Experiencias tempranas de violencia: impacto en la salud bio psicosocial y la disposición a la paz

Experiencias tempranas de violencia: impacto en la salud bio psicosocial y la disposición a la paz

Experiencias tempranas de violencia: impacto en la salud bio psicosocial y la disposición a la paz

Presentación sobre la investigación que realicé para obtener mi doctorado Internacional en Paz, Conflictos y Desarrollo. 

Voy a centrarme básicamente en:

El impacto de la violencia en la salud y su repercusión en la tendencia a la violencia o la paz.

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Violencia temprana y paz

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  Mikel García García. 18 de abril 2020

Texto del artículo

Experiencias tempranas de violencia: impacto en la salud bio psicosocial y la disposición a la paz.[1]               Mikel García García[2]    Resumen Se estudia el efecto del trauma temprano sobre la paz interna y social. Se diseñó una investigación cualitativo cuantitativa con la participación de 174 personas que han sufrido experiencias traumáticas en España y Colombia. Los resultados muestran que quienes sufrieron experiencias de violencia, especialmente en edades tempranas, presentan alta traumatización, perfiles patológicos de personalidad, hostilidad, apegos hostiles, falta de empatía, y moralidad deontológica. El subgrupo de alta disociación no es consciente del trauma y tiene los perfiles menos saludables. Se ha evidenciado mayor traumatización en experiencias acumulativas de violencia, especialmente en violencia derivada de conflictos armados y en las mujeres. La psicoterapia resulta efectiva para modificar perfiles patológicos de personalidad y aumentar la paz. Los resultados confirman las hipótesis de la investigación, aunque se trata de un estudio más exploratorio que confirmatorio por el diseño no probabilístico y por haber necesitado más muestra. Las implicaciones de los datos son relevantes tanto para entender la complejidad del problema como para proveer cambios educativos y clínicos. Con la información científica obtenida se han diseñado protocolos de intervención psicosocial con la finalidad de desplegar en los participantes paz un mejor afrontamiento psicosocial del trauma que transforme positivamente su predisposición a la paz social.   Palabras claves Violencia, salud mental, trauma, paz, conflicto     Summary The effect of early trauma on internal and social peace is studied. A quantitative qualitative research was designed with the participation of 174 people who have suffered traumatic experiences in Spain and Colombia. The results show that those who experienced experiences of violence, especially at an early age, have high trauma, pathological personality profiles, hostility, hostile attachments, lack of empathy, and deontological morality. The high dissociation subgroup is not aware of the trauma and has less healthy profiles. There has been greater traumatization in cumulative experiences of violence, especially in violence derived from armed conflicts and in women. Psychotherapy is effective to modify pathological personality profiles and increase peace. The results confirm the research hypotheses although it is a more exploratory study that confirms by the non-probabilistic design and for having needed more sample. The implications of the data are relevant both to understand the complexity of the problem and to provide educational and clinical changes.With the scientific information obtained, psychosocial intervention protocols have been designed with the purpose of deploying in the peace participants a better psychosocial coping with the trauma that positively transforms their predisposition to social peace.   Keywords Violence, mental health, trauma, peace, conflict [1] Conferencia internacional LIII CICA: “Violencia y salud mental”. Madrid (España), 23-24 abril 2020 [2] Médico. Psicólogo. Psicoterapeuta analítico integrativo. Terapeuta Familiar Sistémico. Terapeuta transpersonal. Psicoanálisis junguiano. Doctor Internacional en «Estudios Internacionales en Paz, Conflictos y Desarrollo», Universitat Jaume I (UJI Castellón).

Acerca de la muerte que siempre te ronda más o menos cercana.

Acerca de la muerte que siempre te ronda más o menos cercana.

Acerca de la muerte que siempre te ronda más o menos cercana.

 

 

Mikel García García. 3 de abril 2020

 

La muerte sólo se experimenta muriendo. Desde afuera solo se puede contemplar el proceso. Se muere a solas, por más acompañado que se esté a la hora de la muerte. Cada sujeto muere su muerte. El muriente, en profunda soledad, se enfrenta a ingentes tareas de duelos de lo que deja, en un estado no ordinario de conciencia en el que la dimensión espacio temporal rompe el encorsetamiento ordinario de la conciencia. El muriente camina senderos desconocidos y está descubriendo, sobre la marcha, diferentes registros mnémicos conscientes e inconscientes (recuerdos, sueños, visiones, …) que le iluminan el significado de su existencia, y le permiten hacer un balance de la misma. La experiencia es inefable, no es comunicable.

 

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Texto del artículo

Acerca de la muerte que siempre te ronda más o menos cercana

Mikel García García. 3 de abril 2020.

¿Tiempo de lectura? Impredecible.

La muerte sólo se experimenta muriendo. Desde afuera solo se puede contemplar el proceso. Se muere a solas, por más acompañado que se esté a la hora de la muerte. Cada sujeto muere su muerte. El muriente, en profunda soledad, se enfrenta a ingentes tareas de duelos de lo que deja, en un estado no ordinario de conciencia en el que la dimensión espacio temporal rompe el encorsetamiento ordinario de la conciencia. El muriente camina senderos desconocidos y está descubriendo, sobre la marcha, diferentes registros mnémicos conscientes e inconscientes (recuerdos, sueños, visiones, …) que le iluminan el significado de su existencia, y le permiten hacer un balance de la misma. La experiencia es inefable, no es comunicable.

Es imposible una empatía real entre muriente y acompañantes, y ambos, sobre todo el muriente lo saben. Decir “Ya sé que lo está pasando muy mal”, denota prepotencia rozando el ridículo. El muriente sabe que él mismo no sabe nada y que el acompañante sabe mucho menos. Expresiones de este tipo no solo son inútiles, sino que producen desconfianza y generan más soledad en el muriente, ya que le hacen saber que el acompañante no solo no contiene, sino que estorba. Muchos descubren que nuestros semejantes, son tan míseros e impotentes como nosotros, que no podrán ayudarnos y que van a morir más solos y estorbados de lo que imaginaban. Algunos murientes no pueden irse al sentirse culpabilizados de abandonar a sus seres queridos que se derrumban. Algunos esperan a morir cuando los acompañantes se van a tomar café en un descanso. Algunos murientes que aceptan su muerte pueden, incluso, compadecerse de sus acompañantes y ayudarles a iniciar sus duelos.

Pocos humanos saben, antes del trance de la muerte, que es inútil buscar consuelo. Sólo quien ha tenido experiencias de muerte cercana puede acercarse a cierta empatía con el muriente o con el acompañante dependiendo del lado en el que esté en el trance.

La mayor parte de los procesos de muerte se experimentan trágicamente, son muertes indignas, tanto para el muriente como para los acompañantes. Los procesos se niegan, la mayor parte de la gente muere tan indignamente como ha vivido. Pero aún así hay una parte de sujetos que cambian y transforman su muerte, ya que al experimentar los procesos que suceden traspasan sus resistencias anteriores. Incluso después de la muerte clínica, y en un tiempo no medible con los parámetros ordinarios, pero siempre antes de la muerte de la conciencia, se puede seguir haciendo ese trabajo.

Las muertes sin acompañantes son menos frecuentes, como las derivadas de catástrofes. También son infrecuentes aquellas en que el acompañante es quien trae la muerte: el asesino/a. Aunque siempre se muera en soledad el grado de tragedia es distinto.

¿Podemos imaginar el sufrimiento de alguien que es asesinado por quien más ama?

Es común que los vivos supervivientes sientan que la muerte de los enfermos por coronavirus en la soledad de las UCIs es muy trágica. Seguro que es más trágico de lo habitual para el superviviente, que tiene que hacer la primera fase del duelo sin los soportes habituales que dan un sentido de realidad a la muerte: despedirse; tocar el cadáver; efectuar rituales de acompañamiento y enterramiento, … Además, tiene que atemperar con posibles sentimientos de culpa por no haber hecho lo suficiente por el muerto, de rabia por la desatención, miedo al cadáver que es peligroso por su infectividad, de indefensión porque las decisiones las toman otros, conflicto con la autoridad porque el control es de otros, …

Y todo eso en un contexto social en el que cada sujeto está en contacto permanente con la muerte y las defensas individuales y sociales ante la misma. Se enfatizan las tendencias de curados o contagiados, antes de la de fallecidos (victoria del virus). Aunque sea por falta de otros recursos la imagen de los convoyes militares transportando los féretros enfatiza el lenguaje de guerra y el éxito del enemigo invisible.

En ambos extremos de UCIs o asesinado/a, para el muriente su muerte será distinta de lo que imaginamos.

¿Cómo acompañar al muriente sin impedir su duelo?

¿Cómo acompañar al muriente ayudando en su proceso?

¿Cómo anticipar el trabajo de duelo del acompañante superviviente?

¿Cómo particularizar el trabajo de duelo del superviviente no acompañante?

Para una muerte digna propia, es necesario elaborar con cierta profundidad la relación que tenemos con la muerte. Solo entonces podremos ser acompañantes de la muerte digna de un muriente, e incluso ayudarles de verdad en su trance.

La muerte tiene varias dimensiones a contemplar. Hay humanos que están muertos en alguna de ellas: Muerte social, anomia; muerte psicológica, zombies vivientes. En alguna de ellas podemos estar por haber sido víctimas o por no querer salir de esos espacios que permiten usar los beneficios del victimismo. En la muerte de otros/as podemos haber sido colaboradores e incluso el único/a perpetrador. Son modalidades de muerte previas a la muerte biológica y de la conciencia. Identificar esas realidades es necesario para poder hacer algo transformador. Salir de la muerte psicológica del victimismo requiere hacer un duelo de lo que se pierde como víctima. Estas realidades no son solo simbólicas.

Algunas afirmaciones y preguntas impertinentes:

¡Quien no hace los trabajos de duelos que la vida nos presenta muere antes de morir!

¡Quien ha muerto antes de morir no muere cuando muere!

¿El muerto no muere hasta que desaparece de la memoria de los vivos?

¿Cómo entiendes el relato sobre el obispo de Canterbury?

Cuando San Anselmo, obispo de Canterbury 2, se encontraba en estado agónico, rodeado de sus más cercanos discípulos, uno de ellos le estrechó la mano y le susurró al oído: “Dichoso usted, excelencia, que sabe que está a punto de entrar en el reino de nuestro amado Dios y, por ello, al contrario de la mayoría de los demás mortales, se aleja usted de estas endebles vestiduras terrenales sin nostalgia ninguna”. Cuentan que San Anselmo se quedó mirando fijamente al discípulo y le dijo: “Por supuesto que estoy muy feliz de ir al encuentro de Nuestro Señor… pero, por favor, reza conmigo para que nuestro buen Dios acepte una petición que vengo haciéndole con gran fe y que consiste en que prorrogue mi permanencia en esta tierra un poco de tiempo más, tan solo mientras resuelvo el problema de la inmortalidad del alma”.

2 Sykes N, Thorns A: The use of opioids and sedatives at the end of life. Lancet Oncology, 2003; 4(5): 312-318.

¿Cómo entiendes las siguientes poesías?

Pablo Neruda en su poema “Nosotros los perecederos”:

Nosotros, los perecederos, tocamos los metales,

el viento, las orillas del océano, las piedras, sabiendo que seguirán, inmóviles o ardientes,

y yo fui descubriendo, nombrando todas las cosas: fue mi destino amar y despedirme.

 Juan Ramón Jiménez en su poema “El viaje definitivo”:

… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco.

Todas las tardes,

el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando.

Ángela Figuera Aymerich :

Ángela Figuera (Bilbao, 30 de octubre de 1902 – Madrid, 2 de abril de 1984) fue representante de la denominada poesía desarraigada de la Primera Generación de Postguerra española.

[…]

El día que me muera,

quiero que todo viva y continúe:

que broten flores en los mismos sitios, que corra el agua por la acequia,

que los amantes trencen sus abrazos,

que nazca un niño en el portal de enfrente, que mi vecino vaya a la oficina,

que los obreros entren en la fábrica, que salgan a la mar los pescadores,

que las mujeres vuelvan de la compra con un ramo de acelgas en los brazos; que el labrador entierre su semilla cuando amanezca el sol y el estudiante cierre sus libros cuando el sol se ponga.

 Y en su poema “En la muerte de mi madre” (1953):

[…]

Yo te veía ir. Sin retenerte.

Sin ayudarte. Nadie puede hacerlo en esa hora. Todos vamos solos

a nuestra propia destrucción. No pude, no pude acompañarte, madre mía.

Poner seguridad en tu camino ni sonreírte desde el otro lado de la pesada puerta silenciosa

que un día se nos abre bruscamente,

siempre hacia afuera, nunca hacia el retorno. Y tuve que soltar, fría, indefensa,

tu mano que a la mía se acogía mendiga de un calor y una esperanza que habían desertado de tu sangre.

Yo sé que confiabas, suponiendo

en mí una vaga omnipotencia, un algo capaz de sostenerte. Y yo tan solo sentía una blandísima ternura,

una tremenda compasión inútil

por tu absoluto, enorme desamparo. Y nada pude hacer. Ni tan siquiera quedarme junto a ti. Te me pusiste horriblemente lejos. Separada.

Ajena. Casi hostil en tu misterio. […]

  Mikel García García. 3 de abril 2020.

Consultar

Integración de la muerte. Pulsación de vida
Mikel Garcia Garcia 18 octubre 2015
https://ibiltarinekya.com/project/integracion-de-la-muerte-pulsacion-de-vida/

Conspiración del silencio en el proceso de muerte, el opio de la conciencia
El arte de existir con la conciencia
Mikel Garcia Garcia 25 diciembre 2018
https://ibiltarinekya.com/project/silencio_opio_conciencia/

Reflexiones sobre el antropocentrismo
Mikel Garcia Garcia 11 junio 2019
https://ibiltarinekya.com/project/reflexiones_antropocentrismo/

Psicoterapia en línea. Investigación psicoanalítica.

Psicoterapia en línea. Investigación psicoanalítica.

Descripción de la imagen

Montaje de Mikel García.

Una momia inca fotografiada por el autor en una procesión en Cuzco (Inti  Raymi, solsticio de invierno, junio de 2009) mira al espectador, situada en un espacio en el que flota una pantalla-espejo-ventana de monitor en este momento apagado.

Si el espectador quiere solo tiene que conectarse y podría preguntarle algo a la momia.

Las momias seguían «vivas» y asesoraban cuando se les preguntaba. Los incas pensaban que era necesario vestir y proveer de comida y bebida a las momias de sus ancestros para preservar el orden cósmico y poder así garantizar abundantes cosechas y la fertilidad del ganado.  Estaban ocultas a la vista de todos, excepto en ocasiones especiales, que eran sacadas en procesión y llevadas al Coricancha o templo del Sol, en Cuzco, la capital, donde se las disponía en un pequeño trono. Los Incas difuntos también visitaban a otros gobernantes muertos y participaban en banquetes públicos donde «bebían» y brindaban con sus descendientes. También concedían audiencias a sus sucesores, que les consultaban sobre cualquier aspecto del gobierno del Tahuantinsuyu, e incluso podían actuar como embajadores del Inca reinante, y eran enviados para negociar tratados o cualquier otro tipo de gestión política y militar a cualquier rincón del Imperio.

Psicoterapia en línea. Investigación psicoanalítica.

Mikel García García[i]

Abril 2020

Contenido

Planteamientos emergentes.

Aportaciones al debate sobre en encuadre en línea.

Terapia grupal en línea.

Investigación experimental en psicoterapia psicoanalítica.

Bibliografía.

La sindemia[1] iniciada por la pandemia del SARC-CoV-2 ha afectado de modo fáctico a los encuadres presenciales de tratamientos médicos y psicoterapéuticos. También ha afectado a todo marco presencial: los entrenamientos grupales en gimnasios, las colmenas laborales, los cursos y talleres docentes …

Lo mismo que muchos terapeutas trabajaban sin tener en cuenta el encuadre presencial, su pasaje al en línea tampoco lo tiene en cuenta. ¡Hay que sobrevivir y punto!

Habrá situaciones clínicas que requerirán seguir en lo presencial (y habrá que conseguir “pasaporte legal” para acudir a las sesiones y preparar a los pacientes para que soporten a los inquisidores de ventanas), en otras se podrá pasar al formato en línea.

Pero todo requiere un trabajo de ajuste meditado. Incluso para los que ya usaban el formato en línea por las ventajas que tiene el híbrido entre realidad y metaverso.

Parece, ahora, en un incremento del reduccionismo defensivo de la complejidad, que lo online es inocuo, y que lo es tanto para psicoterapeuta, como para el paciente y para la relación.

¿Seguro?

[1] El concepto “sindemia” fue concebido por Merrill Singer. Una sindemia es la concentración de dos o más epidemias en una población que interaccionan con, y son condicionadas por, las circunstancias sociales, políticas y económicas de tal población durante un periodo y lugar determinado. Para entender de qué se habla en la sindemia actual considero los siguientes componentes: pandemia del SARC-CoV-2 + pandemia de paranoia + cambio climático + pandemia de encarnizamiento moralizante.

 

[i] Médico y cirujano (Universidad Navarra 1975). Psicólogo (Universidad San Sebastián 1982). Psicoanalista junguiano. Formación experiencial y teórica en: Psicoanálisis, Terapia Sistémica Familiar, Psicoanálisis Richiano (vegetoterapia), Psicología Analítica Junguiana, Psicoterapia Transpersonal. Experiencia de Muerte Cercana a los 33 años. Doctor Internacional en “Paz, Conflictos y Desarrollo” (Universitat Jaume I – UJI Castellón). Máster en “Astronomía y astrofísica”. Máster en Fotografía Artística y Narrativa Visual. Colaborador con ONG médicas de intervención internacional, y en programas de formación a personal sanitario de atención Primaria; SIDA; maltrato infantil; muerte digna y a docentes. Especializado en maltrato infantil, trauma, duelo, tanatología, acompañamiento al muriente, integración de sistemas, estados de trance y místicos. Psiconauta antropólogo investigador del alma en la clínica médica y psicoterapéutica y trabajos de campo antropológicos cualitativos y cuantitativos, con énfasis en la Acción Participativa, docencia y divulgación psicopolítica de los hallazgos. Promotor de acciones participativas para el despertar del desierto interior y para la transformación social. Didacta clínico de la Sociedad Internacional Para el Desarrollo del Psicoanálisis Junguiano (SIDPaJ). Fotógrafo. Buceador. Alquimista. Hilozoísta. Hijo de Hermes. https://bit.ly/mikelcurriculum iratxomik@gmail.com .

 

Síntomas del miedo patológico y sus respuestas paranoicas en la crisis de covid-19

Síntomas del miedo patológico y sus respuestas paranoicas en la crisis de covid-19

Síntomas del miedo patológico y sus respuestas paranoicas en la crisis de covid-19[1].

Imagen: Cisnes que se reflejan como elefantes (1937). Salvador Dalí.

Mikel García García[2]  2 de abril 2020

En el artículo “Milenarismos de y para la catástrofe” se mencionaron situaciones de paranoia. La reacción paranoica es contagiosa, y va más allá de los sujetos paranoicos clínicos. Metafóricamente podíamos hablar del virus de la paranoia, que se extiende en pandemia en sociedades (huésped social) que tienen un terreno propicio a ella y en sujetos individuales (huésped individual) que tienen un terreno propicio (personalidades paranoides, “fascistas potenciales” descritos por Adorno, …). Si bien las ideas de la “inmunidad de comunidad” hacia el coronavirus no tenían base científica, la inmunidad social al virus de la paranoia requeriría detectar los terrenos propicios del “trastorno delirante” y transformarlos.

[1] Publicado en Facebook. 2 abril. https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157216313261762

[2] Médico. Psicólogo. Psicoterapeuta analítico integrativo. Terapeuta Familiar Sistémico. Terapeuta transpersonal. Psicoanálisis junguiano. Doctor Internacional en «Estudios Internacionales en Paz, Conflictos y Desarrollo», Universitat Jaume I (UJI Castellón).

 

 

Texto del artículo

Síntomas del miedo patológico y sus respuestas paranoicas en la crisis de covid-19[1].

Imagen: Cisnes que se reflejan como elefantes (1937). Salvador Dalí.

 

Mikel García García[2]  2 de abril 2020

 

–           Mirando hacia otro lado

Distraer de hechos comprobados,

con información sesgada, unilateral, medias verdades, y extrapolación arbitraria de tendencias.

Periodismo de pánico, de sentimentalismo romántico y de búsqueda de discursos salvíficos

Lenguaje bélico. Elevar el heroísmo de los cuidadores, que van a ser sacrificados.

Denostar las discusiones, “No puedes afirmar eso”.

¡Por favor basta! ¡Déjame en paz!

–           Culpar de las consecuencias dañinas a aquello que no está en su propio poder. Ponerse medallas de logros por fenómenos que no de penden de la propia acción. “Tenemos demasiados enfermos en vez de hemos desmantelado los recursos sanitarios”.

–           Rechazo a aprender de la experiencia histórica.  Medidas exageradas. Exageración o banalización de los peligros.

–           El pánico es pretexto para la represión política. Uso de lenguaje estigmatizante que convoca la violencia: “virus chino”, “Infectado en vez de enfermo”

–           Rechazo y ostracismo social a los que tienen opiniones disidentes del “sentido común”. La expulsión de puestos de responsabilidad, ser vilipendiado en medios de comunicación.

–           El pánico es pretexto convocar una solidaridad edulcorada narcotizante amorosa. Para evitar comunidades emergentes de justicia. Se necesita sentir también la frustración y los sentimientos de indignidad, tristeza, depresión y rabia.

–           El pánico es pretexto para diversas carreras maratonianas en los ámbitos científicos, paracientíficos y espirituales: encontrar remedios biológicos preventivos y de tratamiento, muchas por el dinero que puede suponer; montar muchas investigaciones biomédicas y psicosociales muchas aprovechando el momento histórico para tener espacios futuros de publicaciones científicas; el surgimiento de profetas y sabelotodo, muchos también para vender sus remedios; las carreras entre remedios espirituales para sacar rentabilidad en un futuro.

–           El pánico es pretexto para defenderse de las críticas con contraargumentos falsos, para falacias ad homine, …

–           El pánico es pretexto para canalizar el conflicto previo contra la autoridad.

–           El pánico es pretexto para crear nuevos chivos expiatorios y atacarlos: las víctimas de los policías de los balcones, del castigo altruista; el feminismo que se manifiesta el 8M; gobiernos que no gustan a los poderes fácticos.

 

Son ejemplos de entre muchos que se están dando. Vivíamos en una sociedad distópica, lo que emerge no es nada nuevo, aunque es más evidente lo para muchos es el detonante para empezar a hablar de distopía.

¿Participas de o te sientes identificado con alguno de los ejemplos citados?

Trata de darte una puntuación de 0 a 10. Siendo 0 ninguna reacción paranoica y 10 mucha reacción.

 

La reacción paranoica es contagiosa, y va más allá de los sujetos paranoicos clínicos. Metafóricamente podíamos hablar del virus de la paranoia, que se extiende en pandemia en sociedades (huésped social) que tienen un terreno propicio a ella y en sujetos individuales (huésped individual) que tienen un terreno propicio (personalidades paranoides, “fascistas potenciales” descritos por Adorno, …). Si bien las ideas de la “inmunidad de comunidad” hacia el coronavirus no tenían base científica, la inmunidad social al virus de la paranoia requeriría detectar los terrenos propicios del “trastorno delirante” y transformarlos.

 

Principales características de lo paranoide:

– Desconfianza.

– Suspicacia.

– Frialdad, falta de empatía y distanciamiento afectivo.

– Actitud reservada.

– Escaso sentido del humor.

– Tendencia a la hipercrítica.

– Intolerancia, hacia el diverso y hacia el conocimiento.

– Preferencia por lo práctico.

– Preferencia por lo concreto.

 

El arte también es un modo de explorar la paranoia, y para algunos un modo de liberarse de ella. Dalí creó su propio método: el paranoico-crítico, confesando que se inspiró al leer “La interpretación de los sueños”, de Freud. Un “método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes”. Imágenes ambiguas en los cuadros, provocan en el espectador, que libere obsesiones, fobias, y todo lo que lleva bien guardado en el inconsciente.

 

Mikel García García

2 abril 20. Día en que los datos en España de la pandemia, % de nuevos casos (7,9%) y de nuevos muertos (9,5%), apuntan a una fase de meseta y en el que los datos económicos son catastróficamente históricos por el aumento de parados y la disminución de afiliados a la seguridad social.

[1] Publicado en Facebook. 2 abril. https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157216313261762

 

[2] Médico. Psicólogo. Psicoterapeuta analítico integrativo. Terapeuta Familiar Sistémico. Terapeuta transpersonal. Psicoanálisis junguiano. Doctor Internacional en «Estudios Internacionales en Paz, Conflictos y Desarrollo», Universitat Jaume I (UJI Castellón).

Modalidades de relación entre la autoridad que manda y subordinado que obedece

Modalidades de relación entre la autoridad que manda y subordinado que obedece

Modalidades de relación entre la autoridad que manda y subordinado que obedece[1].

Mikel García García[2]  1 de abril 2020

En el artículo “Milenarismos de y para la catástrofe”

https://ibiltarinekya.com/project/crisis_cvirus_milenarismos/  https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157204950616762 sitúe en la infancia las raíces del conflicto con la autoridad. El estilo que se interiorizó entonces constituye tanto el componente principal de coacción interna para obedecer a los autoritarios, como el que determina la confusión disociativa que incapacita para reconocer la autoridad constructiva.

[1] Publicado en Facebook. 1 abril 2020. https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157212138696762

 

[2] Médico. Psicólogo. Psicoterapeuta analítico integrativo. Terapeuta Familiar Sistémico. Terapeuta transpersonal. Psicoanálisis junguiano. Doctor Internacional en «Estudios Internacionales en Paz, Conflictos y Desarrollo», Universitat Jaume I (UJI Castellón).

Texto del artículo

En el artículo “Milenarismos de y para la catástrofe”

https://ibiltarinekya.com/project/crisis_cvirus_milenarismos/  https://www.facebook.com/mikelgarciagarcia/posts/10157204950616762 sitúe en la infancia las raíces del conflicto con la autoridad. El estilo que se interiorizó entonces constituye tanto el componente principal de coacción interna para obedecer a los autoritarios, como el que determina la confusión disociativa que incapacita para reconocer la autoridad constructiva.

En los momentos de inseguridad e incertidumbre se regrede a la infancia buscando autoridades protectoras, y se refuerza la confusión. El sujeto se niega a reaccionar a sus propios sentimientos de pánico porque no tiene autoestima y desconfía de sus propios sentimientos. Los estilos de los autoritarios son los que resuenan y se incrementa la sumisión, y la rabia se desplaza a los que tratan de ser autoridades constructivas.

En la catástrofe del coronavirus hay ejemplos para las dos siguientes respuestas polares.

1.- La obediencia ciega es la respuesta más frecuente. Se hace todo lo que se te dice  porque uno se siente incapaz de cuestionar las órdenes por el miedo al poder. Si por ello se causa daño no es culpa de uno sino de quien manda. Stanley Milgram, psicólogo en  Yale, 1963, lo demostró en su diseño experimental para entender la complicidad de la población con los nazis y el holocausto. https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram

2.- La negativa a obedecer porque se desconfía fundamentalmente de la autoridad central, porque sus argumentos no son convincentes, se atribuyen a la corrupción, o se cae en la seducción de otros que pertenecen a grupos de referencia de confianza (familia, grupos religiosos o políticos) que atacan a la autoridad. Estos grupos de referencia son autoridades familiares.

La dinámica entre la autoridad central, lejana, y la autoridad familiar, cercana, tiene relación con lo proyectado en las figuras parentales, el padre y la madre, y las instituciones que interfieren y regulan los mitos del patriarcado.

Citar estos componentes tiene interés para que cada uno/a tome contacto con lo que le pasa, lo que siente y como reacciona en esta crisis del CV. ¿Paranoia? ¿Depresión? ¿Obediencia? ¿Desobediencia? ¿Deseo de autoridades civiles o religiosas? ¿Deseo de líderes autoritarios salvíficos? …

Conocerse más puede transformar lo actual y evolucionar hacia las siguientes posibilidades.

3.- Otra posibilidad de relación con la autoridad es la que algunos llaman “obediencia reflexiva”. Las órdenes se obedecen, pero se cuestionan críticamente. Se considera que el deber de los ciudadanos es evitar que se tomen decisiones equivocadas, tanto los sujetos individuales como las autoridades, y proteger los derechos humanos. Esta posición requiere mucho mayor nivel de madurez psíquica por el sujeto, que, además, se arriesga a no ser entendido e, incluso, eliminado por todo autoritario (ejerza el poder o lo obedezca ciegamente). En ciertos ámbitos jurídicos esta posición está siendo amparada incluso cuando se desobedece, como en el caso de soldados que se niegan a un genocidio desobedeciendo a sus jefes.

4.- La aceptación, no obediencia, de las normas que tras reflexión compleja el sujeto comprende que son adecuadas, acentuando la crítica, no solo ante la deficiencia de las autoridades sino también a las de los conciudadanos que obedecen ciegamente o son reactivos destructivos. El riesgo que corre el sujeto es aun mayor que en la obediencia reflexiva.

 

Mikel García García.  1 de abril