Poder personal, poder político: Ego y sombra.
Imagen Cuadro «Sisyphus» de Tiziano1549
Mikel García Garcia 2017
Texto
El poder personal, es un sentimiento, no una emoción. Como tal tiene una historia de desarrollo que se inicia en el nacimiento hasta “construirse”. Un poder personal real resulta de la capacidad de hacer concordar emociones, representaciones y actos en una conducta bien articulada, integrada internamente y adecuada a la situación exterior. Se obtiene mediante la experiencia de resolución de los conflictos internos y externos, la educación y la capacidad de enfrentamiento agresivo (no violento), en un contexto de haber sido amados y pudiendo llegar a amar la vida y desear vivir en ella. Implica creación y conocimiento de nuestros límites y posibilidades. Es el fundamento para ejercer nuestra libertad asumiendo la responsabilidad que conlleva.
El poder político, tiene una acepción más pragmática. Es una extensión del poder personal aplicado a la relación con otros, aunque sean dos sujetos. Ejercer el poder implica siempre un acto de cierto dominio. Aceptamos el poder político cuando el dominio propicia bienestar y no se hace contra el individuo, aunque le fuerce a ser activo y a abandonar la comodidad.
La dominación es prepotencia, terror, injusticia, mentira, genera victimización y resentimiento, es causa del sufrimiento. La tiranía, basada en el miedo, es el ejemplo más eficaz del ejercicio de dominación.
Sabemos distinguir si en nuestras familias, escuelas e instituciones, nos han impulsado hacia el poder personal o hemos vivido la dominación y la tiranía. Hoy es difícil encontrar una comunidad libre de tiranía.
Los poderes políticos, religiosos y económicos, se fortalecen a partir de renuncias individuales que hacemos cotidianamente para adaptarnos a un ambiente opresor tratando de evitar el sufrimiento: el «pesimismo» por fijarse solo en las carencias y desconfiar de las capacidades propias; el «relativismo» por el miedo a la decisión y sus riesgos; la “resignación”, aceptada por parecer «realismo» que justifica cualquier abuso; la «patología mental» cada vez más extensa que conduce a pedir pastillas que resuelvan mágicamente los problemas; la “identificación con el agresor” para negar el conflicto; ..
Y acabamos aceptando los argumentos del poder, sin percibir su grado de crueldad extrema, en una escalada en la que cada vez tenemos menos poder personal, hasta llegar a ser muertos vivientes, fríos, adictos a cualquier cosa que caliente un poco.
En situaciones de incertidumbre, confusión, alienación, se toman decisiones no racionales apoyadas en valorar las probabilidades en base a los ejemplos más sencillos que acuden a la mente. La función principal es evitar situaciones de riesgo: El razonamiento es sustituido por un automatismo defensivo.
Expresiones como: ¡Tiene tanto ego! ¡Menudo ego tiene!, se proyectan, con gran eficacia, sobre alguna diana-sujeto con la intención de “matarlo socialmente”. Se intenta desacreditar a la persona que defiende, con argumentos, una postura señalando su ego, de esa forma se induce al convencimiento de que lo que sostiene es falso. Es la falacia lógica denominada ad hominem, que es muy poderosa para convencer a quienes se mueven más por sentimientos y por costumbres acomodaticias que por razones. Se atacan no los argumentos sino a quien los produce y, más concretamente, se ataca su origen, raza, educación, estatus social, pasado, moral, familia, posición política, religión, nación, etcétera.
Este uso del Ego como arma, sirve, también de señal diagnóstica sobre el funcionamiento moral de los sujetos, y es más evidente en sujetos que carecen de una conciencia moral madura (postconvencional o cósmica según Kholberg). En los estudios resulta ser mayoritario el funcionamiento de la moral heterónoma, dependiente de las normas que dicta la autoridad. La amoralidad de la falacia, su insolidaridad, su destructividad, no es frenada por actitudes deontológicas, ni por actitudes consecuencialistas, pues ambas buscan un “bien”. La solidaridad necesaria para que exista una sociedad no proviene de la bondad espontánea de los sujetos sino de un pacto entre múltiples agentes individuales que muestran también su sombra. De un modo u otros estarían en ello Maquiavelo, Hobbes, Mandeville, Montesquieu, Kant, Adam Smith, Hegel, Marx, Deleuze, Jung, …
¡Quien muere antes de morir no muere cuando muere!
¿Hasta cuándo vamos a vivir así?
¿Cuándo te encuentres a ti mismo, será la más feliz o la más amarga de tus horas? ¿Y cuánto te quedará de vida?
Encuesta de opinión
Se trata de puntuar, desde 1 hasta 5, cada concepto según entiendas que influye limitando o facilitando el poder personal – político de los sujetos.
Los conceptos se te presentan aleatorios e incluye unas preguntas sobre género y edad. Para poder enviar hay que contestas a todas. Al finalizar y tras enviar, podrás ver unas estadísticas descriptivas de las respuestas que se van dando incluidas las tuyas. Si hay un conjunto suficiente de gente que conteste haré un estudio analítico que colocaré a finales de junio en esta página.
Gracias por tu colaboración. Mikel Garcia
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Estos son los conceptos:
Género; Edad; Justicia; Mito; Ignorancia; Conciencia; Anarquismo; Espiritualidad; Instinto; Ciencia; Amor; Sufrimiento; Neoliberalismo; Comunismo; Represión sexual; Patriarcalismo; Religión; Agresividad
Un ejemplo de cómo los vas a ver
Resultados Encuesta
Hasta 1 de junio 2017 Ver informe y descargarlo en archivo pdf
Género | Porcentaje |
femenino | 66,7 |
masculino | 26,7 |
transgénero femenino | 6,7 |