sueños, pensamientos” Pagina 358: “En esa época la difunta tenía miedo de su muerte y quería apartar cuanto antes esa posibilidad de su conciencia. Sin embargo es uno de los intereses más importantes de los hombres que envejecen, llegar a comprender esta posibilidad. Se les presenta, por así decirlo, una cuestión ineludible a la que deben responder. A este fin debería poseer un mito de la muerte, pues “la razón”, no le muestra más que la oscura fosa a la que se dirige. El mito en cambio, podría presentarles una imagen útil e ilustrativa de la vida en el país de los muertos. Si el hombre cree en ellos o les concede algo de crédito, tiene tanta razón como le falta, igual que el que no cree en ellos. Mientras que el que los niega se enfrenta con la nada,  el que se obliga al arquetipo sigue las huellas de la vida hasta la muerte… Ambos están en incertidumbre, uno en contra de sus instintos, el otro de acuerdo con ellos, lo que significa una considerable ventaja en favor de este último “.

La lucha entre ciencia y religión, se expresa también en la interpretación de los fenómenos no ordinarios de conciencia alrededor de la muerte. Si la ciencia habitual los reduce a ilusiones o alucinaciones por anoxia, para las personas con creencia religiosa avalan la vida tras la muerte, y se apoyan en datos científicos sobre estos fenómenos para afirmar que la muerte no existe, que es una etapa de transición a otra etapa menos limitada, ya que la existencia física es un período puntual de la existencia espiritual. Ciencia y religión, aparentemente son antagónicas, pero confluyen en una finalidad común, imponer sus preceptos a los sujetos. Sin embargo todas estas superestructuras, no determinan lo que acontece al sujeto humano cuando se enfrenta a la muerte, y el hecho de confrontarla, incluso puede revitalizarle de un estado previo de “muerto viviente” y remontar enfermedades psicosomáticas graves, cánceres… La amenaza de la muerte hace temblar la estructura emocional, cognitiva, espiritual del sujeto, lo pone en crisis que es una oportunidad de evolución de la conciencia aunque acabe muriendo.

Mi experiencia profesional

En mi experiencia profesional como médico, sobre todo en la época en que fui médico rural durante 10 años, en una zona de Navarra bastante aislada, atendí varios casos de sujetos murientes (prefiero este término al de terminales), en general por tumores y otras enfermedades degenerativas, y en la medida en que la relación que yo propiciaba, como médico de cabecera, era muy estrecha, cercana, de soporte emocional, con una escucha al muriente que le permitiera expresarse, compartir sus miedos, anticipar sus deseos, se generaba un clima donde poder estructurar una muerte digna en cada caso.

Es radicalmente distinto el contexto de una muerte en la casa del paciente o en un medio hospitalario, tanto para el paciente como para el profesional. En ambos el profesional se ve confrontado con sus propios límites, con sus ansiedades ante la muerte, pero en el pueblo la presión institucional social del equipo de trabajo es menor. Mi relación con el paciente podía tener menos interferencias. Sin embargo la disposición del profesional es fundamental ya que como el contexto habitual que vive un paciente es el de la superficialidad, la banalización y la falta de actitud de escucha a sus necesidades emocionales y cognitivas, es importante que quien atiende propicie una situación en la que emita señales claras para generar la confianza que permita al paciente expresarse de una manera más profunda y real, abandonando los juegos.

Los profesionales sanitarios que trabajan de este modo con los pacientes murientes pueden conocer de primera mano el alcance y variedad de las necesidades del sujeto y estas posibles “extrañas experiencias” que viven. Para mí fue una sorpresa el constatar cómo muchos muriente, viven fenómenos de “conciencia no ordinaria”, que yo desconocía, que se escapaban a explicaciones racionales coherentes con la formación que yo tenía en esos momentos, y sobre todo los cambios que se producían en su conciencia, que en muchos casos les conducía a tomar la determinación de solicitar una muerte digna, dejando de lado los límites que su ideología previa, o moral religiosa les imponía para actuar con libertad en los momentos finales de su vida.

Alrededor de la muerte muchas personas experimentan fenómenos no ordinarios de conciencia, los que encajan en las expectativas sociales se comunican y pueden tener la función de dulcificar la muerte, por ejemplo escuchar a murientes expresar que familiares muertos les esperan o acompañan es aceptable para muchas personas, aunque contrasta con una actitud antropológica bastante habitual  que trata de que los muertos estén bien distantes de los vivos  y no sean una amenaza desde el más allá que trata de arrebatar la vida a alguien, otros fenómenos más extraños se ocultan por la perplejidad o miedo que producen. Un paciente que intuía que sus acompañantes en el trance provenían del interior de su psique sin ser espíritus objetivos se sentía perplejo, no quería comunicarlo. Los fenómenos son una oportunidad que ponen en crisis al sujeto pero aprovecharlos o no es más complejo.

En aquel momento, yo estaba aprendiendo en una escuela de vida más profunda que la académica, tuve que replantearme mis ideas previas, y transformarme como sujeto, afianzando que la medicina es un arte de la conciencia y que lo que ocurre en la relación es un espacio único (un témenos, que actúa como un «espacio cuadrado» o «lugar seguro», donde se puede «trabajar» mentalmente) que transforma a los participantes por la movilización de recursos de la conciencia que, en muchos casos, son potencialidades reprimidas o relegadas a la “sombra” (concepto junguiano). El infante encuentra el personaje que percibe va a ser aceptado por sus adultos y rechaza, relegando a «la sombra» lo que le crearía problemas para ser «mínimamente amado y aceptado». En la sombra hay tanto lo negativo como lo positivo. Por eso el trabajo de integrar la sombra despliega potencialidades latentes. Pero es un trabajo iniciático, duro, de enfrentarse con lo rechazado y con los represores interiorizados. Vivencias compartidas por las personas que acompañan a los que están en trance de muerte, se recogen en muchos estudios sobre el tema, y, efectivamente, transformadoras para los participantes. Mi transmutación me permitía ser más eficaz en siguientes casos. Fui consciente que necesitaba formarme más y empecé a estudiar psicología. Las diversas soluciones que en cada caso se pactaban se quedaban como algo confidencial entre el muriente y yo, pues en muchos casos los sujetos no querían que sus familiares supiesen sus decisiones. Muchas veces los familiares, por temor a vivir los duelos, impiden que los murientes se sientan libres para acabar de irse, les reclaman que sigan siendo padres no abandónicos, o no pueden digerir ver como sus hijos se mueren (han depositado en los hijos su propio proyecto vital).  La muerte en estas circunstancias dignas se nota de un modo muy especial en el ambiente familiar, y los duelos de los vivos se facilitan mucho.

Tengo que señalar que no fue una casuística tan grande en relación al conjunto de los murientes que atendí. La mayoría seguía muriendo como habitualmente, con enredos, insidias, negaciones,… Se consolidaba en mí la convicción de que el proceso dependía de la personalidad del muriente, de sus defensas y ansiedades, de que sintiera haber vivido su vida con cierta plenitud y se sintiera bastante conforme  con el conjunto de su existencia, y  lo trágico estaba en el modo de vida previo, que vivían muchos e que impedía el acceso a aspectos profundos de la conciencia.

Muchas de las descripciones de Penny Sartori las comparto, aunque con matices diferenciales en cómo se pueden interpretar.

…Pacientes que intuyen el momento exacto en el que van a morir, otros que parecen decidir por sí mismos el día y la hora, adelantando o retrasando su muerte, sueños premonitorios de familiares o presentimientos de terceras personas que, sin ni siquiera saber que alguien está ingresado o ha sufrido un accidente, están seguros de que ha fallecido. Los pacientes que viven estos estados de conciencia no ordinaria viven la muerte de forma más tranquila y feliz, al igual que los familiares que presienten la muerte de sus seres queridos.

Esta aseveración: “Entre el 70 y el 80% de los pacientes esperan a estar solos en la habitación para morirse” la considero real cuando el muriente siente que no le dejan ir, sin embargo en mi experiencia me pedían que estuviera hasta el final con ellos, querían sentirse acompañados pero sin interferencias, aunque en los momentos finales estaban totalmente volcados hacia dentro en un proceso de introversión. En los casos de niños sí parece que los estudios indican que prefieren morirse solos, en mi experiencia solo he tenido un caso y efectivamente no demandaba mi presencia de adultos.

Mi experiencia de muerte cercana (EMC)

Tuve una experiencia propia de muerte cercana (EMC) en Nicaragua, en la que pude morir ahogado. En mi EMC experimenté bastantes de los fenómenos que se describen, tanto en la experiencia misma como en las consecuencias posteriores (Raymond Moody, acuñó el concepto de experiencias cercanas a la muerte a finales de los 70). Sin embargo, siendo agnóstico, las explicaciones propias de lo que experimenté no me volcaron hacia la convicción de la existencia de un mundo tras la muerte como se propone en las religiones. Me abrió el contacto con una espiritualidad profunda en el sentido de “religare”, que forma parte de la dimensión humana de la conciencia, y que es motor del despliegue de la misma, y que no necesita explicaciones religiosas, que muchas veces son ansiolíticas para calmar la ansiedad ante la muerte con creencias de continuidad de la vida tras la muerte. Experimenté la dimensión trascendente, que es inefable, se vive con clarividencia (intensa, de certeza incuestionable) la convicción de que la conciencia está conectada con el cuerpo, pero que va más allá y precisamente cuando el cuerpo está prácticamente muerto y el cerebro no funciona, la conciencia es más lúcida, tiene capacidades extraordinarias, de comprender el sentido de la existencia, de revisar la vida,..

El inconsciente produce “símbolos religiosos” para unir (re-ligare), hacer un puente entre consciente e inconsciente. Cada símbolo es, en un sentido, un puente, pues cada símbolo tiene un pie en el inconsciente y un pie en el consciente. Hacer una elección implica un ejercicio de discriminación por el yo, teniendo en cuenta las posibilidades y las relaciones entre las elecciones posibles. Jung enfatiza que existe una tendencia innata a que los contenidos opuestos puedan dialogar entre ellos y engranen, en mutua influencia, lo que puede verdaderamente hacer que se trasciendan sus viejas oposiciones entre consciente e inconsciente y se “encuentre” una nueva posición adscrita al yo. A esa tendencia la denomina «función trascendente». En definitiva es una fuerza teleológica del inconsciente colectivo, específicamente del Si-mismo, con una finalidad integrativa, para el desarrollo de la conciencia en el camino de la individuación. En muchas EMC que describen personas y en la mía, se experimentan ciclos continuos de polaridades, multinivel, en una conciencia dialógica, de modo que se exploran aspectos profundos ocultos y se hacen conscientes, se revisa la existencia y las acciones desarrolladas en sus polos buenas-malas. Todo sucede como siguiendo una fuerza directriz que lo ordena y uno siente que crece en conocimiento de uno mismo. Lanzo la hipótesis de que en el momento en que el cuerpo pierde su funcionalidad, la corteza cerebral deja de inhibir el cerebro límbico, y este deja de inhibir el cerebro reptiliano (Mc Lean), la función trascendente queda brutalmente activada y surgen los instintos arquetípicos que conducen a la individuación. Eros y logos muy activados e integrados, de modo que se experimenta un amor  profundo al ser propio que se va descubriendo que es uno, y más allá de juicio que sitúa en su lugar correcto aquello que ha sido bueno o malo, se siente finalmente un estado de beatitud que te permite abandonarte a la muerte con una calma  y curiosidad enorme por lo que iba a pasar en adelante.

Jung “Recuerdos, sueños, pensamientos”… Sin embargo bajo otro punto de vista, la muerte aparece como un suceso alegre. Sub specie aeternitatis es una boda, un Misterium Coniunctionis. El alma alcanza, por así decirlo, la mitad que le falta, alcanza su plenitud. En los sarcófagos griegos se representaba el elemento alegre por medio de bailarinas, en las tumbas etruscas, por medio de banquetes. Cuando murió el famoso cabalista Rabbi Simon Ben Jochai, sus amigos dijeron que celebraba bodas. Todavía hoy existe cierta costumbre de celebrar en el día de los difuntos un picnic en los cementerios. Todo esto expresa la sensación de que la muerte es una fiesta alegre”…

 

Sin embargo sentí un estímulo que sabía me empujaba y no comprendía, al tercer empuje intuí que algo trataba de sacarme del agua, se me activó el instinto de conservación, pensé que quería vivir y me sacaron del agua.

Queda una profunda convicción de que  “la muerte no es tan temible como nos la solemos imaginar”, y, al menos en mí, otra convicción de propiciar en el muriente el despliegue de sus recursos profundos, pues el acto de morir es duro, supone hacer un duelo de la vida, de la existencia actual, del cuerpo,…

Aun habiendo tenido esa experiencia de muerte cercana, no he muerto, como nadie que relata estas experiencias. No tengo la convicción de que lo vivido es una prueba de nada más allá del estado de existencia actual.

Cuando experimentas una EMC que te surge sin esperarlo, de sorpresa, sigues vivo, y eres consciente de la transformación hacia amar más la vida y comprometerte a ella, entiendes que te has preparado solo un poco para cuando de verdad mueras. Entiendes la conveniencia de que todo sujeto confronte sus miedos y ansiedades ante la muerte, pues en definitiva la muerte es algo fáctico que nos pone en la realidad de nuestro existir efímero, no somos inmortales, y si queremos vivir la vida, hay que hacerlo en cada momento o ya no la viviremos. Aceptar eso es una actitud de humildad que rompe la inflación narcisista, de vencer y traspasar los límites que la sociedad propone y muy eficaz,  pues permitiría vivir con plenitud, ya que el anhelo de inmortalidad proyecta a hacer en un futuro lo que no se hace en un presente, y eso es una falacia mortal. Tener la muerte al lado, como compañera que te hace sentir la finitud de la existencia, es muy útil para ejercitar la libertad de existir con plenitud en cada presente. Prepararse para la muerte propia es una actitud que entraña coraje y valentía, casi más que vivir, sin buscarlo, una experiencia de muerte cercana. Tomé la determinación de hacer una psicoterapia, atender a mi espiritualidad (el poderoso efecto de los símbolos espirituales nos guían en el camino de la autorrealización) e investigar lo publicado sobre EMC: Experiencias de muerte cercana. ¿Qué son? Estudios retrospectivos y prospectivos. Tratando de comprender más realicé sesiones de hipnosis, que me refrescaban las vivencias y recuerdos de lo vivido pero no aportaban nada nuevo y definitivamente las abandoné cuando en una “terapia regresiva” se me llegó a decir que efectivamente había muerto y que mi cuerpo había sido ocupado por su ser de las pléyades. En mi EMC había conectado con muchos materiales propios de mi existencia y sabía mucho sobre mis errores pero carecía de un método para entender por qué se habían producido. Además la perplejidad ante la experiencia que te ha arrastrado induce a unos cambios que pueden consolidarse o ser objeto de anulación y que requieren ser atendidos para realmente consolidarlos.

Estados de conciencia

Tras mi psicoterapia decidí ser psicoterapeuta. En mi trabajo clínico como médico y psicoterapeuta he tenido especial cuidado en propiciar este trabajo de integración de la muerte con mis pacientes en su momento apropiado, he hecho estudios psicosociales sobre la muerte y realizado diversos talleres “Integración de la muerte. Pulsación de la vida”. La elaboración de las motivaciones inconscientes en la toma de decisiones permite mayor libertad para decidir. La decisión de ser incinerado puede ser una decisión neutra o un mecanismo de defensa ante el temor a que el cuerpo sea profanado, comido por los gusanos o devorado por la madre-bruja-tierra. La decisión de ser enterrado en tierra sin caja, en contacto directo, puede ser neutra o un deseo de fusión oceánica con el útero de la madre tierra que sea expresión de un complejo materno. El trabajo conduce también a situar adecuadamente si lo que se percibe como algo realmente vivido y previo a la historia personal antes de empezar a ser autoconscientes (alrededor de los 2,5 años) es o no indicio de vidas previas, de existencias reencarnadas,.. En muchos casos esas ideas se desmoronan al constatar que son fantasías que la mente crea para explicarse lo vivido.

Si has podido acceder a ser psiconauta de fenómenos no ordinarios de conciencia puedes detectarlos, captarlos en otro, entenderlos y ayudar a otro a situarlos. Estos estados no ordinarios ocurren más de lo que se admite, en ocasiones dejan perplejos a los sujetos y estos los reprimen y olvidan para que su estabilidad no se resienta. La conciencia la experimentamos fragmentada, a veces de vigilia, a veces onírica, como si no fuesen estados puntuales de la misma función. Consiliencia es la disposición de unir los conocimientos y la información de distintas disciplinas para crear un marco unificado de entendimiento y praxis.

Con la aparición de las ciencias modernas, el sentido de unidad se perdió gradualmente en la creciente fragmentación y especialización del conocimiento de los últimos dos siglos. De esta manera, el Reduccionismo imperante es lo opuesto a consiliencia. Unir los conocimientos de la subjetividad, del inconsciente colectivo, del alma humana, de la física cuántica… es complejo pero es la vía regia de investigación. Integración de cartografías de la conciencia. Aportaciones psicodinámicas, de la psicología transpersonal, de la neurociencia. Sincronicidad. Ciencia de la complejidad. Un proceso prometeico de desarrollo de conocimiento humano que confronta mitológicamente con los castigos de divinidades, sea Yahveh  expulsando del paraíso, sea Zeus quien deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los humanos, presentó al hermano de éste, Epimeteo, una mujer llamada Pandora (que fue la primera mujer creada por Hefesto por orden de Zeus), con quien éste se casó. Como regalo de bodas, Pandora recibió un misterioso pithos —una tinaja ovalada, aunque actualmente sea citada como una caja— con instrucciones de no abrirlo bajo ninguna circunstancia. Los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja para ver qué había dentro. Al abrirlo, escaparon de su interior todos los males del mundo. Comprendiendo el grave error cometido, rápidamente cerró el recipiente, pero ya era demasiado tarde: todos los males ya habían sido liberados. Solo uno permaneció en el fondo: Elpis, el espíritu de la esperanza. Los mitos indican que el trabajo es delicado, se va a enfrentar a sufrimiento, y debe hacerse con cuidado.

Cuando un sujeto avanza en su integración personal, en su individuación, tiene un yo suficientemente fuerte, puede soportar tener un sueño en estado de conciencia de vigilia sin creer que está loco o alucinando y aprender algo del mismo. Como suelo decir existir con la conciencia desarrollada en su complejidad es un arte creativo y delicado. Hay una sentencia china que dice: “Si un hombre solo y sentado en su cuarto piensa los rectos pensamientos, éstos serán escuchados a mil millas de distancia”. La señalo para enfatizar la dificultad de aceptar una responsabilidad ética que va más allá de la moral heterónoma en la que muchos sujetos están atrapados. La conciencia integrada funciona con una ética autónoma que asume su responsabilidad como sujeto en el “orden” cósmico.

Confrontar el mal

Abraham Maslow acuñó la expresión «complejo de Jonás» (en alusión al pasaje bíblico en el que Dios encomendó a Jonás que hiciese llegar su mensaje a Nínive, lugar donde reinaba el mal, y este huyó no creyéndose capaz de hacerlo. Entonces Dios le envió una ballena que se lo tragaría por 3 días y 3 noches. Después de ese lapso, la ballena lo vomitó y Jonás aceptó el destino para el que había sido escogido y llevó su mensaje a Nínive) describiendo aquel fenómeno por el cual tememos a lo mejor de nuestra interioridad: a nuestras máximas posibilidades, a nuestras cualidades más bellas, a nuestros talentos; nos asusta llegar a ser aquello que vislumbramos en nuestros mejores momentos.

La tarea encomendada: “confrontar el mal» es crucial en la individuación. Ante ella Jonás huye. La función trascendente, propuesta por Jung, empuja a su realización. En la historia de Jonás se cuenta como un mandato de Dios. Muchos empujes del Si-mismo se experimentan como algo trascendente numinoso que se interpreta religiosamente. Nadie puede escapar a esa tarea, pero pocos se sienten preparados. Desconfianza de la capacidad, miedo a la aniquilación por el mal o a ser poseído por el mismo. Sin resolver la tarea el sujeto no sale de una participación mística que escinde el bien y el mal, considerándolos antagónicos y refugiándose en seguir los parámetros que marca lo que es un buen actuar desde una moral heterónoma. Así uno no es bueno sino beato y posible candidato a juzgar y condenar a muerte a los transgresores de la moral imperante. La tarea requiere sacrificio, enfrentar miedos, abandonar seguridades aparentes que castran, elaborar la propia neurosis, fortalecer el yo que se torna más humilde cuanto más fuerte. Mas conectado con las dimensiones arquetípicas. Más complejo, integrado en los ciclos de la naturaleza sintiéndose participe de los mismos y comprendiendo la necesidad de acciones de colaboración activa para mantenerlos vivos. Sin miedo a destruir lo que los destruye. Filosofar a martillazos… Pues integrar bien y mal implica experimentar que son dos aspectos para la conciencia humana. Uno puede ser juzgado como malo desde una óptica estrecha de moral heterónoma, pero siendo consciente de los riesgos y protegiéndose, actuará si es necesario ya que su funcionamiento será el de un sujeto con moral autónoma, que es lo más cercano a la ética del individuo humano. El trabajo esencial se cumple en el silencio y fructifica en la mente de unos pocos. Es difícil llegar a rasgos de la vida integrada, como describe Washburn, como son: transparencia e intimidad yo-tu; contemplación madura (éntasis); cognición terciaria; beatitud; encarnación del espíritu en el cuerpo. La mayoría de los sujetos humanos ni siquiera han evolucionado del estadio evolutivo de pensamiento concreto mágico, aunque a veces tengan atisbos de uso de pensamiento lógico formal.

Vivir es experimentar periodos de muertes y resurrecciones

Todo sujeto humano puede llegar a tener conciencia de que vivir significa experimentar periodos de muertes y resurrecciones. Morimos a la infancia para ser adultos, se mueren las relaciones con los padres para ser adultos,.. Morir significa dejar de funcionar como niño o hijo, pero ser adulto no implica abandonar valores de la infancia: ser espontáneo, investigador, explorador,… Esos ciclos de muerte-renacimiento que incorporan los valores previos a un estado nuevo diferente y más complejo, dejan una convicción profunda de que vivir es una línea de desarrollo que implica varias muertes previas (son muertes simbólicas, pero no la real) y que eso es lo que permite un desarrollo de la conciencia, como una unidad que trasciende ciclos de existencia y la propia materia espacio temporal, la muerte entonces es solo un pasaje doloroso y necesario para vivir y desplegar la conciencia, un rito iniciático. ¿Pero esta convicción se puede extrapolar al momento posterior de la muerte física? ¿No se aferran más a la convicción quienes realmente no han hecho duelos y siguen siendo niños aún con 90 años? ¿La negación del duelo de la pérdida del cuerpo no puede ser la base del deseo de la resurrección de la carne propugnado por alguna religión para la recomposición real del sujeto pues mientras esté sin cuerpo no es completo?

En el trabajo psicoterapéutico muchas personas descubren el sentido defensivo de estas ideas y se constata como los duelos no resueltos, se proyectan en otros sujetos futuros o en las fantasías de construcción de un mundo ideal, como mecanismo de defensa, que es una negación y huida del sufrimiento del dolor, y es un freno al desarrollo de la conciencia. Una muerte sin elaboración del duelo de lo que se deja: la res extensa, las relaciones, el cuerpo, puede ser dulce si se recurre a explicaciones sobre mundos ideales como el cielo, puede ser ansiolítico… Pero resulta extraño que un acto final de la vida no se aproveche para seguir desarrollando la conciencia, aunque esta termine o se disuelva. Incluso con la hipótesis de una vida posterior lo que se pueda vivir será más digno si se ha hecho el duelo. Ese duelo puede requerir compañía para elaborarse pues la relación es un potencializador alquímico de las transformaciones necesarias en el proceso. Explorar los asuntos inacabados del alma. El acompañamiento puede incluso seguir unos días tras la muerte pues hay fenómenos no ordinarios que apuntan a persistencia da la conciencia tras la muerte en un lapso temporal (Fases del tránsito. Estados de Bardo).  El trabajo es individual del muriente, por mucho que se le pueda acompañar su trabajo lo hace solo. Nacemos solos y morimos solos, pues el nacimiento y la muerte de cada ser es un proceso único e irrepetible. . Pero pasado un tiempo cesan los fenómenos y sólo se puede esperar que el trabajo haya sido útil, y no se puede saber que ha pasado finalmente con la conciencia. Si hay algo se sabrá más tarde cuando se esté en esa fase del tránsito.

¿Respuestas a preguntas?

Si hay algo más allá de la muerte se sabrá más tarde cuando se esté en esa fase del tránsito.

¿Pero realmente te importa saberlo YA? Respóndete a esta pregunta con calma y dedicación y quizás puedas, en el proceso de respuesta, descubrir fantasías, angustias, proyecciones que tienen que ver contigo y que te limitan para vivir tu vida.

Respóndete también a esta pregunta: ¿Realmente has decidido vivir o solo sigues la corriente de la vida? ¡Pocos se la han hecho y menos tienen una respuesta clara, pero de tenerla las cosas cambian!

No podemos obviar la acción político ecológica necesaria para la transformación de las cosas. El ofuscamiento del entendimiento de la realidad sobre la estrecha conexión del individuo con su entorno, de la interdependencia entre todos los seres y de la unidad entre el sujeto con la vida cósmica y todos los entes vivientes del universo, es reflejo de una profunda ignorancia (pasiva o consciente), condición en que la persona está privada de la visión de que cada uno es un componente de la vida misma, que posee infinitas posibilidades. El sujeto, bajo la ignorancia, tiende a buscar su realización en la posesión material, el poder,… con una codicia impulsiva, descontrolada y frustrante centrada en la satisfacción de unos deseos compensadores de las carencias, y convierte las relaciones con los otros seres animados e inanimados en un campo de batalla, dominio y odio. El sistema somete con la ignorancia, esclaviza generando deseos compensatorios y miedo, seduce con la búsqueda del principio del placer individual, la búsqueda del éxito y la gratificación personal, y asegura resolver todos los problemas de los sujetos si se le delega el poder y se acepta su autoridad. El estado del nivel de estancamiento de la conciencia tiene que ver con los intereses estratégicos políticos. La decisión de cambio, aún individual, es un ejercicio político en si mismo, los cambios cuantitativos, aún pequeños van propiciando un salto cualitativo, una función de onda cuántica que reorganiza un estado de caos previo en un nuevo orden más complejo y estructurado. Participar en debates, compartir experiencias, participar en movimientos sociales que propician el derecho a la muerte digna, contribuye al cambio necesario. Informarse enterarse….

¡Ni se puede estar sometido al estado ni poner velas o rezos para que Gaia reaccione y resuelva el calentamiento global!

«Y como no hay ningún camino que regrese avancé sobre las aguas negras por el corazón de la noche» (Final de «Sueño de flautas» de Hermann Hesse).  http://www.cuentosinfin.com/sueno-de-flautas/

Derecho a Morir Dignamente (DMD) es una asociación federal española que promueve el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla, y defender el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a, llegado el momento, morir pacíficamente y sin sufrimientos, si éste es su deseo expreso Asociación del derecho a morir dignamente http://www.eutanasia.ws/    http://blog.afdmd.org/

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha aceptado a trámite la denuncia interpuesta por la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL) http://ateosdemadrid.org/  que aboga por la ilegalidad del currículo de la asignatura de Religión.

Tanto la semilla intacta
como la que rompe su cáscara
tienen las mismas propiedades.
Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara
es capaz de lanzarse a la aventura de la vida.
Esta aventura requiere una única osadía:
descubrir que no se puede vivir
a través de la experiencia de los otros,
y estar dispuesto a entregarse.
No se puede tener los ojos de uno,
los oídos de otro, para saber de antemano
lo que va a ocurrir;
cada existencia es diferente de la otra.
No importa lo que me espera,
yo deseo estar con el corazón abierto para recibir.
Que yo no tenga miedo de poner mi brazo
en el hombro de alguien, ni aunque me lo corten.
Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes,
ni aunque que me hieran.
Déjenme ser tonto hoy,
porque la tontería es todo lo que tengo
para dar esta mañana;
me pueden reprender por eso,
pero no tiene
importancia.
Mañana, quien sabe, seré menos tonto.
(O tal vez no.)
Gibran Khalil Gibran
Reflexiones sobre lo humano en el buceo

Reflexiones sobre lo humano en el buceo

Reflexiones sobre lo humano en el buceo

Basado en mi experiencia como psicoterapeuta y buceador veterano aporto información de interés sobre aspectos que no se tienen en cuenta y que condicionan la experiencia del buceo.  Un análisis de las personalidades y su influencia en el buceo. Un análisis de los símbolos y mitos que aún siguen apareciendo en sueños de los sujetos y en supersticiones culturales. Y una presentación de fenómenos grupales en el «vida a bordo»

Mikel Garcia Garcia   8 diciembre 2015

Consideraciones previas

El buceo recreativo es una actividad deportiva lúdica que puede proporcionar elevado disfrute a quien la practica.

Sentir ese momento en que parece que todo va a cámara lenta, que incluso el tiempo se para. Notar la “ingravidez”. Descubrir la vida submarina, ver a los peces yendo de aquí para allá, observar cómo los habitantes del coral organizan sus tareas diarias, siendo tú un espectador de lujo, y ser consciente de que mientras observas todo eso, tus preocupaciones habituales desaparecen, y que sólo debes concentrarte en tu propia respiración, y puedes relajar los músculos dejando el “cuerpo muerto”… Esa sensación es inefable e incomparable, tiene componentes que no se pueden alcanzar practicando otro deporte, y es expresión de que la conciencia está en un estado no ordinario.

Incluso hay buceadores que «sienten» el submarinismo en sí mismos y que pueden vivirlo y desarrollarlo en plenitud, expresándose a través de él como ser humano. Eso se suele notar por los compañeros y suelen causar respeto y admiración, sobre todo si trasmiten sabiduría en una ausencia de arrogancia.

Sin embargo al enfrentarse a retos y situaciones desconocidas, entre ellos esa vivencia de estado no ordinario de conciencia, en muchas ocasiones surge miedo-ansiedad, condición para no poder disfrutar plenamente de la actividad, tener consecuencias psicosomáticas e incluso tener accidentes serios. En la inmersión se dan circunstancias especiales, una deprivación sensorial, minimización de estímulos, toma de contacto con uno mismo. Estas circunstancias pueden provocar que toda la ansiedad reprimida emerja abruptamente.

Me inicié en el buceo en el 86. Aprovechando unas vacaciones en Torrevieja saqué el “open water” con el que buceé años de modo intermitente. Mi instructor había pertenecido al ejército y tuve una formación muy buena y “exigente”. Al cabo de los años decidí hacer cursos avanzados y de Nitrox sacándome las titulaciones pertinentes.

Mi motivación por el buceo fue el deseo de tener la experiencia de explorar el mundo subacuático, no porque sea un deporte. Ese deseo latente lo tenía de años, y se reforzó por la experiencia de muerte cercana que tuve en una playa de Nicaragua en la que casi morí ahogado.

Fui sacado del agua en el último momento probablemente por un delfín. Yo no estaba capacitado para verlo ni mis amigos lo vieron pero hay evidencias científicas de que todos los años los delfines salvan a náufragos y buzos, y parecen entender que una persona se está ahogando. Ya en la mitología griega se hacía honor a esta asombrosa capacidad de salvamento de estos mamíferos, cuando Telémaco, hijo de Ulises, fue salvado de morir ahogado gracias a los delfines, razón por la cual Ulises siempre usó dibujos de delfines en sus escudos. Desde entonces La gente de mar, cuando ve a un delfín, dice que es un buen augurio. Los delfines identifican a los seres humanos como algo similar a ellos mediante el escaneo de nuestro esqueleto a través de su sonar. Sobre todo en salvar a las mujeres embarazadas, porque saben que están embarazadas al hacerle una ecografía instantánea con su sonar y descubrir el corazón del bebé latiendo en el interior de la madre, llegando incluso a defenderlas de los ataques de los tiburones.

Buceo con más continuidad en el mediterráneo y ocasionalmente en viajes específicos para bucear en distintos lugares del planeta, dedicando semanas de vacaciones, a veces pernoctando en hoteles y otras en vida abordo en barcos dedicados. En tantos años he ido comprobando el deterioro del mediterráneo y mi tendencia es a ir haciendo los viajes específicos cuando puedo.

Mi trabajo en psicoterapia me ha capacitado para fijarme en los aspectos psicológicos que acontecen en el buceo tanto a nivel individual como grupal y de eso es lo que voy a compartir en este texto. Las fuentes de información son la observación y análisis de mi propio proceso, y de lo que he visto en otros con los que he compartido el buceo. En bastantes ocasiones mi actitud de escucha y de propiciar conversaciones existenciales ha facilitado que algunas personas me relaten sensaciones, me cuenten sueños o incluso me pidan opinión sobre algo que les preocupa. En alguna ocasión incluso contar (el material) era un intento de poner a prueba mi orientación psicoanalítica que la persona desvalorizaba. He revisado alguna publicación de expertos, que me han servido para entender mejor. En el texto comparto aquello que proviene de las fuentes de mi experiencia y que haya visto reflejadas en publicaciones de expertos.

Me considero buzo veterano por el número de inmersiones, realizadas en un tiempo no excesivamente dilatado, y en diferentes lugares del planeta, que he automatizado la técnica de buceo, es decir sé cómo manejarse en el agua sin necesidad de pensar en cómo hacer las cosas básicas, manejo de la flotabilidad, aleteo, respiración. Eso me permite poder llevar equipo de foto-video actividad que es una extensión de mi afición terrestre. El equipo complica el buceo habitual ya que es un elemento a manejar con sus particularidades de flotabilidad, sus dificultades de manejo y el estrés en cuidarlo por lo que cuesta a nivel económico. Pero considero que el buceo no se automatiza como otros aprendizajes, como el conducir, el buceo requiere continuidad en la adaptación y eso supone cambios dependiendo de los lugares, y los cambios fisiológicos de la edad: menor vitalidad, presbicia,…

Variables psicológicas

En los últimos años se ha incrementado el número de personas que se incorporan al buceo, se ha popularizado, y han bajado los niveles de exigencia. Se confía bastante en las informaciones de los ordenadores de buceo, que recogen los algoritmos de los estudios fisiológicos que han avanzado mucho. Sin embargo se ha avanzado muy poco en el análisis del impacto emocional del buceo, especialmente en lo referente a los diferentes rasgos de personalidad.

El buceo es un deporte de riesgo que se desarrolla en un medio no natural y adverso, en ocasiones muy adverso, donde son frecuentes situaciones estresantes, que incrementan lo habitual: complejidad de la técnica, incertidumbre y elevado nivel de fatiga.

Esto justifica la necesidad de prevención y requiere que sea realizado por personas capacitadas en lo físico y en lo psicológico y con capacitación para adaptarse al estrés ambiental.

Variables que influyen: factores estructurales (medio acuático y equipo de soporte vital autónomo), estos imponen restricciones mecánicas a la actividad física; condiciones ambientales (presión, temperatura, visibilidad o corrientes), que requieren modificaciones continuas; factores fisiológicos, en especial de tipo respiratorio (gases respirados a presión aumentada), que pueden provocar problemas como narcosis o toxicidad de gases; variables psicológicas (personalidad, ansiedad, estimulación sensorial), que condicionan la capacidad de respuesta del buceador, y de posibles errores que limitan la adaptación y pueden contribuir a la aparición de incidentes acuáticos y accidentes disbáricos.

Pueden provocar estrés: un estímulo externo, objetivamente perjudicial o no, que sea percibido como frustrante, amenazante o peligroso; una situación desconocida, imprevista o que exija del buceador un gran esfuerzo; un estímulo interno, una idea, un miedo, una obsesión…

Una mala experiencia puede quedar en una mera anécdota, pero si resuena en algún rasgo neurótico de nuestra personalidad (que todos tenemos) puede acabar derivando en un trastorno de ansiedad en el buceo. Algunas circunstancias que actúen como estímulo y desencadenen la neurosis: una experiencia agobiante en una cueva; un mar agitado que nos hace pasar un mal rato; una mala experiencia con el compañero o un miembro del grupo; un sueño…etc.

Un grado leve de miedo, o su equivalente la ansiedad, es una reacción emocional adaptativa, ante estímulos que representan dificultad o amenaza, gracias a ella se incrementa la atención, favorece que el buceador sea prudente y esté pendiente de su estado personal y del ambiente marino donde se encuentra lo que es condición que ayuda a evitar o salir de situaciones de riesgo. La ansiedad elevada, es muy negativa y un problema para el buceo, provoca disminución perceptiva, de focalización o atención de conciencia, restringe el procesamiento de información y de toma de decisiones, aumenta la vulnerabilidad y la posibilidad de errores humanos, y la aparición de reacciones de pánico.

El riesgo en buceo es más psicológico de lo que se habitualmente se afirma, la mayor parte de los problemas son más o menos compensados y no son muy “visibles” para el observador no experto pero sí lo son los extremos: una elevada ansiedad que lleva al pánico con pérdida de autocontrol, que tenga como consecuencia el ascenso de emergencia y la posibilidad de ahogamiento, sobreexpansión pulmonar o muerte.

La agitación e irregularidad de la respiración y de los movimientos corporales, puede anticipar una reacción de pánico.

Bajo la ansiedad, aunque sea intensa, todavía hay cierta coordinación de movimientos, la persona lucha por su supervivencia, puede arrancar el regulador del compañero para ponérselo él, agredir si considera que el otro interfiere en su salida a superficie, etc., mientras que en el pánico, hay dos posible tipos de respuesta: un bloqueo, quedando la persona fijada en un estado catatónico, agarrando al compañero, habiendo expulsado el regulador y sin atender a la oferta de ayuda de nadie o una reacción de huida absolutamente caótica y descontrolada en general hacia la superficie, pudiendo llegar a perder el conocimiento en el trayecto cayendo al fondo y ahogándose sin posibilidad de reacción. La persona que ha vivido una situación de ansiedad intensa, puede volver con ayuda a bucear e incluso superar la situación. Cuando se ha producido un ataque de pánico es muy difícil que la persona vuelva a bucear.

Personalidad

Los buceadores reaccionan bajo el agua de forma distinta ante idénticas situaciones, debido a sus niveles de formación o experiencia, a las peculiares actitudes personales ante el riesgo y a las propias características de personalidad; entre estas últimas hay rasgos de personalidad que guardan estrecha relación con ansiedad y estrés.

Todas estas son razones suficientes para hacer hincapié en la necesidad de comprobar las características de personalidad. El buceador precisa dominar técnicas específicas, disponer de aptitudes para realizar los trabajos básicos de buceo, rasgos de personalidad para afrontar las situaciones de estrés y, en definitiva, actitudes e intereses que faciliten una relación responsable con el medio subacuático; todo ello configura un perfil, que exige la comprobación de aptitudes y rasgos de personalidad deseables y descarte de trastornos psicopatológicos que desaconsejan la práctica del buceo.

Para evaluar la aptitud individual para el buceo, es necesario aplicar tres criterios: físico, médico y psicológico: normalidad emocional, temperamental e intelectual, rasgos de personalidad favorables al afrontamiento adaptativo del estrés, motivación adecuada y ausencia de estados psicopatológicos.

Los buceadores con mayor rendimiento son personas realistas, maduras y estables emocionalmente; suelen controlar, con equilibrio adaptativo, los sucesos externos y emociones personales. Individuos independientes, asertivos, agresivos, autosuficientes, desinhibidos y abiertos al cambio y nuevas experiencias.

 

Perfil saludable de personalidad.

Desde mi punto de vista estos serían factores necesarios en la personalidad de un sujeto que lo capacitan para ser un buen buceador.

una estabilidad emocional junto a que las emociones no invadan la conciencia en situaciones de riesgo,

una capacidad afectiva que le permita empatía,

un nivel de atrevimiento, de imaginación y actitud de experimentar,

un nivel medio de inteligencia que procese los detalles perceptivos y use la intuición,

una actitud de aceptación de las normas de funcionamiento,

una capacidad de poder estar en grupo sin renunciar a su autonomía personal

un sentimiento interno de seguridad personal y autoestima,

una actitud de amar la vida,

que no se deje impresionar emocionalmente por las variadas circunstancias que ofrece la actividad,

que ni la suspicacia, ni la astucia, ni la vigilancia, ni el reto o desafío sean reguladores importantes de las relaciones interpersonales.

nivel bajo de ansiedad potencial,

nivel bajo de tensión y de preocupación,

 

Menos la última, el resto son más estructurales que puntuales. Condiciones que permiten el conjunto de las siguientes variables: Relajación; Confianza; Concentración; Empatía; Facilidad; Automatismo; Diversión; Exploración; Control

No siempre un sujeto reúne todas las condiciones, depende de su momento vital.

Cuando una persona se encuentra en una situación de estrés vital, (separaciones, pérdidas, problemas laborales, etc.) el riesgo de impacto negativo en el buceo es elevado. La persona puede estar viviendo una situación de conflicto en su vida personal, laboral, económica, familiar. Dicha situación le provoca tensión emocional. Si la persona es consciente y utiliza el buceo como forma de desconexión puede ser una experiencia positiva. Pero si no se es consciente, o hay represión – negación de su vivencia emocional intensa, la situación que se está viviendo puede emerger de forma abrupta de ansiedad en plena inmersión debido a los diferentes procesos fisiológicos y psicológicos que se producen en el buceo. Y, aún más, la persona puede acabar cometiendo el error de una segunda negación, vinculando, de forma consciente o inconsciente, el estado de estrés al buceo y no a la situación real que lo provoca, generando un círculo de retroalimentación difícil de romper una vez se instala.

Mecanismos de defensa

La ansiedad puede afectarle también a un veterano, siendo en este caso más difícil de detectar por la resistencia que genera aceptar una situación que se asocia a los principiantes pero que no se entiende en los veteranos.

La experiencia acumulada puede generar un error cognitivo generalizando otras experiencias de aprendizaje, que una vez interiorizado nunca se olvidan.  Tras un periodo largo sin bucear hacerlo en situaciones de buceo exigentes puede determinar la aparición de un estado de ansiedad intensa, debido a que nuestro cuerpo parece haber “olvidado” parte de la técnica. En el buceo, debemos estar constantemente adaptándonos a un entorno que no es nuestro medio habitual y la adaptación requiere de continuidad.

Se utilizan mecanismos psicológicos de negación de la ansiedad o conductas defensivas para controlarla, que sirven para contenerla, evitar ser conscientes de ella, y la hacen también indetectable para otros.

Un mecanismo de defensa psicológico es “normalizar” el malestar considerando que está en el nivel sano. Algunas conductas: esconderse detrás de una cámara, iniciar una carrera formativa, buscando protección emocional en la supuesta perfección técnica como garantía de seguridad o fantaseando la protección psicológica de un título. En algunos casos es la ansiedad y no una auténtica vocación formativa lo que lleva al buzo a una inversión económica y de esfuerzo en formación innecesaria para su tipo de inmersiones.

Vivir cada inmersión con una dimensión de auto superación, gratifica  emocionalmente y, también, físicamente por la relajación alivio y bienestar orgánico que se produce después de superar una tensión ansiógena transitoria. Sin embargo aunque supere la inmersión, al tener ésta una base neurótica, la situación se perpetúa en el tiempo.

Algunos buzos idealizan la seguridad, como forma de defensa contra la ansiedad, haciendo de esta última un fin en sí mismo y no un medio para poder disfrutar. Pueden mostrarse como personas muy metódicas que utilizan bien los recursos; bucear siempre con medios que ofrezcan seguridad; bucear enganchados al compañero; seguir determinados rituales para incrementar la seguridad basados en una exageración de los riesgos. A veces estas conductas están reforzadas por organizaciones, que promueven su obsesiva forma de bucear como la única forma posible de hacer bien las cosas.

Tipologías problemáticas de personalidad

Se pueden mencionar algunas tipologías de personalidad, que afectan más en el buceo: el fóbico, el bipolar depresivo-maníaco, el depresivo-masoquista, el perfeccionista controlador el histriónico, el narcisista.

El tipo fóbico.

Quizá sea el rasgo de personalidad que más se pone de manifiesto y el que más problemas genera en el submarinismo.

La forma básica de defenderse del miedo es la huida y/o evitación de la situación, pero también puede desarrollar defensas contrafóbicas. Es una persona cuyo abordaje emocional se mueve en la dualidad ser valiente–tener miedo y ello es muy delicado.

Los temores más comunes que se proyectan en la situación de inmersión son; la agorafobia (miedo a los espacios abiertos), la fobia a la oscuridad y la claustrofobia (temor a los espacios cerrados).

La claustrofobia puede expresarse de varias formas sintomáticas: agobio excesivo con el equipo (sentirse encerrado en la máscara, neopreno, capucha…), temor a no poder escapar, no tener el control de subir a superficie a voluntad y temor a introducirse en espacios cerrados (cuevas, pecios, etc.).

La agorafobia puede manifestarse en la sensación de verse en suspensión en el vacío, especialmente si se pierde la referencia suelo-techo. Agobio en la bajada, en situaciones de baja visibilidad y hasta no tomar contacto visual con el fondo.

Y la fobia a la oscuridad puede plantear problemas en inmersiones nocturnas, cuevas, etc…

Si desarrolla conductas contrafóbicas la persona ejecuta comportamientos “valerosos” para defenderse de sus miedos. Es una situación potencialmente de peligro, ya que su arrojo puede llevarle a engaño y generar un exceso de confianza en su capacitación, involucrándose e involucrando otros en situaciones de inmersión para la que no está preparado ni técnica, ni emocionalmente. Ante determinadas situaciones imprevistas puede desestructurarse su defensa contrafóbica aflorando los miedos reprimidos y realizando una ataque de pánico. Una modalidad contrafóbica es basar su defensa y control de la ansiedad en el vínculo que establece con determinadas personas, centros, etc. Pueden ser expertos pero susceptibles a desarrollar ataques de ansiedad cuando bucean lejos del elemento-objeto contrafóbico que les permite controlar sus miedos. Son personas literalmente  “enganchadas” a centros, instructores o compañeros y con grandes dificultades de bucear alejados de ellos. También pueden proyectar sus miedos en los otros contando historias terribles entorno al submarinismo como forma de darse valor y con la fantasía de que controlándolos en los otros se liberan de ellos.

El tipo bipolar depresivo-maníaco.

Tiene un tono emocional cargado de pesimismo y/o culpa con pensamientos congruentes como: “Yo soy más torpe que los demás, me va a costar más”, y sentimiento de impotencia  ante algo malo puede llegar a pasar. Se siente sin capacidad para hacer lo que hacen los demás y culpable de ello. Incluso durante la inmersión pueden aparecer pensamientos catastróficos: “Me ahogaré y que será de mis hijos”; “Me devorará un tiburón”. También puede tener conductas negadoras activando un estado emocional opuesto, que lleva a sentimientos de exaltación, euforia y/o energía excesiva. En un contexto social  grupal se puede potenciar dicho estado de exaltación, y el sujeto puede embarcarse en situaciones que le superen, poniéndose en riesgo y a las personas que lo acompañan. Estos sujetos suelen tener más somatizaciones y más diversas que los ansiosos: digestivas, dolor de cabeza, etc. Las somatizaciones son síntomas que tienen diversas funciones: evitar vivir la angustia psíquica; justificar el no hacer inmersiones; recibir cuidados,…

El tipo depresivo-masoquista.

A diferencia del depresivo bipolar, este tipo puede buscar beneficios secundarios en la propia depresividad y uno, aún más peligroso, es que busque la muerte como modo de castigo de su culpabilidad. Sería candidato a cometer errores o ponerse en riesgo con una finalidad de hacerse daño e incluso morir, sin que medie la ansiedad sino una acción calmada. Más adelante en el apartado “Sumergirse en las aguas” explico algo más un caso de un paciente que tuve en psicoterapia que era buceador y tenía esta tipología.

El  tipo perfeccionista controlador.

La persona con estos rasgos, suele controlar su caos interior y su ansiedad haciendo las cosas de una forma ritualista. Si se sale del ritual  le genera una fuerte sensación de malestar. Pueden bucear contenidamente, si, y sólo si, se siguen unos protocolos y parámetros de actuación muy estrictos. Suelen ser los primeros en empezar a equiparse, y los últimos en entrar en el agua, por el tiempo dedicado al ritual minucioso muy estricto y sin olvidar ni el último detalle. Manteniendo el control y orden de las cosas no suelen tener manifestaciones de ansiedad, pero cuando éstas se producen por alguna situación que desborda a la persona, pueden ser muy intensas y cargadas de agresividad. La obstinación y orden con una obediencia casi sumisa al líder (aunque siguiendo sus propios rituales), ocasiona que sean personas fáciles de llevar. No son buenos compañeros porque suelen ser individualistas, no adaptándose al resto salvo que sigan sus propios rituales preestablecidos. Tampoco son buenos líderes ya que necesitan ver en los otros su perfeccionismo y si no lo tienen, les genera ansiedad, dificultad y /o agresividad porque activa su caos interior.

El tipo histriónico.

Busca la máxima facilidad para desarrollar la actividad. Desea trato especial, mayor permisividad que a otros y para ello se muestran muy activos en la seducción. Tratan de tener el máximo  protagonismo desplegando todas sus armas de seducción. El buceo implica la fantasía de incorporarse a un grupo o situación idealizada con un deseo rápido de incorporarse, a lo que ellos consideran en ese momento  la “élite”. Esto puede ser más importante que la propia actividad en sí. Como la ansiedad es una cuestión que requiere la atención del grupo, buscan protagonismo a través de manifestaciones pseudoansiógenas. Pueden desarrollar dichos comportamientos como forma de llamar  la atención, e incluso competir con otros “Lo mío sí que es serio”. Difícilmente se ponen en riesgo real.

El tipo narcisista.

En general, las personas con rasgos narcisistas transmiten una idea de sí mismas desproporcionadamente positiva, sobrestimando sus habilidades y éxitos. Además, necesitan constante admiración y aprobación por parte de los demás, hacia los que muestran escasa o nula empatía. Su valoración de sí mismo depende en exceso de la de los demás, porque internamente tienen falta de autoestima, y son especialmente sensibles a la crítica, defendiéndose de caer en su baja autoestima, de manera que exageran sus logros y se muestran pedantes, engreídos… y no es capaz de dar nada a cambio, especialmente lo más necesario en una relación saludable: empatía, apoyo, escucha y validación del otro. Aunque puedan dar cosas como un mecanismo de seducción para seguir teniendo la aprobación y reconocimiento del otro. Pueden atraer a personas que se dejan arrastrar porque necesitan sujetos fuertes y seguros. Su necesidad de logros puede llevarles a una actividad en el buceo en la que desafíen los riesgos, acumulen méritos, éxitos, viajes difíciles. Y se jacten de ellos publicando sus logros, por ejemplo en redes sociales como facebook, sin comentar sobre sus relaciones personales.

Relaciones entre compañeros de buceo

El compañero es fundamental para nuestra seguridad en el buceo y para que la inmersión pueda ser placentera, estimulante, y permita una relación con el ambiente de conocimiento y expansión de la conciencia.

Pero con lo que llevo exponiendo no deberíamos realizar una inmersión bajo la confianza de que el compañero o grupo con el que buceamos nos sacará del apuro en caso de necesidad. No sabemos, en realidad, ni como reaccionaremos nosotros ni cómo reaccionará el compañero o grupo, si realmente tiene que ponerse en riesgo para ayudarnos.

La elección del compañero es primordial y muchas veces se hace mal, desde proyecciones afectivas que no tienen que ver con la tarea de establecer un vínculo eficaz, o no se hace, y aún menos se propone cambiar si la pareja no funciona.

En relación a uno el compañero puede adoptar diversas actitudes que pueden ser unilaterales y fijas o que pueden cambiar tras los tanteos iniciales de irse conociendo en la relación.

El problema es que sean fijas y no haya reciprocidad, se cree una colusión no cambiable. Si a lo largo de varias inmersiones cambian los roles, en función de la situación personal de cada uno, no hay problema, siempre y cuando  la actitud no sea un rasgo de personalidad demasiado patológico. ¡No es fácil ninguna relación de pareja!

Voy a describir algunas y ordenar del más problemático al menos según mi experiencia, otros podrían hacer otro orden.

Activo-dependiente. Da problemas, un grado de agobio. Está ansioso y puede  bucear  muy pegado y pendiente en todo momento de lo que haces. La respiración puede ser acelerada, sin hiperventilación. Su estilo de buceo no suele ser muy coordinado y puede tener alguna dificultad de flotabilidad, y control. Puede pasar a más estando agitado, preguntándote constantemente el aire, adelantándote, moviéndose constantemente de un lado a otro, aunque no se separa de tu lado nunca sabes exactamente donde está, no realiza una inmersión tranquila, y fácil de guiar o seguir.

Activo-narcisista. No tiene empatía. Mientras tu bajas él se queda mirando arriba algo que le llama la atención, mientras tu subes, él está abajo viendo lo que le interesa, debes estar contantemente pendiente de él, si no lo haces le perderás pues no cumple las reglas de avisos. Da problemas pero también puedes pasar de él y dejarlo a su destino, y bucear solo. En todo caso buscar alguien con quien poder contar en caso de necesidad.

Pasivo-dependiente. Es el buzo dependiente, que proyecta en ti toda la carga de la inmersión, espera que guíes, enseñes, te preocupes de su aire y tomes las decisiones. En general serás tú el que harás siempre la señal de ok a la que el responderá valorando el que te preocupes de su situación. Es un perfil obediente y que no da problemas pero del que puedes esperar poco en caso de dificultad propia.

Egocéntrico. Adopta un rol activo con la finalidad de ser el centro de atención. Puede reaccionar de forma algo agresiva si no se siguen sus premisas.

Pasivo-independiente. El buzo que como compañero no toma la iniciativa, pero tiene controlada la inmersión en todo momento. No preguntará el aire, no te señalará el suyo a media botella, pero sabes que está atento a cualquier circunstancia y preparado para ayudarte si aparece cualquier contingencia.

Activo-independiente. Es generalmente experto y valora tomar las riendas de la inmersión, valora guiarte, enseñarte cosas, mostrar su pericia, en general se preocupa por ti y es alguien en quien se puede confiar.

Empático. Con el que buceas realmente a gusto, se adapta a ti y tú te adaptas a él, no supeditando ninguno al otro su comportamiento y existiendo armonía y comunicación fluida debajo del agua aun cuando sea la primera vez que buceas con esa persona. Aunque se requiere cierta equivalencia de nivel de buceo, eso no es lo fundamental sino el vínculo creado. Este vínculo puede soportar asimetrías como son las que uno lleve equipo de foto video y el otro no. Es la pareja de buceo la que toma las decisiones y se muestra activa, según las circunstancias de cada momento, aunque en ocasiones el más activo sea uno de los dos.

Algunos datos sobre origen de la capacidad empática.

Neuronas en espejo.

En 1980 unos investigadores italianos descubrieron, por azar, una activación de neuronas motoras en el cerebro de un mono cuando el mono observaba a otro comer. Eran las mismas que en el mono se activaban cuando comía, pero en esa ocasión lo hacían solo al ver la conducta del otro. Las denominaron «neuronas en espejo». Se buscó en los humanos encontrándose en el área F5 de la corteza prefrontal y más tarde también se descubrieron en el lóbulo parietal inferior. Al parecer, las neuronas del lóbulo parietal se encargan de decodificar todo lo vinculado con los movimientos necesarios para realizar determinada acción mientras que las neuronas del F5 se encargarían de procesar el objetivo de la acción. La activación se produce, incluso, con solo imaginar la acción y sirven para realizar una simulación de las acciones antes de llevarlas a cabo, lo que prepara al organismo para hacerlas con eficacia. Existen investigadores que consideran que no sería descabellado pensar que también están implicadas en el proceso de simulación de las intenciones de los demás; es decir, que son útiles para inferir las intenciones de otras personas. Ramachandran llama a las neuronas espejo “neuronas de la empatía” por ser las implicadas en la comprensión de las emociones de los otros. Las neuronas espejo se activan desde el nacimiento y les permiten a los bebés imitar los movimientos de los adultos e ir aprendiendo. Por tanto, son la base de la capacidad innata de imitación, sin la cual el aprendizaje sería prácticamente imposible.

Ánima y ánimus.

Sumergirse en el mar con un compañero puede activar en cada uno su parte contrasexual interna, la parte femenina en el hombre (ánima) y la masculina en la mujer (ánimus). Siempre y cuando sean sujetos suficientemente sanos, esa activación podrá facilitar la empatía. Si se da en uno ya favorece bastante, si es en los dos más aún. Se puede producir una fusión de visión y sentimiento, que facilita mucho la intuición y, por lo tanto, la comunicación, como empatía o simpatía estética (endopatía). Pero también Pero también ocurrir puede que anima y animus faciliten rivalizar.

En definitiva, disponemos de recursos biológicos y psíquicos que facilitan el aprendizaje, pero como se constata en el desarrollo evolutivo van a funcionar bien si el contexto de la relación favorece un buen vínculo. Si se instaura una neurosis las potencialidades empáticas se bloquean.

También hay que decir que estos recursos también ayudan mucho en los procesos de psicoterapia, mediante los cuales los sujetos salen de los bloqueos y pueden usar adecuadamente las potencialidades.

 

Es agradable y da seguridad que tu compañero sea activo independiente.

Pero la experiencia del compañero empático es mucho más grata. Yo lo he disfrutado con dos compañeros. El primero era una mujer noruega, en uno de mis viajes al mar rojo en Hurghada. No nos elegimos, nos asignaron ser pareja de buceo. No hablábamos el mismo idioma, sin embargo experimentamos esa empatía. El segundo un hombre más joven que yo. Nos conocimos en un viaje de buceo “vida a bordo” en Galápagos. Nos elegimos. Nos volvimos a encontrar en otro “vida a bordo” en Komodo y tuvimos claro que seríamos compañeros. En la segunda ocasión aún fue mayor la complicidad en el buceo y se extendió a la relación fuera del agua.

La peor experiencia la tuve con una mujer “oral demandante”. Era manifiesta su conducta de pedir constantemente atención, esperando respuestas a sus demandas o que le solucionara sus problemas. Desde detalles pequeños como cerrarle una cremallera del traje de buceo hasta otros mucho más complejos como tareas intelectuales, o darle pistas sobre la comprensión y resolución de problemas vitales. Tendía a contar rápidamente sus experiencias vitales. Seguramente captó mi capacidad de escucha y paciencia. Me atrapó por ello en momentos en los que no podía dejar de hacer algo o de escucharle. Tuve que cortarle diciendo que para ser ayudada necesitaba un profesional y que no podía ser yo pues el habernos conocido me quitaba la neutralidad necesaria para ayudarla. Fue suficiente pero se perdió la colaboración en el buceo. Como era bastante experta y buceábamos en un grupo de cuatro y un guía para nosotros no perdí nada.

Fantasías, símbolos e inconsciente colectivo

La capacidad de imaginación y simbólica del ser humano se consteliza muchas veces en fantasías, que son diversas según cada sujeto, muchas veces son inconscientes y relacionadas con sus factores de personalidad.

Algunas que pueden tener los sujetos con ansiedad elevada: ser devorado por un tiburón, quedarse sin aire y ahogarse, múltiples peligros procedentes de las profundidades que puedan emerger, etc… Estas pueden incluso ser más o menos conscientes.

Es importante entender que esas fantasías muchas veces no provienen de elementos de la historia personal del sujeto sino que van más allá de lo personal, ya que forman parte del inconsciente colectivo.

Estas informaciones forman parte del acervo cultural e histórico de la humanidad y ejercen una presión, desde dentro, para manifestarse mediante símbolos y mitos.

En el buceo el hecho de ir hacia lo profundo es un movimiento que propicia el encuentro y activación de esos contenidos. A veces se dice que los que eligen el mar son más metafísicos buscando ver en lo invisible que los que eligen la montaña que buscan ver mejor lo que se ve. Las necesidades de autorrealización son las mismas pero se eligen caminos distintos para llegar a Ítaca.

Los símbolos provocan un efecto evocador de fuerzas internas. Sin que medie ningún estímulo externo la conexión con el símbolo provoca movimientos emocionales.

El inconciente es mitológico, y algunos de sus contenidos están cargados de valores cósmicos, que reflejan las modalidades, los procesos y los destinos de la vida y de la materia viva. Se puede decir incluso que el único contacto real del hombre con la sacralidad cósmica se efectúa por el inconciente, ya se trate de sus sueños y de su vida imaginativa, ya de las creaciones que surgen del inconciente, (poesía, juegos, etc. etc.)’

El mito es el relato que nos hacemos, con nuestra capacidad simbólica, de un valor de la materia viva de los antecesores humanos que ha dejado una impronta cósmica. Tenemos una capacidad simbólica en los márgenes que nuestro desarrollo biológico permite (cerebro y otros órganos).

En la mitología babilónica Marduk ordena a Ea que cree al hombre, quien tendrá por tarea servir a los dioses para que éstos puedan descansar. Muchas serán las religiones que ‘aparecerán’ después de la ‘desaparición’ de los dioses, algunos de éstos matados por el hombre, vacío que es inmediatamente ocupado por otras figuras religiosas: La ciencia, la política…

Sin embargo la divinidad sobrevive en los arquetipos, y en ritos mediante los cuales se reactualiza, no se olvida jamás.

El hombre continúa la creación, pero necesita aprender, y ser enseñado.

Algunos símbolos que mueven información en el buceo.

Sumergirse en las aguas

Todas las aguas, dulces o saladas, simbolizan el conjunto de todas las posibilidades contenidas en un plano existencial. Tanto en su carácter positivo (germinal) como negativo (destructor).

En el océano, la movilidad perpetua, el carácter informe de las aguas y la grandiosidad, son aspectos esenciales. Por esto, el océano simboliza fuerzas en dinamismo, modalidades transicionales entre lo estable (sólido) y lo no formado (aéreo o gaseoso). En su totalidad, frente a la gota, el océano es un símbolo de la vida universal frente a la particular. La ciencia confirma que la vida comenzó en el mar.

El océano expresa una situación ambivalente; contiene los gérmenes de los contrarios, como creador de monstruos es la perfecta morada abisal, la fuente caótica de donde emerge lo inferior, lo no capacitado para la vida en sus formas aéreas y superiores. Los monstruos marinos exponen una situación cósmica o psicológica de estrato más bajo a la de los monstruos terrestres; por esta causa las sirenas y tritones aluden a una infraanimalidad. El carácter destructor del agua salada para las formas superiores de vida terrestre, la convierte también en símbolo de esterilidad. Esto ratifica el carácter ambivalente del océano, su dinamismo contradictorio. También aparece el océano simbolizando la mujer, la madre en su fase benévola o terrible. El sol se hunde en el mar y asimismo nace de él, el mar devoró el viejo sol y aparece un «sol nuevo». Este surgir y desaparecer solar en el seno oceánico confirma la significación de las «aguas inferiores» como abismo del que las formas nacen y desenvuelven sus posibilidades existenciales. Así, el océano es asimilado también al inconsciente colectivo, del cual surge el sol del espíritu. El mar tempestuoso es un signo tempestad en el inconsciente. La transparencia, en cambio, expone una situación de serenidad contemplativa.

En la mitología griega este océano mundial era personificado como un Titán, hijo de Urano y Gea. En los mosaicos helenísticos y romanos (por ejemplo en Océano y Tetis, de Zeugma, siglo III) se representa con frecuencia a este Titán con el torso y brazos de un hombre musculoso con barba larga y cuernos (a menudo con pinzas de cangrejo), y con la parte inferior del cuerpo de una serpiente.

Heracles obligó a Helios a prestarle su copa dorada para cruzar la gran extensión del Océano en su viaje a las Hespérides. Cuando Océano sacudió la copa, Heracles lo amenazó y tranquilizó las olas. El viaje de Heracles en la copa solar por el Océano fue un tema predilecto de los pintores de cerámica ática.

Océano con cola escamada en la Gigantomaquia del Altar de Pérgamo

 

 

 

Océano, a la derecha, con cola escamada, en la Gigantomaquia del Altar de Pérgamo

 

 

 

 

 

Lo anterior puede parecer alejado de la experiencia, pero subyace a otras cercanas como el bautismo, que es un agua purificadora que se vive como transformadora, germinal. A las inmersiones que se hacen por primera vez, casi sin conocimientos de buceo y guiados por un experto se las llama bautizos. La mayoría de las veces, suelen ser experiencias gratificantes que motivan hacer cursos de buceo, aunque es fundamental la actitud del entrenador de buceo.

Algunos de los símbolos descritos pueden resonar en un sujeto que se mete en las aguas y provocarle un movimiento emocional.

Antes he citado un caso de un paciente depresivo masoquista. Fue a la psicoterapia por una crisis tras una separación afectiva. Y en el trascurso de la misma contaba que al bucear se daba cuenta de que cometía errores casi buscados, y que podía salir malparado pero la sensación de que el mar lo acogía en su seno uterino le producía mucha calma y no tenía miedo a morir, sino, al contrario sentía la muerte como un descanso placentero. El sumergirse en las aguas, era un estímulo activador de impulsos autodestructivos que es uno de los símbolos asociados a las aguas.

Pez

En términos generales, el pez es un ser psíquico, un “movimiento penetrante“ en lo inferior, es decir, lo inconsciente. Schneider señala que el pez es el barco místico de la vida, ya ballena, pez volador o normal. Para algunos, el pez tiene sentido fálico, mientras otros le atribuyen estricto simbolismo espiritual. En esencia, el pez posee una naturaleza doble; por su forma de huso es una suerte de “pájaro de las zonas inferiores“ y símbolo del sacrificio y de la relación entre el cielo y la tierra. Por la extraordinaria abundancia de sus huevos, es símbolo de fecundidad. El pez escita, de oro, procedente del tesoro de Vettersfelde, actualmente en el Museo de Berlín ofrece dos expresiones simbólicas, distintas y complementarias: una, más frecuente, es simplemente narrativa y espacial. Así, en la parte alta de su cuerpo sobre una línea horizontal fuertemente marcada, se hallan los seres de la “etapa superior”, los mamíferos (al parecer, ciervo, caballo, jabalí y leopardo). Bajo dicha línea están los seres de la “etapa inferior” o del abismo marino, peces y sirenas. La segunda forma simbólica es la que se produce, por confabulación morfológica, fundándose en paraidolias: así, las dos ramas de la cola, semejantes a cuellos, constituyen sendas cabezas de carnero, mientras en el centro de la zona caudal, un águila despliega las alas, en analogía formal. El ojo es asimilado al pulpo, tanto por su forma como por la similitud entre el acto de aprehender, de los tentáculos, y la posibilidad de poseer los objetos que tiene la mirada. Este pez áureo es así un símbolo de la marcha del mundo a través del mar de las realidades “no formadas” (mundos disueltos ya o por formarse: océano primordial).

“En ocasiones, el pez simboliza en los sueños el niño nonato, porque este vive también en el agua. Y el sol al hundirse en el mar, se torna niño y pez, de ahí que el pez tenga que ver con la renovación y el renacimiento” “Símbolos de transformación” Jung

Peces

Hombres pez

 

 

Hombre pez

 

 

Un buceador se sentía angustiado tras una inmersión en que habíamos contemplado bancos enormes de peces que se movían armónica y rápidamente para esquivar depredadores. Para la mayoría era un espectáculo muy armónico, pero para él era angustioso. Su malestar perduró tras la inmersión. Tampoco podía comer el pescado del menú. No sabía lo que le pasaba. ¿Pudo habérsele activado un temor a la castración al equiparar pez a falo que puede ser devorado por depredadores y por eso no comer peces? ¿Castración genital u oral derivada de una madre devoradora? No son más que hipótesis pues no hablamos en profundidad para comprender y hacer consciente la problemática.

Ichthys

En sentido contrario el pez puede activar un estado de sacralidad y participación mística en otros generando bienestar, y siendo eso una motivación inconsciente para el buceo.  La asociación de ‘Ichthys’ con la Eucaristía está muy enfatizada en el epitafio de Abercius, obispo del siglo segundo, de Hierópolis en Frigia […] y en el epígrafe algo posterior de Pectorius de Autun: Somos peces pescados del mundo por medio del Bautismo, que nos saca del agua a una nueva vida en Cristo, en la que somos alimentados por Él mismo en la Eucaristía. La palabra griega que significa pez (Ichthys), describe quién es cristo y la razón de que sea adorado por los creyentes: “Iesous Christos Theou Yios Soter”, i.e. Jesús Cristo hijo de Dios Salvador.

Oannes habría sido el primero y el más sabio entre los “Annedoti” (o Apkallu), criaturas anfibias míticas, representadas en los relieves babilónicos como seres con  el cuerpo de pez, pero que por debajo tenían la figura de un hombre. Según el relato de Berosus, Oannes, enviado por Ea/Enki, surgía de Oanneslas aguas del Golfo Pérsico cada mañana para instruir a la Humanidad enseñando a los hombres la escritura, las artes y las ciencias, mucho antes del Gran Diluvio. Su cuerpo era como el de un pez, tenía una cabeza humana y arriba otra de pez, y asimismo, más allá de la cola de pez, se extendían sus pies humanos. También su voz era humana. La bestia pasaba el día entero con los humanos pero no ingería comida alguna. Les brindó a los hombres el conocimiento de las letras y las ciencias y técnicas de todo tipo. También les enseñó como fundar ciudades, establecer templos, legislar leyes y medir la tierra. Asimismo, les reveló la siembra y la cosecha de frutas, y en suma, les develó todo lo que involucra la vida civilizada. Desde aquel entonces, tan universales fueron sus enseñanzas, que nada se ha necesitado añadirles para mejorarlas. Cuando el Sol se ponía, la bestia volvía al mar para pasar las noches en las profundidades, dado que era un ser anfibio. Con el tiempo, otras bestias aparecieron.

 

 

 

Oannnes

El símbolo del pez es el estado original del complejo central. Necesario porque trae la renovación. En Aion de Jung

Del mar proviene la vida por la evolución de las especies. Este mito evoca la transmisión de información que proviene de las especies precursoras.

Monstruos

En el plano psicológico aluden a las potencias inferiores que constituyen los estratos más profundos, desde donde pueden reactivarse —como el volcán en erupción— y surgir por la imagen o la acción monstruosa. Simbolizan también, la exaltación afectiva de los deseos, la exaltación imaginativa en su paroxismo, las intenciones impuras. Son por ello el oponente, el adversario por excelencia del “héroe” y de las “armas“ (potencias positivas concedidas al hombre por la divinidad; de ahí el origen misterioso, milagroso o mágico de la mayor parte de armas usadas por los héroes en los mitos y leyendas). La lucha contra el monstruo significa el combate por liberar a la conciencia apresada por el inconsciente. La salvación del héroe es la salida del sol, el triunfo de la luz sobre las tinieblas. En un sentido menos negativo, se identifica monstruo con libido. Entre los principales monstruos conocidos por la tradición y perpetuados por el arte tenemos los siguientes: esfinge, grifo, sirena-pez, sirena-pájaro, lamia, pájaro con cabeza de cuadrúpedo, pájaro-serpiente, toro alado, dragón, pez gigante, serpiente gigante del mar, quimera, Gorgona, minotauro, tritón, hidra, salamandra, hombre marino, harpía, hipogrifo, demonio marino, furia, etc. René Huyghe, establece tres fases en la “ascensión“ del hombre hacia sus posibilidades superiores: 1) victoria de los monstruos: 2) combate con el dragón (Apolo, Sigfrido, san Jorge), y 3) combate con el ángel.

DIABLO NEGRO

“diablo negro del mar”, una especie de pez abisal conocida por el nombre científico Melanocetus johnsonii.

Cuando alguien teme que surja de dentro algo que lo aniquile puede desplazar ese temor a la fantasía de monstruos.

Un fóbico es sensible a las amenazas. Meterse en el agua puede activar la información inconsciente colectiva y, entonces, puede temer el surgimiento de algo terrible de las profundidades justo al meterse en el agua. Dependiendo del grado del temor y de su capacidad yoica podrá ser consciente o no el temor, tendrá que implementar conductas contrafóbicas si va a seguir buceando o acabará dejando el buceo.

Un sujeto con un rasgo narcisista puede desafiar ese posible encuentro para salir victorioso de la lucha. Y su motivación inconsciente para el buceo podrá ser esa fantasía de ser héroe en casa inmersión. Un buceador que solía bucear por encima del resto del grupo, contemplando desde arriba, me contó un sueño repetitivo: “se encontraba andando en la calle de una ciudad por la noche y en dirección contraria venía mucha gente corriendo huyendo de unos zombies. El no huía sino que iba a su encuentro, iba a luchar con ellos y estaba seguro que iba a salir victorioso”.

Mola mola

Por su forma y su manera de nadar se le tiene como especie misteriosa, y se desconocen muchas de sus costumbres. Estos peces han sido depositarios de historias y leyendas por su peculiaridad. Se le ve como un pez gigantesco y extraño, algo monstruoso, evoca algo sobrenatural, no se considera de este mundo. Su cerebro es como una nuez y no supera los 4 gramos de peso. Cuerpo profundamente comprimido, piel muy gruesa, se cree que puede resistir balas del calibre 22. Con una capa de tejido conjuntivo de más de 2,5 cm de grueso, boca pequeña con placas dentales, un solo diente en cada mandíbula, color gris pardusco, plateado. Resulta una especie muy extraña debido al descomunal tamaño de su cabeza, en proporción a su cuerpo y a su cola. Su piel está cubierta de cráteres, como el de algunos cuerpos celestes.

Nadadores lentos y divagantes, epipelágico y por debajo de 350m. Se alimenta de invertebrados y de praderas marinas. Pasan la mayor parte del tiempo en lugares cercanos al fondo, esperando el paso de los calamares, medusas, o de otros animales marinos que les sirven de alimento. Hay leyendas y cuentos, en las que este pez te hablará y le hará inmensamente rico.

Causa una impresión singular a aquellos que tienen la suerte de observarlo nadando en medio del océano. En España existe una leyenda que cuenta que cuando los pescadores salían a faenar por la noche y se encontraban con alguno de estos peces nadando torpemente cerca de la superficie, lo confundían con el reflejo de la luna en el agua y desde entonces a este pez se le conoce como pez luna. El Mola mola se denomina en inglés “ocean sunfish”, “pez sol”, hace referencia a la costumbre que tiene de tomar el sol en la superficie del agua. Se ha comprobado que lo hace antes o después de adentrarse en las profundidades frías para comer También sale a la superficie para que las aves le retiren los parásitos que se adhieren a su piel. Se pueden encontrar más de cuarenta especies de parásitos tanto en la piel como el interior de su cuerpo, por lo que estos peces buscan diferentes formas de aliviarse.

También hay discrepancias entre comerlo o no. Algunos lo consideran tan peligroso como los Balístidos, especialmente el pez globo. Otros refutan que sea tóxico. En Europa se considera tóxico y está prohibida su ingesta. En Japón es exquisito. Hay que tener cuidado al prepararlo y cocinarlo, pero menos que con el pez globo, en cuyas vísceras, la sangre y los órganos sexuales son tóxicos. La toxicidad se debe a una neurotoxina, la tetraodontoxina cuya ingestión puede producir envenenamiento que resulta mortal en más de la mitad de los casos. Los japoneses hacen con el pez globo un plato llamado «Fugu» que tiene fama de ser sabrosísimo, pero el cocinero debe ser diplomado en la confección de este plato y tener un permiso de la autoridad. Ahora han conseguido peces globos libres de toxinas criados en piscifactorías y controlando que no ingieran alimentos con unas bacterias que  son la fuente real de las neurotoxinas.

Es más bien solitario, se aparean ocasionalmente y la hembra pone 300 millones de huevos. Son minúsculos, unos 2,5 mm, lo que supone que tendrán que aumentar casi 60 millones de veces hasta alcanzar el tamaño de la madre.

Mola Mola

No es peligroso para los buceadores, incluso es curioso. Puede ser un problema para las embarcaciones que puedan chocar con este pez.

Un pez que moviliza la ambivalencia, la tensión entre polos opuestos..

Sirenas y delfines

La sirena en el mar y la lamia en aguas dulces, son representaciones monstruosas del peligro de la emergencia de las pulsiones sexuales reprimidas, que pueden acabar con el equilibrio del sujeto, pero a la vez atraen precisamente porque activan, en los varones, la sexualidad reprimida.

Las mujeres también tienen su peligro en una sirena en versión masculina, el delfín rosado del amazonas (el Boto). Que realmente es un delfín en peligro de extinción (Inia geoffrensis).

delfin rosado

 

Delfin rosado

 

 

 

El los mitos se cuenta que sirenas y delfines rosados, antes eran mujeres u hombres hermosos, que fueron transformados por castigo de los dioses. En el caso de las sirenas por Afrodita quien les castigó porque despreciaban las artes del amor. En el caso del delfín rosado, porque un dios masculino envidió los atributos de un joven guerrero indígena.

En su monstruosidad portan la represión sexual y actúan desde la venganza pues han sido “castrados”, atrayendo seductivamente, con cantos en las sirenas o con la transformación en un amante atractivo en el caso del delfín. Las sirenas acaban devorando al incauto. El delfín embaraza a la mujer tras una noche de lujuria de la que ella no recuerda nada al día siguiente.

Los hombres tratan de protegerse de la atracción de las sirenas ya que reconocen que no van a ser capaces de resistirse a su llamada. Odiseo (Ulises), fecundo en ardides, cuando se iban acercando a la isla de las sirenas, por consejo de Circe, ordenó a sus hombres que se taparan los oídos con cera, y él que no podía resistir la curiosidad de escucharlas, se hizo amarrar al mástil, con orden de que pasara lo que pasara, no lo desataran. Al escuchar los cantos de las sirenas quiso soltarse pero sus compañeros no se lo permitieron. Las mujeres se escapan de los hombres atractivos que lleven sombrero de paja, pues el delfín cuando se transforma no pierde el opérculo respiratorio que se le queda en la cabeza y por eso la tapa para no ser reconocido

A casi nadie deja indiferente la sirena, sean hombres o mujeres, y actualmente atrae más que se la teme.

Algunos barcos de buceo tienen su nombre: Mermaid I, Mermaid II. Y en otros se pone o ponía una sirena como mascaron de proa.

Dependerá del nivel de represión sexual del buceador que la experiencia de sumergirse active una líbido que invista la experiencia con un erotismo agradable o que genere un temor intolerable.

Ballena

Mundo, cuerpo, sepulcro. También considerada como símbolo de lo continente y ocultante por esencia, simboliza la totalidad del universo formal y físico. Casi siempre es un elemento benéfico aunque requiera pasar por un arduo trabajo para lograr el beneficio. Han sido cazadas por su grasa y carne. Pero también hay pueblos que las veneran. Son animales sagrados para miles de pescadores vietnamitas, que las entierran en las playas con grandes fastos cuando mueren, construyen templos en su honor y las adoran como a dioses. «El Señor Ballena ‘Ca ong’ protege a los pescadores cuando están en el mar. Cuando hay una tormenta, les lleva a la zona más tranquila y les protege de las olas». En su obra ‘Culto a las ballenas en Vietnam’, la investigadora sueca Sandra Lantz afirma que «prácticamente todos los pueblos pesqueros de Vietnam tienen al menos un templo dedicado a las ballenas». «Cuando se acerca una al barco la dejamos ir, esperamos a que se vaya sin sacar las redes para evitar hacerle daño». La aparición de una ballena varada les moviliza «Cuando una ballena muere la llevamos hasta la playa para enterrarla y celebramos un funeral en el que participa todo el pueblo. Si es muy pesada y los hombres no pueden arrastrarla, rezamos para que el mar nos ayude a llevarla». Los pescadores creen que el cetáceo muerto lleva a la orilla las almas de los marineros que perecieron en el mar y además traerá buena suerte a los primeros en descubrirla. Cuando pasan diez años, los huesos son desenterrados y guardados en uno de los templos dedicados a este culto. La adoración a las ballenas está tan arraigada que a ninguno de los marineros presentes en el templo les parece posible que alguien agreda a estos animales. A la pregunta de qué castigo divino recibiría aquel que quitara la vida a estos mamíferos, el custodio del templo se encoge de hombros y esboza una media sonrisa: «No lo sabemos. Nadie mata ballenas».

Devoración

Este símbolo, que tiene su expresión literal en el acto o el miedo a ser devorado, aparece mitigado en el tema del envolvimiento y, según Diel, también en el hundimiento en el barro o el pantano. Jung cita al respecto el pasaje bíblico de Jonás en el interior de la ballena, pero éste concierne mejor al “viaje nocturno por el mar“. Para dicho autor el miedo al incesto se transforma en miedo a ser devorado por la madre, que luego se disfrazaría en diversas formas imaginativas, como la bruja que come niños, el lobo, el ogro, el dragón, etc. En un plano cósmico, el símbolo concierne sin duda a la decoración final que la tierra hace de cada cuerpo humano, después de la muerte, a su disolución, de manera que bien puede asimilarse a una digestión. En consecuencia, los cuentos que “terminan bien“ y en los que los niños devorados aún viven en el interior del animal devorador, de donde son extraídos por alguien, aluden sin duda alguna a la esperanza de la resurrección de la carne, dogma del cristianismo. Así, la ballena no es exclusivamente un símbolo negativo.

 

Un sorprendente relato es el de James Bartley, un timonel de 21 años de un ballenero The Star of the East que en 1891 frente a las Malvinas, cayó directamente en las fauces de una ballena cuando la perseguían para arponearla. El animal cerró la boca y se sumergió en el mar. Al día siguiente apareció en la superficie el cuerpo de un cachalote macho recién fallecido. Era un animal muy grande y la tripulación pasó dos días despellejándolo. Alguien de a bordo comentó que tal vez fuera el animal que se había tragado a Bartley, pues tenía una herida parecida a la que le habían hecho a aquel animal. Con reticencia, los despellejadores llegaron hasta el estómago y lo abrieron. Efectivamente, vieron una gran masa de gambas y otros pequeños animales junto a un gran bulto con una forma vagamente humana. Era el cuerpo ensangrentado de Bartley con el rostro violáceo. Tardaron cinco horas en reanimarlo. Cuando despertó parecía estar completamente loco, gritando y agitándose hasta tal punto que tuvieron que atarle en su catre. Hablaba incesantemente del fuego que le había estado consumiendo. Hay que tener en cuenta que la temperatura corporal de la ballena es superior a la del hombre y alguien en ese estómago tendría la sensación que le están asando vivo. Después de esta experiencia, no pudo volver a quedarse solo, nunca volvió a practicar la pesca de la ballena, incluso se negaba a mirar el mar. A su regreso a Londres se dedicó a ser zapatero, muriendo el 1909.

Complejo de Jonás

La alusión a Jonás en el caso Bartley (Jonás II) es tan paradigmática que ha sido inspiración del “Complejo de Jonás”. Mencionar este complejo tiene un poder atractor para mucha gente, que pone atención y muestra curiosidad para saber de qué se trata. Esto confirma el poder del mito de convocar, a los sujetos que han sido forjados en la cultura en la que el mito se cuenta. Convocar moviliza fuerzas inconscientes pero no todo sujeto está receptivo a toda la movilización. Algunas partes se soslayan mientras que otras se enfatizan. El mito tiene poder de transformación, es condición pero no suficiente. Para ejemplificar esto voy a comentar más a fondo este complejo.

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Catacomb of Saint Peter and Saint Marcellino, Rome, Itally

 

 

 

Abraham Maslow acuñó la expresión «complejo de Jonás” describiendo aquel fenómeno por el cual tememos a lo mejor de nuestra interioridad: a nuestras máximas posibilidades, a nuestras cualidades más bellas, a nuestros talentos; nos asusta llegar a ser aquello que vislumbramos en nuestros mejores momentos.

Maslow se basó en el pasaje bíblico en el que Dios encomendó a Jonás que hiciese llegar su mensaje a Nínive, lugar donde reinaba el mal, y este huyó no creyéndose capaz de hacerlo. Entonces Dios le envió una ballena que se lo tragaría por 3 días y 3 noches. Después de ese lapso, la ballena lo vomitó y Jonás aceptó el destino para el que había sido escogido y llevó su mensaje a Nínive.

Sin embargo considero que el mito se interpreta de un modo muy light, banalizando su complejidad, y se llega a instar a que una vez que un sujeto se dé cuenta de que le pasa, por el hecho de ser consciente salga del mismo.  «abandonarlo» como si resultará una nimiedad la estructura defensiva que lo mantiene y obviando el análisis de su origen.

Usaré los conceptos en su acepción junguiana. El grado de complejo que atrapa a la persona puede ser mayor o menor: la persona se autolimita, se restringe, como si huyera del destino que más idóneamente estaría en condiciones de cumplir. Puede ver sus dones como una amenaza, y en vez de desplegarlos, los reprime. Con ello, reprime su más genuina identidad, su esencia, generándose a sí misma una tristeza muy característica que tiene, en verdad, cierto sabor a autotraición. Experimenta nostalgia del «sí mismo» que está amordazado. El Complejo de Jonás, como todo complejo, se estructura en la interface de las presiones del inconsciente colectivo y las reacciones objetivas del sujeto con sus personajes cercanos en la crianza. El infante encuentra el personaje que percibe va a ser aceptado por sus adultos y rechaza, relegando a «la sombra» lo que le crearía problemas para ser «mínimamente amado y aceptado». En la sombra hay tanto lo negativo como lo positivo. Por eso el trabajo de integrar la sombra despliega potencialidades latentes. Pero es un trabajo iniciático, duro, de enfrentarse con lo rechazado y con los represores interiorizados. En el complejo de Jonás aparecen también, entre otras cosas, rasgos masoquistas de autoboicot,… La alusión a la ballena indica la existencia de un complejo materno atrapante que hay que traspasar, estando en él un tiempo suficiente, tres ciclos de noche y día, para elaborarlo. En un proceso terapéutico, elaborar un complejo requiere profundizar en sus raíces, regredir, sufrir, reexperienciarlo, mantener la tensión, pasar por las fases alquímicas: nigredo,….

Lo complejo es precisamente eso COMPLEJO y requiere una escucha abierta, amplificadora, analítica… De interiorización, hacia la individuación que integra el yo con el sí-mismo, el bien y el mal,.. Todas son facetas necesarias de existir y experimentar en el despliegue de la conciencia humana.

Al definir el Complejo de Jonás solo se aborda la superficie: no creerse sus potencialidades. Eso focaliza la atención e impide hablar sobre el fondo de la tarea encomendada: “confrontar el mal». Ante ella Jonás huye. Esta tarea es crucial en la individuación.

Nadie puede escapar a esa tarea, pero pocos se sienten preparados. Desconfianza de la capacidad, miedo a la aniquilación por el mal o a ser poseído por el mismo. Sin resolver esta tarea el sujeto no sale de una participación mística que escinde el bien y el mal, considerándolos antagónicos y refugiándose en seguir -abrazándose a ellos como clavo ardiente-  los parámetros que marca lo que es un buen actuar desde una moral heterónoma. Así uno no es bueno sino beato y posible candidato a juzgar y condenar a muerte a los transgresores de la moral imperante.

La tarea requiere sacrificio, enfrentar miedos, abandonar “seguridades aparentes” que castran, elaborar la propia neurosis, fortalecer el yo que se torna más humilde cuanto más fuerte, más conectado con las dimensiones arquetípicas. Un yo más complejo, integrado en los ciclos de la naturaleza sintiéndose participe de los mismos y comprendiendo la necesidad de acciones de colaboración activa para mantenerlos vivos. Sin miedo a destruir lo que los destruye. Filosofar a martillazos…

Pues integrar bien y mal implica experimentar que son dos aspectos necesarios para la conciencia humana. Uno puede ser juzgado como malo desde una óptica estrecha de moral heterónoma, pero siendo consciente de los riesgos y protegiéndose, actuará si es necesario en contra de la corriente ya que su funcionamiento será el de un sujeto con moral autónoma, que es lo más cercano, que podemos imaginar, a la ética del individuo humano.

Una reflexión final. Es muy simple pensar que basta conectar con que tienes un complejo para salir de él: «ya lo sabes, ahora deja el complejo».

Es sádico, decir a alguien «lo que te pasa te lo has generado, ya lo sabes y si sigues en ello es porque quieres». Esto se aplica sea al complejo Jonás, a un cáncer,.. Y no es inocuo, genera indefensión, sentimientos de culpa,.. Y agrava el problema. He tratado personas culpabilizadas por estar enfermas, presionadas por comunidades espirituales, víctimas del pensamiento simple, sádico y alienado que impera en nuestras sociedades. Jung habló de “La función trascendente”, como una fuerza instintiva que empuja a la realización, pero es solo una oportunidad, el sujeto necesita mucha atención para aprovecharla, pero nunca es objeto de juicio de culpa. Muchos empujes del Sí-mismo se experimentan como algo trascendente numinoso, una función espiritual “religare”, que se interpreta religiosamente según los esquemas culturales, de ahí el tinte moral.

Vigencia de mitos

Muchos de los mitos siguen vigentes actualmente y, los temores al inconciente se expresan muchas veces mediante supersticiones que aún influyen. Son manifestaciones de la continuidad de un pensamiento mágico, en el que siguen atrapados muchos adultos, que no han abandonado esa forma de pensamiento normal en una etapa de la infancia. Tener un estilo de pensamiento basado en lo mágico impide el uso saludable del pensamiento lógico formal abstracto.

“El primer lunes de abril es considerado mal día para hacerse a la mar por la creencia de que no sólo fue el día en que nació Caín, sino también el día en que mató a su hermano Abel. Tampoco se considera buen día el segundo lunes de agosto porque fue cuando la ira divina arrasó con Sodoma y Gomorra. Tampoco el 31 de diciembre es un buen día, pues según la tradición popular fue el día elegido por Judas Iscariote para ahorcarse. Hasta el miércoles en inglés “Wednesday” viene de Wodin’s day, dia de Wodin, el dios nórdico protector de los navegantes. Los féretros y las flores no eran bienvenidas a bordo pues se consideraba que eran para los funerales; o llevar paraguas en un barco estaba mal visto porque podían provocar a los dioses”. Extraído de “Mitos y leyendas del mar” de Peter D. Jeans.

En los sueños aparecen muchos de los símbolos comentados

Vida a bordo

Son los viajes de buceo en los que se bucea desde un barco que se desplaza en singladuras que buscan puntos interesantes de inmersión. Uno vive en el barco, habita un camarote que habitualmente comparte con otro, y se convive con otras personas, durante un periodo normalmente de una semana.

Es el espacio de convivencia donde más pueden experimentarse todos los fenómenos descritos hasta ahora.

Habitualmente se llega directamente al barco tras un viaje que puede suponer un vuelo de varias horas con escalas y cambios de husos horarios. Por lo que se pasa rápidamente de unas condiciones habituales a otras muy distintas y polares que requieren adaptación física y psicológica.

El barco es un espacio reducido y la convivencia con los otros es cercana tanto en los períodos entre inmersiones como en las inmersiones.

El grupo puede estar formado por personas que se conocen entre sí, o que se van conociendo en la repetición de viajes similares, y que pueden tener relaciones entre ellos en su vida cotidiana o van a continuarlas después del viaje. Pero siempre se forma un grupo nuevo que dura lo que dura el viaje y que morirá, como grupo, y con él, se diluirán muchas de las relaciones que en el tiempo de convivencia se hayan establecido aunque parezcan muy estrechas cuando se daban. Algunas relaciones pueden empezar en el viaje y prolongarse después, consolidando amistades, relaciones laborales o relaciones de pareja. Pero lo más habitual es que se queden como relaciones, ligadas a un contexto separado de lo cotidiano en el que lo lúdico, cierta liberación de represiones habituales, la excitación de la aventura, la liberación de pulsiones, el compartir episodios bellos y duros, en circunstancias, las convierte en especiales porque pueden marcar y suponer estímulos individuales de transformación.

Y todo ello en el contexto de las dinámicas de grupos que surgen siempre que se forma un grupo humano y reproducen dinámicas de las familias de origen de los participantes. El grupo es un sistema complejo, por un lado está la parte de los que van a disfrutar, por otra las personas que se encargan de cuidarlos y están trabajando, entre estas un subgrupo fundamental es el de los guías de buceo y el responsable de ellos. El grupo tiene normas. Los que trabajan esperan una propina al final que será mayor o menor según la satisfacción de los que van a divertirse. El responsable toma las decisiones de los lugares de buceo según las incidencias del viaje, corrientes, climatología, es la autoridad final.

Del grupo que va a disfrutar surgen líderes que representan sus intereses, el responsable instructor es visto ambivalentemente como alguien que cuida por los intereses del grupo pero también de todo el personal y de la compañía que fleta el barco. Puede haber armonía o choque de intereses.

La vida a bordo está organizada para alternar inmersiones con comidas y descansos. Se hacen bastantes inmersiones, unas cuatro al día. Antes de la primera hay disponibles alimentos y después la explicación sobre lo que va a consistir el buceo “briefing” (palabra que surgió del lenguaje militar). El  briefing o informe, es muy importante pues te indican las características de la inmersión, las pautas a seguir y cualidades que se requieren para disfrutarla en condiciones de seguridad. Después de cada inmersión hay alguna comida más o menos consistente. Después de la primera el desayuno. Después de la segunda la comida. Después de la tercera la merienda. Después de la cuarta la cena. Y siempre hay fruta, galletas, bebidas disponibles.

En los espacios del comedor y los que quedan entre actividades y dependiendo de los subgrupos se producen conversaciones más o menos profundas, juegos, compartir las fotos que se han ido haciendo…

A medida que pasan los días las dinámicas del grupo van siendo más intensas y complejas. Pues las interacciones van generando acercamientos, frustraciones,… el cansancio de tantos buceos se va notando (mitigado si se usa Nitrox en vez de aire).

 

Cada grupo tiene su historia, pero en todos se repiten los parámetros de los grupos sociales.

La aparición de líder o líderes; procesos de aceptación, idealización y/o rechazo de los líderes; conflicto y competencias; generación de sujetos excluidos o chivos expiatorios, movilización de aspectos creativos…

El guía instructor o dive máster del viaje, que ha puesto la empresa, tiene de entrada esa confianza por parte del grupo, mientras no se constanten diferencias de criterios que vayan contra los intereses o expectativas del grupo.  El surgimiento natural del líder del grupo es espontáneo y se le otorga a alguien que empieza a destacar por alguna cualidad. En general son personas con fuerte personalidad y capacidad de expresión, lo que facilita la aceptación y reconocimiento por parte de los compañeros de viaje. Y si tiene elevada experiencia en buceo mejor, pero lo más importante es que se le sienta capaz de gestionar los intereses del grupo. Pero ese proceso lleva un tiempo de interacción entre los miembros para que se produzca. A no ser que en el grupo esté el organizador del viaje que ya ocupa esa posición de un modo natural pues sabe los intereses y como mediar con la empresa.

 

En un vida a bordo en Galápagos éramos un grupo de españoles que habíamos llegado a través del mismo organizador. Pero éste no estaba en el viaje. Una mujer del grupo, extravertida y con un humor que rozaba la acritud, chocó con el guía responsable del barco. Intervenía muy rápidamente y, como estás de vacaciones no quieres estar envuelto en una liada, y nadie hizo nada para frenarla aunque no se estuviera de acuerdo con ella. Al menos yo no estaba de acuerdo y aunque intuía riesgo no hice nada. El guía debió pensar que realmente lo que decía ella era porque actuaba como representante del grupo. El tipo estaba molesto. Ambos habían caído en una colusión narcisista paranoide y se sentían atacados mutuamente. Él estaba rabioso, y empezó a tener comportamientos de venganzas sutiles contra el grupo. Por ejemplo acortaba los tiempos de buceo o no buscaba los mejores lugares. El peligro para el grupo provenía de las venganzas indirectas de él. Es exigible que un guía tenga preparación para saber manejar un grupo, y desde luego no es tolerable su actuación mezquina. La compañera tuvo otras salidas de tono también buceando y con su compañero de buceo. Era de esperar dado lo que se veía de su conducta. En un momento que desvalorizó un libro que estaba leyendo aproveché para interpretar su conducta. Tampoco estuvo receptiva a lo que le dije.

El dive master funcionó como un líder dominador-agresivo. Este es un tipo de liderazgo negativo, tratando de imponer sus criterios al grupo, castigando al que no se pliega a sus deseos. Tratando de que las inmersiones, tipo de buceo y cualquier actividad se adapten a sus necesidades, y no al del bien colectivo, incluso engañando tratando de convencer al grupo de la bondad de las misma, y haciendo quedar en evidencia a quien no piense igual.

En el grupo acabamos haciendo una queja formal a la compañía. Dijeron que seguramente no le volverían a contratar. No sé valorar si fue una salida mercantilista tipo «el cliente siempre tiene razón y no nos podemos arriesgar a quedar mal y que no vuelva» o realmente se hacían cargo de la incompetencia.

El grupo tiene la responsabilidad de gestionar el modelo de liderazgo, interviniendo a tiempo antes de que se produzcan escaladas. Probablemente ese Dive master pudiera haber tenido otra disposición si no se hubiera polarizado por la compañera y sacado lo peor de sí.

En general no da tiempo en una semana a que haya escaladas de ese tipo descrito y en ningún otro viaje ha sucedido.

En general emergen varios miembros que van destacando por alguna habilidad, y que ocupan espacios de liderazgo diferenciados, colaborando en el bien del colectivo. Pero a veces hay conflictos, que señalan competitividades, juegos de poder, que reproducen lo que pasa en la vida cotidiana.

Casi siempre hay reparto espontáneo de roles encontrándose figuras típicas. Cada una con sus pros y sus contras. Un sujeto que esté básicamente siempre en un rol seguramente canaliza en ese papel alguna necesidad más o menos consciente. Una vez que uno está en un rol es muy difícil deshacerse de él y menos en un periodo tan corto de tiempo, si lo ha buscado pero no le satisface o si se lo han asignado sin quererlo, el sujeto podrá sentirse tenso e incómodo y repercutirá en sus inmersiones.

El animador. Es una persona que genera buen ambiente, por su talante y simpatía, explicando anécdotas, vivencias, haciendo bromas simpáticas. Es de ayuda para distender momentos de tensión que en todo espacio de convivencia se pueden generar.  Ayuda en gran medida a la cohesión grupal. El riesgo es que no tolere la tensión o reaccione agresivamente si esta persiste.         El colaborador. Es común en el ambiente que se genera. Se presta a colaborar con el grupo. El problema es si supedita sus intereses al interés grupal, pues cuando esto sucede puede tener motivaciones de búsqueda de afecto y reconocimiento.

El promotor. Persona integradora que suele aportar ideas y aceptar las del grupo si son coherentes.

El inseguro emocional. Cuyas carencias de autoestima le llevan a necesitar del reconocimiento del grupo. Puede ser pesado y cansino, pues se nota que muestra sus cosas, fotos, videos o sus historias,… con una actitud más allá de lo normal de querer compartir lo que nos emociona de lo que nos sentimos satisfechos.

El oral dependiente. Puede buscar involucrarnos, exponiendo sus problemas y sentimientos, más allá de lo razonable por el tipo de relación que mantenemos con él. La corta pero intensa convivencia de un vida a bordo.

El desvalorizador de su pareja. Te involucra en ese ámbito. Cuando coincides con los dos, aprovecha algunos detalles para quejarse de su pareja relatando intimidades, para que veas hasta qué punto no le trata bien, o no le tiene en cuenta, o es torpe, o incapaz de llevar adelante acciones sobre algo. En una ocasión esto fue muy pesado. Una mujer se quejaba de su hombre. Tuve que decirle para salir del embrollo: Es evidente que tu pareja no es satisfactoria para ti, canta a la legua y lo extraño es que todavía no te hayas separado, por lo que o bien no es cierto todo lo que dices o bien te interesa mantener con él ese tipo de relación de queja y por eso no te vas. De cualquier forma eso a mí no me incumbe y no voy a entrar a juzgar nada ni a nadie. Está claro que el tono que usé indicaba mi hartura por la situación. Seguro que hay otras formas mejores y más terapéuticas.

El reactivo. Se opone a la mayoría de iniciativas sin ofrecer alternativas. Cualquier variación del programa, cuestión a debatir por el grupo o iniciativa de otro compañero, etc., supone entrar en eternas disquisiciones, de difícil acuerdo. Inconscientemente reclama atención y protagonismo.

El pasivo agresivo. Un grado mayor del reactivo pues inconscientemente trata de derrotar al otro, grupo, y hacer que la iniciativa fracase.

El independiente. Suele viajar solo. Se muestra indiferente a la actividad grupal, relacionándose solo de manera superficial. No es una persona conflictiva,

El excluido. Aunque en ocasiones hagan méritos para ello, no siempre es así. Casi todos los grupos crean ese rol para diferenciar más claramente cuál es la expectativa idealizada del grupo. Si el excluido es el independiente no le va a importar mucho pero si lo es un miembro inseguro puede sufrir bastante.

El chivo expiatorio. Es el /los miembros del grupo sobre los cuales se depositan las emociones negativas del resto. Es un mecanismo típico de los grupos para reforzar en los no excluidos la sensación de pertenencia en el buen hacer. A veces el chivo expiatorio no es más que víctima de la rivalidad de un miembro dominador agresivo, con el apoyo del grupo.

 

Mikel Garcia Garcia   8 diciembre 2015