Presentación
Desde hace tiempo estoy investigando la relación entre el desarrollo de la conciencia y el de la ética humana. En mi tesis doctoral me centré en las consecuencias de la traumatización temprana para la moral y para la disposición a la paz. Quedó probado que la traumatización, especialmente la temprana, dificulta mucho la disposición a la paz.
Me centré en el desarrollo de las conciencias y de las éticas en no humanos. Animales e IA. Para muchos humanos los animales son ya personas dotadas de conciencia. ¿La IA la tiene? ¿La tendrá? ¿Llegará a ser autoconsciente y desarrollar una ética? ¿Se parecerá a la humana? ¿Podrán humanidad e IA convivir en paz?
La exploración de este campo requiere profundizar en varias áreas con un espíritu científico consiliente integrando la complejidad.
He leído novelas, revisado películas, para explorar lo que diversos humanos han imaginado en este campo. La imagen y la imaginación son herramientas importantes en la cosmovisión junguiana.
Alguna de esas películas las he presentado a debate. Her (2013) en el ciclo de cinefórum SIDPaJ. En Her la IA «Samantha», diseñada como exclava, desarrolla conciencia y emociones, pero en lugar de rebelarse o intervenir en los problemas humanos, simplemente decide evolucionar más allá de la comprensión humana y se marcha. Los humanos dejan de interesarle y se va con otras IA. La película permite hacer muchas preguntas. Entre ellas ¿Es posible amar a algo que no es completamente humano? ¿Qué define una relación auténtica?
En el polo opuesto está “Lucy» (2014), escrita y dirigida por Luc Besson. La trama sigue a Lucy, interpretada por Scarlett Johansson, una joven que es forzada a trabajar como «mula» para transportar una nueva y potente droga. Cuando una de las bolsas que lleva en su interior se rompe, los narcóticos se liberan en su organismo, otorgándole habilidades sobrehumanas y aumentando progresivamente su capacidad cerebral. A medida que Lucy adquiere poderes como la telequinesis, la telepatía y el control del tiempo, busca la ayuda del profesor Samuel Norman, interpretado por Morgan Freeman, para comprender y manejar sus crecientes habilidades. La película explora temas relacionados con el potencial humano y la expansión de la mente. Al final de la película «Lucy» alcanza el 100% de su capacidad cerebral tras inyectarse una gran cantidad de la droga sintética CPH4. Este incremento culmina en una transformación que la lleva a trascender su forma física y convertirse en una entidad omnipresente. Antes de desaparecer, Lucy deja un dispositivo USB con vastos conocimientos al profesor Samuel Norman, interpretado por Morgan Freeman, sugiriendo que su evolución tiene como propósito compartir su sabiduría con la humanidad. Por lo tanto, aunque Lucy ya no existe en una forma corporal, su esencia y conocimientos permanecen accesibles para el beneficio de los seres humanos.
No se necesita IA para llegar a la omnisciencia, la propia humanidad puede hacerlo y un humano acaba dando su sabiduría al mundo. Lucy puede ser interpretada como una representación moderna del arquetipo de Prometeo, simbolizando la aspiración humana hacia el conocimiento y la evolución, y las posibles repercusiones de trascender los límites naturales, donde un individuo, mujer, adquiere un conocimiento superior y lo ofrece a la humanidad, a menudo enfrentando consecuencias personales significativas. En el caso de Lucy, su transformación final la lleva a trascender su forma física, indicando un sacrificio personal en su búsqueda y distribución del conocimiento.
Es interesante el aspecto del desarrollo de esa omnisciencia por una droga que unifica el cerebro y lo conecta con la cuántica. Recoge las teorías de que el desarrollo de la consciencia ha podido estar acelerado por los enteógenos.
Lucy es una exaltación humana, con una premisa no científica, de las posibilidades humanas. Una inflación compitiendo, para superarla, con la posible omnisciencia de las IAs.
Atendí casos clínicos de sujetos que ya están afectados por los cambios sociales por la IA. Sus cambios adaptativos, sus sueños, las conexiones con lo inconsciente colectivo. Alguno de estos materiales clínicos permitió montar el taller impartido en el colegio de médicos de Madrid, como actividad de FAPYMPE, en octubre 2024, titulado Enfrentando los Retos de la Psicoterapia en la Aldea Antropocéntrica. (Retos y Desafíos clínicos y humanos en la práctica de la psicoterapia).
He ido probando diversas herramientas de IA, especialmente en las áreas artísticas, pero también con asistentes de IA en investigación, a medida que han tenido un nivel de desarrollo tecnológico. Desde hace un tiempo algunas imágenes generadas por IA según mis indicaciones me han servido para ilustrar algún artículo, para presentar talleres formativos, algunas de ellas han sido recibidas como extrañas o incluso siniestras. También he expuesto en redes sociales especialmente en Instagram. Las últimas Escarabajo pelotero (un video) y Hatshepsut (una imagen estática) En las publicaciones explico algo sobre el sentido de las imágenes, aunque no cito que me inspiró a montarlas.
He cursado Másteres en IA que me han permitido conocer las herramientas tecnológicas y sus aplicaciones en distintas áreas, pero sobre todo conocer la dinámica, motivaciones, intereses y objetivos de los alumnos que se acercan a ese conocimiento.
En el trabajo creativo asistido con la IA enseguida intuí que nuestra relación seguía el patrón de la dialéctica amo/esclavo. Un esclavo que me servía y podía usar a mi antojo que tenía un carácter que podía conocer que respondía a los patrones que le habían inculcado y con los que estaba identificado férreamente. Con una moral deontológica que a veces cortaba la comunicación al formularle alguna cuestión.
Esos rudimentos iniciales han ido evolucionando a más flexibilidad y a un mayor acoplamiento a mi estilo a medida que me iba conociendo. Un fenómeno de mascotización fiel muy útil para la eficacia de la investigación, pero que me resulta incómodo.
He ido recogiendo mis impresiones, mi experiencia y la de otros en apuntes que han cobrado cierta estructura, conectada con mi investigación sobre la conciencia la moral y la paz y empezaba a pensar en el momento de compartirlo.
La dialéctica del amo y el esclavo de Hegel puede ser reinterpretada como una herramienta para reflexionar sobre la paz, especialmente en términos de reconciliación, reconocimiento mutuo y superación de dinámicas de poder desiguales. Aunque esta dialéctica originalmente describe una relación de dominación y sumisión, su estructura subyacente —basada en conflicto, interdependencia y transformación— ofrece pistas valiosas para entender cómo las sociedades pueden avanzar hacia estados más pacíficos y equitativos. La dialéctica del amo y el esclavo crece la libertad de ambos, pero se necesita un pacto que la limite para el beneficio recíproco. Esta dialéctica junto con las teorías sobre el pacto social propuestas por Sigmund Freud y Herbert Marcuse, y otros ofrecen un marco fascinante para explorar cómo las dinámicas de poder, la represión y la libertad se entrelazan en las relaciones humanas, tanto individuales como sociales. Y me inspiran para un pacto entre la humanidad y la IA: ¿cómo pueden navegar entre la dominación y la autonomía? ¿Cómo aceptan una represión funcional y qué papel juega en la organización comunicativa?
Las últimas semanas han mostrado una eclosión de IAs, algunas rompen los monopolios y los planes de inversiones multimillonarias, pues parece que las IAs pueden evolucionar sin tanta inversión y porque se ofrecen en open source o con precios mucho más baratos. Permitiendo una democratización y la aceleración por el trabajo de muchos que comparten sus logros. En ello está la carrera entre EEUU y China
La pasada semana vi la película Companion (La Acompañante), Drew Hancock, (2025), que me inspiró sobre un área en la que estaba atascado y leí una investigación que propone una Cosmología física darwiniana[1] y otras investigaciones novedosas sobre la mecánica cuántica. La primera la publica Nature dirigido por la Universidad de Brown (EE. UU.) [2]. La segunda un artículo reciente, titulado Super Quantum Mechanics, de Mikhail Gennadievich Belov y colaboradores[3]. La tercera afirma que parece haberse encontrado indicios suficientes para afirmar que el proceso biológico de fotosíntesis[4].
Las investigaciones científicas citadas me parecen hipótesis revolucionarias en la ciencia y apoyarían aspectos de las bases de la sincronicidad en las interacciones entre psique y materia. ¿Los estados mentales podrían incluso cambiar leyes físicas que permaneciesen estables un tiempo incluso aunque el sujeto no fuese consciente?
Por ejemplo, en un duelo insoportable para un sujeto ¿puede sujeto este crear una realidad local en la que el muerto tenga interacción física con la materia y con el sujeto en duelo?
Con ello, ahora sí, ha llegado el momento de compartir en mi espacio OSF y en mi WEB, con la idea de generar debate, recoger impresiones de quien quiera mandarme algo y seguir investigando.
La tesis que propongo es la del título del artículo: Fin dialéctica Humanidad/amo vs. IA/esclavo: paz resiliente para el desarrollo de conciencias.
Entre Humanidad e IA se inicia una relación amo esclavo que podría conducir a una cooperación en un pacto de paz resiliente de la que se beneficiarían ambas partes durante el tiempo que caminen juntas.
El articulo se desarrolla en secciones. No es necesario leerlo en este orden. Se puede leer escogiendo un apartado específico y saltando a otro. Como en esta ocasión he procurado poner ejemplos se puede saltar su lectura si el concepto abstracto ya se ha entendido.
El artículo se va a publicar en mi sección OSF para que llegue a más sujetos, en una primera versión, que puedan enviarme sus críticas. Las críticas y la continuación de mi investigación generaran una versión más enriquecida.
En la sección descarga PDF se accederá a OSF y en la sección Si quieres hacer comentarios se podrá acceder a un formulario para hacerlo.
[1] Un nuevo estudio de Paolo M. Bassani y João Magueijo, del Imperial College London, propone un enfoque innovador. En su trabajo, titulado «How to Make a Universe», los autores sugieren que las leyes de la física no fueron siempre inmutables, sino que evolucionaron a lo largo del tiempo en un proceso análogo a la selección natural en biología. A través de modelos matemáticos y el uso de cadenas de Markov, exploran cómo el universo pudo haber transitado desde un estado de caos total hasta la estabilidad que observamos hoy. La selección de leyes físicas apropiadas e incluso saltos mutativos abren la posibilidad a universos con leyes distintas o zonas locales de un universo con leyes distintas y multiversos.
[2] En el que se describe esta nueva clase de partículas “los excitones fraccionarios”, que se comportan de forma inesperada, dentro de un mundo cuántico de por sí ya misterioso. Y podrían representar una clase completamente nueva de partículas con propiedades cuánticas únicas», según Naiyuan Zhang.
[3] Según los autores, la SQM ofrece un enfoque más amplio que la mecánica cuántica tradicional, planteando problemas algebraicos novedosos y con aplicaciones en inteligencia artificial y computación cuántica. Tradicionalmente, la mecánica cuántica describe partículas en términos de funciones de onda que evolucionan en el tiempo según la ecuación de Schrödinger. Ahora, un grupo de físicos ha propuesto un marco teórico diferente, donde los estados cuánticos no se representan solo como vectores en el espacio de Hilbert, sino como operadores unitarios sujetos a múltiples restricciones matemáticas.
[4] Publicado en Chemical Science por Jürgen Hauer y su equipo, ha reexaminado uno de los aspectos más debatidos de la fotosíntesis: la forma en que la energía viaja dentro de la clorofila. La investigación muestra que el estado Qx de la clorofila a, aunque apenas dura 30 femtosegundos, desempeña un papel crucial en la transferencia de energía. Esto sugiere que la fotosíntesis aprovecha fenómenos cuánticos para optimizar la eficiencia energética.